el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 3 de febrero de 2025

MUERTO DE CALOR

Que feo chivar sin moverse de la silla...Y encima perdió Racing, jugando para el infra-ojete. En fin, vamos con las reseñas de los últimos libritos que leí. Escalera de Vecinos es un libro que recopila unas cuantas historietas de las que el maestro Alfredo Pons publicaba en El Víbora en los años ´80, bajo ese mismo título genérico, y en formato autoconclusivo, sin personajes recurrentes. Son historias que transcurren en un típico edificio de departamentos (suponemos que de Barcelona), y que involucran a gente común, de la que vive en cualquier edificio de cualquier ciudad. Por supuesto, en este contexto aparecen las obsesiones que Pons tenía en aquellos años: el sexo, el crimen y la marginalidad. No siempre, eh? Hay historias más tranqui donde nadie coge, nadie mata a nadie y nadie aspira fafafa ni se inyecta heroína. Pero en general, aparece alguna situación propicia para que las esculturales mujeres de Pons se saquen la ropa... lo cual es lógico si pensamos que esto se publicaba en El Víbora en los ´80, donde todo era sexo, droga y descontrol. El dibujo de Pons... te puede no gustar. Parece un autor clásico de la E.C. de los años ´50 (un George Evans o un Jack Kamen, ponele), pero con un entintado más oscuro, más podrido. Hay algunas historias en las que Pons ensaya un entintado más clásico, prolijito, limpio, que se complemente muy bien con las tramas mecánicas que usa para agregar los grises, y son páginas visualmente más amistosas, menos sórdidas. También me gustan muchísimo. No soy de los puristas que solo bancan al Pons más trash y critican al más "careta". Porque aunque cambie mucho el estilo de entintado, conserva lo más importante, que es el ritmo narrativo. Ahí es donde más que Kamen o Evans, Pons parece Bernie Krigstein. El tipo tiene un don nato para crear suspenso, para tensionar la narración y hacerla hipnótica, con diálogos filosos, cortes de escena inesperados, secuencias que transcurren en paralelo y confluyen en algún momento clave... Está clarísimo que Pons era un narrador formidable, que hacía lo que quería con el lector, incluso cuando su dibujo no fuera el más pulido ni el más vistoso. En cuanto a los argumentos, a lo largo de 144 páginas se mantiene un nivel sumamente atractivo, con picos de una calidad superlativa. Paradójicamente el mejor guion aparece en la historieta más corta: "La Familia", una gema de cuatro páginas muy cercanas a la perfección. A algunas historias (como "Socios") le sobran las escenas de sexo, y en otras (como "Servicio Completo") el sexo es fundamental para la trama. Lo único que puede resultar medio piantavotos es que hay páginas con MUCHO diálogo, pero están tan bien escritos, que si le ponés un mínimo de esfuerzo, en vez de agobiarte te van a fascinar. Esta recopilación salió en 2004, con Alfredo Pons ya fallecido, y es importante porque es un material que hoy muy pocos editores se animarían a publicar. Escalera de Vecinos contiene historias adultas en serio, muy jugadas, donde obviamente no hay héroes ni villanos, sino otro tipo de conflictos, e incluso momentos de comedia, más distendidos, pero siempre manchados por un clima de transgresión que coquetea con el sexo, las drogas, la violencia de género y la sordidez. Por suerte, creo que me falta un solo recopilatorio de historias cortas de Pons, y si nunca lo consigo tampoco me quita el sueño, porque es todo material que tengo en distintos números de El Víbora. Si nunca entraste en el infierno urbano de este genio del comic español, Escalera de Vecinos es un gran punto de partida para explorarlo.
Me costó muchísimo terminar el Vol.16 de Historieta Revólver, estas 144 páginas de historias autoconclusivas a cargo de distintos autores y autoras argentin@s. Me encontré con mucho de lo de siempre, mucho unitario "de fórmula", el típico thriller que va para el lado del crimen o del terror y al final aparece un remate supuestamente sorpresivo... No sé, me aburrí un poco de ese estilo de unitarios. Y me pasó algo loco, que es que hay varias historietas que no entendí. Sí, ya sé, me expongo a quedar como un boludo si la mayoría de los lectores las entendieron, pero no importa. No entendí el final de la Pablo Burman, no entendí nada de la de Luisina Módica, no entendí la de Ramírez y Piriz (aunque me encantó el dibujo), no estoy muy seguro de haber entendido la de Renard y Monjes, ni la de Barbieri y Laclaustra, no tengo idea de qué se trata la de Hoffman y Juan Bobillo... Y es raro, porque es una editorial en la que trabaja un guionista profesional, serio, como Néstor Barron, que podría leer el material y decirle a sus colegas "che, esto está medio confuso"... Vamos con lo que más me gustó: obviamente los dibujos de Carlos Dearmas, siempre alucinantes; la historia corta de Brian Janchez; la de Alejandro Farías con dibujos de Gervasio y Jok (retorcida, pero no confusa); los dibujos de Gastón Vivanco; la historieta de Guido Barsi y Henry Díaz (que parece el principio de una novela gráfica); la de Alicia Palmer y Carina Altonaga (aunque la impresión salió muy opaca y el color quedó empastado); y tampoco está mal el guion de Jorge Carrión, "El interés propio", bastante perjudicado por la escasa pericia y nula imaginación del dibujante. Creo que lo mejor del tomo, la historia más pareja en guion y dibujo, con buenas ideas presentadas de manera clara y original, es "El Incidente Honno-Ji", escrita por el ya mencionado Barron y con excelentes dibujos de Marcelo Basile. No te digo que esas 12 páginas justifican todo el libro, pero sin dudas levantan bastante el promedio. También hay un unitario de Robin Wood y Juan Zanotto (alta dupla) que estaba inédito en castellano, y me parece muy loable que se haya podido publicar, pero no está ni cerca de las mejores historias de Un Giorno, Un Secolo, el libro para el que fue realizado allá por el año 2000. En general, a Primavera Revólver le sale muy bien el juego de combinar autores clásicos con otros de onda más experimental, con chicos y chicas jóvenes con menos trayectoria, etc.. Esta vez no pudo ser. No me da la sensación de que se hayan tirado a chantas, pero tampoco me voy tan satisfecho como otros años, en los que realmente esta antología marcaba un hito para los fans de la historieta argentina. Y nada más, por hoy. Nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.