Ah, bueno. Esto es impresionante. Dan Jurgens se vuelve a superar a sí mismo, pero demasiado. Se pinta la jeta a sí mismo, convierte a todas las proezas del tomo anterior en boludeces intrascendentes. Si cerré el tomo anterior asombrado por los huevos del guionista, esta vez tengo que decirte que lo de Jurgens no son huevos, sino planetas ovalados. No hay límites que el autor no esté dispuesto a cruzar en su indagación acerca de la faceta divina de Thor, su vertiente de deidad viviente, palpable, su efecto en los mortales, en la repartija del poder, en la concepción de la fe y la religión.
El TPB abre con un episodio muy descolgado, más raro que bueno (aunque no malo) a cargo de Christopher Priest y Trent Kaniuga, más basado en el mito de Thor que en el propio pelilargo, que ni aparece. Y después volvemos a la extensa saga de Dan Jurgens, esa que arrancó con la muerte de Odín y fue cobrando un rumbo cada vez más extremo, más jugado, más hipnótico. En este tramo se hace más manifiesto lo que veíamos en el anterior: casi no hay machaca, porque Thor no tiene contra quién pelear. Las escenas más violentas las protagonizan los propios humanos, divididos entre los que reconocen a Thor como legítimo dios y los que se aferran a las religiones clásicas y consideran herejes a los “thoristas”. Acá hay dilemas morales maravillosos, escenas y diálogos magníficos (el contrapunto entre Thor y el cura católico en el n°64 no tiene desperdicio, es de los mejores que leí alguna vez en un comic) y cuando se ve la mano negra que manipula a las facciones en pugna, todo cierra y se hace aún más atractivo. Sobre el final, hay un arrebato de machaca, un “todos contra Thor”, que termina mal para todos menos para Thor. Ahí se cruzan varios rubicones y queda claro que la cosa va a cambiar a partir del próximo tomo y se va a poner bastante más dark.
En cuanto a los secundarios, Jurgens manda al banco de suplentes a Thialfi y Balder (que tuvieron bastante protagonismo en el tomo anterior), le da consistencia de a poco al rol de Zarko (un viejo villano de la época de Stan y Jack), vuelve a acordarse de Tharene (que en el tomo anterior ni figuraba) y le pega un sacudón importante a Jake Olson, el personaje que él mismo creó en el n°1 de esta serie. Esto que pasa con Jake es tan impactante, que seguro tendrá graves consecuencias a futuro. Y en los distintos episodios, el guión se centra bastante en personajes humanos, comunes y corrientes, a medida que explora este difícil proceso de adaptación de la gente normal a la presencia muy tangible del Señor de Asgard y sus huestes de guerreros. Ahí también hay hallazgos por parte de Jurgens, que escribe personajes muy reales, afectados de modo muy creíble por este tsunami de elementos fantásticos entre los cuales el hecho de que Asgard flote sobre Manhattan es casi una nimiedad.
¿Por qué esto no es un clásico de clásicos, venerado por generaciones enteras de viñetófilos? Porque el pobre Jurgens tuvo mala suerte con los dibujantes. En este tramo le tocaron dibujantes no sólo mediocres, sino además inconsistentes, incapaces de dibujar varios episodios consecutivos. Después de ese laburito raro de Kaniuga (con onda grafitti urbano), hay un episodio más del muerto de Joe Bennett, a quien ya sufrimos en el tomo anterior. Con tres de los nueve episodios a su cargo, los dibujantes con más presencia son Ben y Ray Lai, una dupla de crotos sin imaginación que en los primeros planos tratan sin éxito de imitar a Travis Charest. Y hablando de imitadores, tenemos dos numeritos a cargo de Paco Medina, que clona milimétricamente el estilo de Humberto Ramos, con tristes resultados, porque no tiene ni un décimo del talento del ídolo mexicano. En la superficie, lo de Medina se ve lindo. Pero no profundices en composición, narrativa o manejo del lenguaje facial y corporal, porque se hunde en cuestión se segundos. La cosa levanta bastante con un capítulo que cae en manos del siempre solvente Tom Mandrake, con excelentes trucos narrativos y una perfecta integración de la referencia fotográfica. Después tenemos un numerito a cargo de nuestro Max Fiumara, en el que probablemente sea su primer trabajo para una editorial de EEUU, y donde se ven limitaciones y falencias que hoy no vemos ni de casualidad en las historietas de este joven maestro. No es una garcha, pero comparado con lo que hace Max hoy en día, es un poquito precario. Para el postre, una historia corta, también muy rara, escrita por el ignoto Marlan Harris y dibujada por el astro japonés Kia Asamiya... en un estilo irreconocible, a años luz de sus mangas más conocidos y totalmente jugado a la splash page, sin la menor intención narrativa.
Imaginate si para esta etapa de Thor se hubiesen quedado Andy Kubert o Stuart Immonen... Hoy –que hace frío- estaríamos por tirar al fueguito de la estufa los números de Walt Simonson, y aquella hermosa saguita de Warren Ellis y Mike Deodato ya sería un bollito de ceniza, negro y retorcido como el corazón de Loki. Vuelvo pronto a la carga con un nuevo TPB de Jurgens, porque este me dejó cebadísimo!
domingo, 21 de julio de 2013
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8 comentarios:
esto de que años es?
Este TPB trae todos numeritos publicados originalmente en 2003.
Andrés, esta etapa de Jurgens es la misma que vos habías reseñado en la Comicu de pelpa? Me puedo fijar yo, pero tengo las manos entumecidas del frío.
En la nota de la Comiqueando llegué hasta cuando se lanza la serie posterior a esta, o sea que sí, cubrí toda la etapa de Jurgens.
Hola andres. Ayer leí El Edificio de Will Eisner y me pareció genial. Lo leiste? Y con respecto a Thor, si tuvieses que elegir te quedas con el de Jurgens antes que el de Simonson? Saludos, amadovudu
Es difícil... Lo de Simonson lo dibuja casi todo él, y nunca baja de los 10 puntos.
Jurgens tuvo como 12 dibujantes, tres o cuatro excelentes y el resto, entre dignos e impresentables.
Y lo de Jurgens además es mucho más largo! Simonson no llegó a los tres años y Jurgens pasó los seis. No todo es brillante, pero tiene como 35 números magníficos. Lo de Simonson son 35 números en total (creo), o sea que es difícil que se la banque a nivel guiones contra 35 números demoledores de Jurgens.
The Building... lo leí hace más de 25 años... No me acuerdo una chota. Estaba bueno, de eso me acuerdo...
thor es super heroe mas trolo q a dado la industria yanki lejos
Thor es fantástico.
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