el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 4 de agosto de 2020

THOR: VIKINGS

Pleno verano en Agosto, y así, en remera, pantalón corto y ojotas, me siento a redactar un textito acerca de lo último que leí. Años y años busqué el puto TPB de Vikings con menos éxito que un ministro de salud chileno enfrentando la pandemia. Así que cuando un amigo me ofreció la miniserie en revistitas, me resigné y dije “adentro”. Veamos con qué me encontré al recorrer estos cinco numeritos (llenos de avisos publicitarios uno más horrendo que el otro) escritos por Garth Ennis y dibujados por Glenn Fabry. El dibujo está bastante bien. No descubro nada si digo que Fabry se luce muchísimo más como portadista que como dibujante de historietas. La portada de Fabry comparada con el dibujo interior de Fabry es más o menos como el opening de los Thundercats comparado con la animación de los episodios. Ni en pedo vas a encontrar adentro del comic la magia que tira el británico en las portadas. Pero tampoco es un mediocre, ni mucho menos. Es un buen dibujante de aventuras violentas, de alto impacto visual, con un despliegue impresionante en fondos y escenas de multitudes, con cientos de cuerpos en movimiento. El trabajo del colorista Paul Mounts le agrega un poco más de clima, que por ahí el trazo de Fabry no tiene, y realza un poco la onda de fantasía oscura y putrefacta que intenta transmitir el guion. Garth Ennis, por su parte, se da el gusto de contar una aventura de superhéroes con sus propias reglas, con muertes truculentas, alguna grosería y un Thor que no encaja mucho con el Thor que leímos toda la vida. Su Dr. Strange (sin duda el personaje secundario con más peso en la trama) tampoco se ajusta mucho a lo que uno espera en materia de caracterización, pero bueno, no importa. Imaginate que es un comic de la editorial Pindonga o Cuchuflito, y que esos no son los héroes clásicos de Marvel, si no otros inventados por Ennis. El conflicto está MUY bien planteado, el primer episodio es sumamente atrapante, y realmente te hace sentir que estamos ante una amenaza recontra-heavy y recontra-jodida. El desarrollo se hace un poco largo, se toma muchas páginas para explicarnos cuál es el plan de los buenos para frenar el embate de lo malos, y al final se resuelve todo un poquito fácil, para mi gusto. Esto mismo, narrado en 64 páginas en vez de 110, sería una bomba atómica de un poder destructivo sensacional. Estirado a 110 páginas, se diluye un poco, y se hace llevadero básicamente porque los diálogos son muy buenos y el villano es muy hijo de puta y te termina gustando ver una tras otra las atrocidades que le hace cometer Ennis hasta el momento en que recibe su merecido. Vikings tiene las dos cosas que más me gustan de las historietas del gran guionista irlandés: escenas 100% bélicas (en este caso, con un aviador alemán que le da baile a los ingleses en la Segunda Guerra Mundial) y momentos de un humor negro espeso, impregnado de exquisita mala leche. ¿En un comic de Thor? Sí, Ennis aprovecha que esto sale en un sello apuntado al público adulto y nos regala un festival de mutilaciones, violaciones (estas no las muestra Fabry), decapitaciones, tripas y hectolitros de sangre, todo en un contexto ambiguo, que combina acertadamente el horror con el humor. Me imagino a Stan Lee o a Jack Kirby leyendo Vikings, con un gesto de estupor y desolación, pensando “qué irresponsables debemos haber sido para que los personajes que inventamos caigan en manos de zarpados como este”. Como si le hubieran dado una ametralladora a un nene de ocho años y le hubieran dicho “andá, nene, andá a jugar a la plaza con el chiche nuevo”. No te quiero vender el chamuyo de que esto es comic de autor dentro del mainstream, ni que es un enfoque adulto sobre el tema de los superhéroes. Es un comic clásico, lineal, casi obvio, donde la sorpresa pasa por la crueldad, la truculencia y el grado de salvajismo con el que está contada la clásica pelea entre buenos y malos. Hay un mínimo subtexto político, un diálogo desopilante en el que George W. Bush queda como el subnormal que es, y cierto contraste (apenas esbozado) entre el aguante infinito de los vikingos y la comodidad aburguesada y desapasionada de los newyorkinos. No mucho más. Para divertirse un rato está muy bien, y si sos hardcore fan de Ennis y lo seguís a todas partes, seguro te va a encantar verlo meterse con un superhéroe clásico, noble e incorruptible como es Thor. Aguante el veranito dentro del invierno y nos reencontramos pronto, con nuevas reseñas acá en el blog.

2 comentarios:

Ted Kord dijo...

Divertida lectura pero bastante chota si sos un fan del personaje. Thor queda como un re pelotudo varias veces, el guionista juega con eso bastante. Me causó una sensación incómoda como cuando leí 1985 de Millar y los villanos marvel en el mundo real hacen atrocidades varias. Acá el vikingo que hace de "villano" es como si les mojara la oreja a Lee/Kirby diciendo "Así eran los vikingos de verdad, no nobles caballeros con barba". Estos traspasos de temas y situaciones más reales si se quiere, son todo un tema dentro del mundo comiquero de los super-heroes. Saludos

Nahuel2017 dijo...

Justo estaba releyendo la nota de thor, que casualidad