Hoy estábamos conversando acerca de afanarse comics con un grupo de debate sobre comics que tenemos en Facebook. Todos contaban historias de comiquerías o eventos de los que se fueron con algún librito o revistita que "se olvidaron de pagar" y yo compartí (por primera vez en público) una de las anécdotas más grossas de toda mi vida comiquera. Ya que estamos, la comparto también por acá...
Yo siempre fui un queso para afanar, nunca junté los huevos que hacen falta. Siempre me ganó el miedo a ser descubierto y quedar para el orto, o que me caguen a trompadas. Pero UNA vez me animé.
Para que se den una idea, yo empecé a comprar comics por inernet con tarjeta de crédito en 1997, cuando todavía existía el dial-up. Las páginas de los dealers eran una chotada, donde vos no veías qué material estaba “in stock” y cuál “out of stock”. El pedido se hacía por mail, prácticamente a ciegas. Pero el material llegaba, se pagaba barato (era el 1 a 1) y con un amigo aprovechamos para armar o cerrar bocha de colecciones. Yo ponía la VISA y él la internet, que en ese momento era casi un lujo para pocos.
Una de las colecciones que me fui armando era Hellblazer. Yo la había leído de prestado y recién me cebé como para comprarla todos los meses cuando le pusieron el logo de Vertigo. Ahí empecé a juntar para adelante y para atrás. Y en esa época no eran tan caros los primeros números, así que la fui completando. Peeeero… en todos los pedidos que le hacíamos a estos primeros dealers virtuales siempre pedía UN número de Hellblazer que nunca llegaba, siempre estaba “out of stock”. No era el de Gaiman, no era uno de los de Morrison… era el n° 59. No había forma de conseguir esa revistita del orto.
Tanto en el ´98 como en el ´99 fui a la San Diego Comic Con, lo busqué y no lo encontré. Para esta altura, ya era el único número que me faltaba para completar la serie. Hasta que llega la SDCC de 2000, la última a la que fui. Ahí me encuentro con un stand de un dealer que tenía los comic-books organizados por autor, no por título. Y los precios, muy zarpados. Busco “Garth Ennis” y lo encuentro: este turro tenía la Hellblazer n° 59. Y a un precio disparatado. Ponele u$ 25, en una convención donde los indios sudameriquichuas llenábamos valijas enteras con revistitas a u$ 0.50. La miré, la dejé, la volví a agarrar, la volví a dejar… Al final ese First of the Fallen me miró fijo, me corrompió el alma, y –con mi mejor cara de poker- me la mandé de keruza adentro de una carpetita en la que tenía los listados del material que buscaba.
Para sentirme menos choto, a ese dealer le compré unas Adventure Comics de Legion que, como estaban medio baqueta, me las cobró a un precio hiper-razonable. Era la primera vez que afanaba un comic, tenía más de 30 años y estaba acreditado como Prensa. O sea, tenía TODO para hacer el papelón de mi vida si me pescaban. Lo que más me costó fue juntar la sangre fría para acercarme al dealer y pagarle las Adventure Comics. Temía que la cara me delatara. Pero salió todo bien. En el primer tacho de basura que encontré, le arranqué a la Hellblazer n° 59 la bolsita etiquetada con el precio, para que no se pudiera identificar como “afanada en tal stand”. Y acá viene lo mejor.
Me voy al stand de DC, donde estaba firmando… sí, Garth Ennis. Me acerco y le digo:
-Me faltaba este numerito para completar Hellblazer. Un garca me lo quiso cobrar u$ 25, pero la maldad del First of the Fallen me poseyó y me lo afané.
- Jajaja! Qué grosso!- dice Ennis, y me firma la portada.
Nunca más me afané un comic, pero todavía recuerdo muy vívidamente esa mezcla de vergüenza y victoria que sentí esa tarde en San Diego.
jueves, 14 de enero de 2016
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18 comentarios:
Jaja edberias escribir tus memorias comiqueras Andres ya es hora!
Jajáh!
Eso explica por qué es la última a la que fuiste... :)
¡Hombre grande..., qué vergüenza!
¡Abrazo!
A .-
El comentario de Ennis me saco una risa, que capo Ennis :D.
Y bue como dicen ladron que roba a ladron
Muy buena anécdota Andrés. Completar una colección merece el riesgo. Beso!
