martes, 7 de mayo de 2024
MARTES EN FRANCÉS
Estoy empezando a bajar los pilones de material que me traje de Francia y Bélgica, así que me toca leer mucho en francés, durante los próximos años (sí, traje una bestialidad de libros).
Empiezo con Confidences d´une Prostituée (confidencias de una prostituta), obra maestra del glorioso Takao Saito, realizada en 1972. A lo largo de diez historias autoconclusivas, el creador de Golgo 13 da cátedra de gekiga y le canta "quiero retruco" a su viejo amigo Yoshihiro Tatsumi. Los relatos que componen el libro son 100% reales, chiquitos, íntimos, sin asesinos a sueldo, ni samurais, ni grandes cataclismos. Son historias dramáticas de gente común sin chistes, sin elementos fantásticos y muchas veces sin ni siquiera acción. Historias definitivamente para adultos, ambientadas en un burdel de Osaka de los años ´30, que una prostituta sesentona ya retirada le revela a distintos personajes.
El tramo ambientado en el presente, con el que Saito empieza y termina cada historia, es lo menos atractivo de la serie. Pero las confidencias, las revelaciones que el autor nos presenta acerca de lo sucedido en el pasado, son invariablemente cautivantes. De los diez guiones, hay uno solo que me pareció claramente por debajo del resto, y los otros nueve son maravillosos. Son historias de amor, de lealtad, de sueños rotos, de dignidad, de desencuentros, de injusticias, en las que el sexo en general ocupa un rol muy secundario, más allá de que todas las protagonistas sean "damas de compañía". De hecho, en las casi 340 páginas que tiene el libro, hay una sola página (la primera del octavo relato) en la que Saito nos muestra un garche con alguna intención erotizante, como si buscara levantar la temperatura de los lectores. El resto de las escenas de sexo (hay muchas) son más bien trámites protocolares.
Casi 340 páginas, historieta de los años ´70 con bastantes cuadros por página, algunas páginas muy cargadas de diálogo, historias intimistas en las que escasea la acción... ¿no te aburrís? No, porque dibuja Takao Saito. El ídolo acá trabaja en dos registros muy distintos. Las secuencias del pasado, es decir, el núcleo de las historias, están dibujadas en el mismo estilo de Golgo 13, con un claroscuro fuerte, muy dinámico, y las tramas de grises aplicadas como lo indica la tradición del manga de esa época. Fondos muy laburados, personajes más sintéticos, festival de líneas cinéticas cada vez que alguien hace un movimiento más o menos brusco, secuencias mudas de las que los críticos de antes denominaban "cinematográficas"... en fin, lo de siempre, pero a un nivel altísimo. Y en las secuencias del presente, las que abren y cierran cada entrega, Saito se va al carajo y más allá. Acá ensaya un estilo distinto, en base a pinceladas muy sueltas y a un uso increíble de las tramas mecánicas, que por momentos parecen trazos de carbonilla. Estas páginas tienen unos climas hermosos, y unos efectos de iluminación (logrados también con las tramas) muy adelantados a su época, con cosas que muchos años después veríamos en historietas de Fer Calvi, Víctor Santos, Darwyn Cooke... una maravilla.
Así que Confidences d´une Prostituée me llevó mucho tiempo de lectura, pero me gustó muchísimo y espero que algún día se publique en castellano, o aunque más no sea en inglés, para que más gente pueda leerlo.
Si creías que Astérix se había ido a la B con la muerte de René Goscinny, ni se te ocurra leer un tomo de Iznogud posterior a la muerte del maestro. Yo tuve la mala idea de leer el Vol.15, La Infancia de Iznogud, que es el primer álbum escrito y dibujado por Jean Tabary, y la verdad que no tiene pies ni cabeza. Además de haber leído de pendejo varios episodios de los que escribió Goscinny, me sedujo la edición, una versión pocket muy barata (la pagué literalmente centavos) de 1987, en la que la historieta está toda remontada para que en vez de 45 páginas ocupe 127. Debe haber alguna que otra viñeta retocada, pero en general se lee perfecto, y lo más importante: al achicar el tamaño no achican la letra, que se ve sin ninguna dificultad. Es un remontaje muy cuidado, sin espacios blancos dentro de la página, sin deformar los dibujos... realmente un gran laburo, para que la historieta llegue a gente que por ahí no puede pagar los álbumes con tapa dura y papel ilustración, pero sí esta versión "para pobres".
El problema es que la pobreza se hace presente también en el argumento de La Infancia de Iznogud. Con la torpeza de quien lo hace por primera vez, Tabary se tropieza una y mil veces con una narración que tiene tres o cuatro ejes centrales superpuestos, y ninguno llega a buen puerto. Pasan tantas cosas, narradas de manera tan frenética, que uno siente que leyó siete álbumes, no uno remontado. Pero las ideas no ensamblan bien, los chistes recurrentes que en las historietas de Goscinny aparecían como complemento acá por momentos se comen a la trama central, con la excusa de que hay magos pasan cosas que no tienen ninguna explicación... es un kilombo narrativo que evidentemente se escapa del control del autor. Por momentos, el Gran Vizir trata de parar la bocha y pensar qué carajo está pasando (y cómo puede sacar provecho de la situación), pero enseguida se suceden más secuencias frenéticas, más gags bastante violentos (probablemente los más cómicos) y entran en escena más elementos que empiojan más la narración.
El dibujo está muy bien, no me puedo quejar para nada de la labor de Tabary al frente de la faz visual. Para cuando se produjo su debut solista en Iznogud, el autodidacta nacido en Suecia y fallecido en Francia manejaba a la perfección ese estilo suelto, dinámico, super expresivo que había inventado André Franquin en los ´50 y, sin ser un genio, era un narrador sólido que armaba muy bien las secuencias, se rompía el culo en los fondos y transmitía muchísimo con las expresiones faciales. Me guardo el librito por el dibujo y por el formato, que me pareció un hallazgo.
Nada más, por hoy. El lunes 13 se cumplen 30 años de la aparición del nº1 de Comiqueando, así que lo más probable es que hagamos una transmisión en vivo en el canal de YouTube para festejarlo. Nos vemos por ahí, y probablemente antes del lunes haya nuevas reseñas, acá en el blog.
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3 comentarios:
Que copado, algun dia quiero ir a japon para estar con una prostituta japonesa. Dos. Vestidas asi, con el coso ese, en una habitacion asi, con esas puertas de madera asi, y que me digan cosas en japones.
Despues voy a ir a Nintendo y a esos arcades raros y a comer sushi.
Todo de la mano de otra prostituta japonesa, de 22 años, que me escoltara por la isla. Y hablara asi, "I'll give you much pleasure, western man" asi, todo con la mejor disposicion y dedicacion-samurai- hacia mi persona, para producir el regocijo de mis sentidos. Bien. Japonesa obediente. Que cosa tan tierna.
Es recomendable el material viejo de iznogud? Nunca lei nada de eso
Sí, los álbumes escritos por Goscinny son muy buenos. Sobre todo al principio, cuando en vez de una sola historia larga cada álbum trae varias historias cortas, de 10 ó 12 páginas.
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