miércoles, 13 de enero de 2010
13/ 01: LOS REYES ELFOS: LA DONCELLA Y LOS LOBOS
Víctor Santos tiene nombre de marcador central de equipo de la B Nacional, esos aguerridos zagueros coleccionistas de amarillas, siempre más cerca de partir un fémur que de dar una vuelta olímpica. Pero no. Es uno de los autores más notables y más prolíficos que nos dio España en la década que acaba de terminar. Y lo de “prolífico” no es hipérbole: muchos lo habrán descubierto en 2009 por la novela gráfica con guión de Brian Azzarello que hizo para Vertigo (Filthy Rich), pero Santos trabaja duro y parejo hace ya muchos años en dos vetas paralelas. Una es la del policial negro, bastante en la línea de Sin City (aunque con mejores guiones), en relatos poblados de mujeres fatales, losers calibre 38 y algún ninja jodido como enema de chimichurri. Acá hay muchas obras de Santos para destacar, pero recomiendo empezar por Pulp Heroes.
Y la otra veta, que es la que hoy nos ocupa, es la de la fantasía épica. Santos es fan de Tolkien y de las mitologías escandinava y germana y explora con maestría todo ese folklore en la saga Los Reyes Elfos, de la que lleva ya varios libros. Este tomo en particular reúne nueve historias cortas, ambientadas en distintos momentos de la cronología de la saga, y fáciles de ubicar entre los tomos centrales, los de las historias largas. Yo cai acá de rebote, cebado por la labor de Santos en Pulp Heroes y demás comics hard boiled, sin haber leído las historias largas, y al toque entendí todo. No sólo eso: me dieron ganas de conseguir TODOS los libros de Los Reyes Elfos, incluso los tomos de historias cortas en los que Santos escribe para dibujantes invitados.
Hasta ahora, había visto a este autor descoserla en relatos de alrededor de 48 páginas, con una narrativa bien cargada, al estilo Matt Wagner. Acá me demostró que no falla tampoco en espacios chicos. A veces le alcanzan dos páginas para plantear una historia, rematar y agujerear la red. No es fácil. O sí, si uno se conoce MUY de memoria a sus personajes y su universo. Cuando es así, seguro tenés alguna secuencia de las sagas anteriores que te parece que quedó corta, o a la que le diste poca bola, y puesto a desarrollarla un poco más, te sale una muy buena historieta corta. La gran Hellboy, bah… Con La Doncella y los Lobos pasa algo parecido que con los tomos de historias cortas de Hellboy: todo cierra, todo desliza sutiles referencias a las sagas largas y todo hace que quieras salir corriendo a comprarte todo lo demás. Y encima La Estrategema Sigfrido, Mercancías, y Elfos sobre mi Tejado son EXCELENTES historias cortas, más allá de formar parte o no de un todo más grande y más ambicioso. Aunque tal vez el relato más notable sea el que cierra el libro, El Legado Sangriento, simplemente por las posibilidades que abre para pensar en futuros arcos de Los Reyes Elfos.
Para esta edición, las nueve historietas se ordenaron según la cronología de la saga, o sea, no aparecen en el orden en que las realizó Víctor Santos. Así es como vemos saltos bastante brutales en el dibujo, y por momentos hasta cuesta creer que TODO haya sido dibujado por una misma persona… En sus primeras historietas, Santos seguía muy de cerca a los dibujantes cool del mainstream yanki (Chris Sprouse, Mike Wieringo, Jason Pearson, esa onda) pero después empiezan a aparecer cositas de Mike Mignola, de Javier Pulido y –ya en las historias más recientes- un sano amor por Darwyn Cooke.
A esta amplia y atractiva variedad visual sumémosle un montón de búsquedas en materia de narrativa (acá no sólo hay “wagnerismos”, sino decenas de yeites distintos) y vamos a estar frente a un tomo realmente atrapante, una recorrida muy intensa y reconfortante por la obra dispersa de un autor imparable. Por si faltara algo, y fiel al espíritu Hellboy-esco, al final de las nueve historias Santos nos cuenta dónde se publicaron originalmente, que cambios o retoques les hizo para esta edición, en qué leyendas o mitos se basó para cada una y cómo se relacionan con la saga principal (que básicamente narra la vida y las aventuras del rey elfo Ehren Heldentodsson). Y de nuevo, fiel al espíritu Hellboy-esco, se las ingenia para meter… villanos nazis!
Si te gusta la fantasía épica, o simplemente querés descubrir a un nuevo y alucinante creador de grandes historias, rendile pleitesía a Los Reyes Elfos. Tal vez Víctor Santos lleve el 2 en la camiseta, pero juega todos los partidos para 9 ó 10 y el Olé lo pone como figura.
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3 comentarios:
Una pregunta nomás, ¿cuando decís "dibujantes cool" lo decís con onda o como "dibujantes del montón"? Porque a mi Chris Sprouse me gusta mucho, más que nada en su paso por Tom Strong y aquella miniserie de Midnighter escrita por Garth Ennis.
No,lo digo porque eran cool. Novedosos, con un toque juvenil, una cierta (no mucha) influencia del manga... nada que ver con los dibujantes clásicos (onda Neal Adams, digamos), ni con la estridencia pelotuda de McFarlane y Liefeld...
A mí también me encantan Sprouse, Pearson y el finado pero nunca olvidado Wieringo.
Wieringo era lo más, en Flash la rompíó toda y en Spiderman demostró habilidades narrativas alucinantes. Un groso.
Y santos también, los relatos más largos de él tienen una narrativa muy copada y llena de cambios de ritmo; y los relatos cortos son una belleza para leer.
Encima tener tanto amor por un grupo de personajes como para seguir narrando historias en el formato que venga lo vuelve un tipo admirable, super comprometido con su obra.
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