Buenisimo
Bueno, ahora resta arriesgarse con una ficción alla Guido Cuadros. Dos recordadas páginas que a lo mejor no superan algunas crónicas afanosas, pero quién sabe. Hay quien piensa que hace mucho estamos en la post modernidad.
Andrés, hoy no pude entrar al sitio de Comiqueando en todo el día.
Se ve todo en blanco...
¡Gizmo fytal! ¡Eso sí es un problema!
Hay cosas peores. A modo de ejemplo, un botón: John Romitta Jr. va a dibujar TODO el universo DC en el mes de Abril... estuve viendo esas portadas y parece que se esmeró un poco más que de costumbre, pero es una situación insostenible. No es el mismo chabón de los 80's, lo cambiaron por otro en serio y roba con el nombre y estos hijos de puta de DC le dan esta oportunidad para seguir destruyendo la editorial. Conspiranoico o no, a los hechos es los mismo. ¡¡La puta llena de estrías que te re puta parió, DiDio hijo de puta!!
Y no importa que sean solo portadas, yo no lo quiero ni en los stickers de los chicles, si aún comiera chicles.
Igual ya se que los chicles no se comen y solo se mastican, pero uso el término genérico de "comer", como en "metiéndose algo en la boca". Espero que se entienda y no se preste a confusiones indebidas.
Hace años, en mi adolescencia, vi que un amigo tenia en su repisa el toda mafalda. Segun él se lo había regalado su tío. Meses más tarde se lo pido prestado para leer los extras (yo ya tenía los libritos, aunque algunos hechos percha). Luego de mucha reticencia me lo presta. Una vez en mi casa descubro que no era regalo una chota: el libro tenía en la contratapa la tarjeta de una biblioteca pública de la cual evidentemente habia sido "dormido".
La cuestión es que dejé de ver por largo tiempo a este chabón y pasaron largos meses hasta que cayó por casa a pedirme el libro de vuelta. Le conté de mi descubrimiento y le dije que hice lo que me pareció correcto y lo devolví a la biblioteca. El tipo primero se enojó, pero luego apelé a su moral católica y al final me entendió y lo aceptó y quedamos en paz.
Ese Toda Mafalda sigue en mi biblioteca hasta el día de hoy, por supuesto.
Y desde este humilde lugar expreso mi apoyo a JRJR, que con su calidad narrativa se empoma cual brochette a la gran mayoria de dibujantes de superheroes mucho mas celebrados.
Yo robé algunas cosas. Pero mi peor robo fue con abuso: intercambié con un pibe (solo como préstamo temporal) una edición de La balada del Mar Salado de Norma, pésimamente coloreado, x Las Célticas, un tono que aún no tenía y ya era casi imposible de conseguir (esto sería en 2000).
El préstamo se prolongó y se prolongó, y yo deseaba eternizarlo xq ganaba yx mucho. Un día le recordé al pibe (al que no veía mucho, era amigo de una amiga), y me dijo "ah, sí; aunque si querés lo dejamos así y ya está, aunque no sé si querás, porque el tuyo es a color y el mío blanco y negro". No sabía cómo evitar que el pibe se diera cuenta de mi alegría al estar recibiendo un casi incunable a cambio de un libro que se conseguía (y consigue) en cualquier comiquería (y en aquella época, hasta en algunos puestos de diarios).
Se llamaba Juan, no lo vi más. Quizás hoy lea esto. Espero que no se sienta estafado. Y si no, perdón.
Bueno, pero para gustos... colores. Ya vimos cómo reaccionan algunos ante los coloreados digitales con degradados re cabeza que para mí son vulgares pero para otros son gloriosos. Está muy bien. Hay gente que prefiere un buen Gaturro con satinación y brillantina que al recordado Skreemer (con ese coloreado que a mí me parece simpático). Yo lo tenía y lo regalé, porque mi biblioteca no adolece de la vanidad de la conservación, ja ja.
Debe ser algo que hacen los comiqueros? Conozco gente que hizo lo mismo en Fantabaires 98 y se lo firmó Neil Gaiman
Debe ser algo que hacen los comiqueros? Conozco gente que hizo lo mismo en Fantabaires 98 y se lo firmó Neil Gaiman
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