el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 7 de abril de 2020

OTRO DEJA-VU

A falta de ideas más ingeniosas, sigo jugando al déja-vu, a tratar de que esta nueva entrada se parezca lo más posible a las del 26/03 y 01/04.
Así es como empiezo con el tercer y último tomo de Spirit of Wonder, estas recopilaciones de historias cortas realizadas por Kenji Tsuruta en la primera mitad de los ´90. Y acá el autor ya derrapa por completo. El tomo incluye sólo tres historias y se acaba el tema de los elencos rotativos: ahora todo pasa por un elenco estable integrado por dos personajes que ya habían aparecido anteriormente, a los que se suma una chica llamada China, que será la protagonista casi excluyente de estas últimas 144 páginas. Las peripecias científicas pasan a un tercer plano y las historias giran en torno a cómo China se vincula con el resto de los personajes. Hay muchísimo desarrollo para esta joven irascible y volátil, y también hay excusas muy chotas para que se desnude y luzca un cuerpo perfecto.
Este tercer tramo de Spirit of Wonder es un manga romántico con algo (poquito) de acción y algo (no tanto) de comedia. No están más la mayoría de los elementos que hicieron atractivos (dentro de todo) a las historias de los tomos anteriores, y si antes yo señalaba cierta falta de idoneidad para los guiones por parte de Tsuruta, en este tramo ya estamos hablando de un guionista casi indigente, que ni siquiera se puede dar el lujo de desaprovechar buenos argumentos, porque ahora no los tiene. Realmente se me hizo difícil llegar al final del tomo, atravesar semejante maraña de situaciones ridículas, caprichosas, trilladas o simplemente mal planteadas o mal resueltas.
Menos mal que el dibujo sigue siendo maravilloso, hipnótico, generoso en texturas, detalles, matices, con un trazo elegante, versátil, con la belleza como rasgo principal, como condición que emparenta a rostros, cuerpos y paisajes. Este nivel de dibujo, combinado con guiones de aceptables para arriba, constituiría un hito en la historia del Noveno Arte muy difícil de superar e incluso de explicar. Pero bueno, Tsuruta tuvo mala suerte con los guionistas, le tocó él mismo. Mi consejo es que captures un tomito de Spirit of Wonder, lo atesores por los dibujos, y sólo si sentís que no es suficiente le entres a los otros dos.
Y no, no tengo otro tomo de Ant-Man para reseñar, porque creo que no hay más. Peeeero, tenía sin leer el Vol.1 de FF de Matt Fraction y Mike Allred, con las historias que van entre el libro reseñado el 29/05/14 y el reseñado el 25/08/15. Me faltaba un tomo en el medio, lo conseguí (hace ya mucho tiempo) y mal y tarde, lo leí. ¿Cómo engancha esto con la “consigna” del déja-vu? Como se ve claramente en la portada, Ant-Man es uno de los protagonistas de esta serie, probablemente el mejor tratado por Fraction en estos episodios.
Pero el equilibrio está muy bien logrado: hay momentos fuertes para Medusa, un episodio protagonizado casi en soledad por She-Hulk (un reencuentro romántico con el ídolo Wyatt Wingfoot) y una secuencia en la que el guionista se juega entero para que le tomemos cariño a Darla Deering, la chica de 19 años que “se calza la pilcha” de The Thing. Y también hay muchos personajes secundarios, algunos (como Bentley-23) muuuuy interesantes, y unos cuantos villanos de los clásicos enemigos de los Fantastic Four titulares.
Fraction y Allred paran en la cancha un equipo repleto de figuras y salen a divertirse, a tirar magia. Cero especulación, cero línea de cinco, cero mediocampo más poblado que las morgues de New York. Acá hay alegría, magia, sorpresa, algún que otro misterio, algo de desarrollo de personajes (no tanto, pareciera que Fraction sabía que su etapa en FF iba a ser corta y que prácticamente todo lo que plantea en esta serie se iba a barrer rápidamente abajo de la alfombra), y un bolonki muy atractivo, que crece hacia la resolución que ya vimos hace mil años en el segundo y último TPB de la serie. Ojalá todos los comics tuvieran esta frescura en los diálogos, en los planteos argumentales y en la interacción entre los personajes.
Por supuesto si el guión fuera lamentable, esto igual brillaría en cualquier biblioteca gracias a los magníficos dibujos de Mike Allred, que derrochan imaginación, onda, dinamismo, y sobre todo amor por los personajes. Obviamente en Silver Surfer va a volver a subir la vara y FF empalidecerá frente a la siguiente cátedra del maestro. Pero esto está realmente muy, muy bien. El único episodio que no dibuja Allred va a manos de Joe Quiñones, también, un toquecito por debajo de lo que vimos en su maravillosa etapa al frente de Howard the Duck. Nada de qué quejarse, obviamente, ya que tanto Allred como Quiñones están más que capacitados para emocionar al lector incluso laburando a media máquina, y acá ninguno de los dos parece estar guardándose nada. Simplemente en sus siguientes trabajos la rompieron aún más.

Y ahora sí, no tengo más material ni de Kenji Tsuruta ni de Ant-Man para armar otro posteo clonado de los anteriores. Veremos con qué me sorprendo a mí mismo en los próximos días. Ni bien tenga leídos un par de libritos más, los comentamos acá en el blog.

2 comentarios:

NN dijo...

Igual la próxima te toca alternar con post de autores españoles y argentinos, así que tenés tiempo para pensar...

Andrés Accorsi dijo...

Ahora estoy con un libro de autor argentino. Mañana veré qué agarro para leer. Tengo dos de Thomas Ott en el aguante, por ahí voy con uno de esos.