Hoy tenemos una obra de un autor argentino, pero que no se puede considerar historieta argentina, porque está hecha para Francia con guionista francés. Se trata de un libro de 2009 realizado por el maestro Enrique Breccia junto al enorme Xavier Dorison, guionista de El Tercer Testamento, entre muchos otros hitazos del comic francófono.
El primer tomo lo leí poco antes de empezar con este blog y lo único que me acordaba era que había un soldado con una armadura pulenta, onda Iron Man, pero de la Primera Guerra Mundial. Menos mal que este tomo arranca con una breve síntesis de lo sucedido en el Vol.1, si no, tenía que releerlo sí o sí. La referencia a Iron Man tampoco es aleatoria: cuenta la leyenda que el origen de este proyecto estuvo en Marvel, donde se iba a publicar como una versión alternativa del Vengador Dorado, hasta que algún coordinador (o alguien de más arriba, no sé) mandó todo al freezer. Ahí fue que Dorison reformuló la historia para desvincularla del Universo Marvel y –de paso- convertir a su héroe en una especie de símbolo patrio francés, más al estilo del Captain America.
El resultado es un comic que no se lee como el típico álbum francés. De hecho, pasan muchas menos cosas que en el típico álbum francés de 64 páginas. Los Centinelas tiene pocas viñetas por página, Breccia mete primeros planos y planos detalle a lo pavote, y las escenas de acción tienen la estridencia y el impacto de los buenos comics de superhéroes. Pero guarda, que tampoco se podría enrolar fácilmente en este género. Primero, porque hay todo un trasfondo bélico, bastante enchastrado de runflas espúreas, al estilo del Suicide Squad. La estructura del relato tiene mucho más que ver con el comic bélico que con el superheroico. Y además, la aparición de ese tipo con habilidades sobrehumanas genera un upgrade en los niveles de violencia, que Breccia no se abstiene de representar de un modo muy gráfico. O sea que para los standards del típico comic de superhéroes, a Los Centinelas le sobra un poco de gore.
El guión de Dorison va para adelante, no da vueltas. Los protagonistas son los buenos y tienen que cumplir una misión. Punto. Los malos (alemanes, pero todavía no nazis) no tienen ningún desarrollo: son un mero obstáculo. Y los buenos sí, tienen un trabajo muy logrado de caracterización, especialmente para Gabriel Féraud (el Cortahierro) y el grandote Djibouti, un wild card sumamente humano, tal vez el personaje más tridimensional, con el que más fácilmente se puede llegar a identificar el lector.
Quizás lo más interesante sea cómo Dorison saca provecho de una situación real, la Primera Guerra Mundial, pero no deja que eso lo encorsete ni lo condicione. El guionista se caga en el rigor documental (generalmente incuestionable entre los guionistas galos) y usa al momento histórico como un marco para un relato fantástico; nunca quiere brindarnos una crónica, siempre prioriza la aventura, lo fantástico y esa sensación de epopeya a pesar de todo, de epopeya medio mugrienta, medio zaparrastrosa, del triunfo logrado con un gol con la mano en el minuto 97 y festejado como si hubiese sido una goleada monumental.
El dibujo de Enrique está espectacular. Acá alguien le habrá puesto un chumbo en la cabeza (o mucha plata) para que dibuje lo que menos le gusta dibujar, que es la figura humana en movimiento. Este tomo está lleno de gente que corre, que lucha, que vuela a la mierda producto de una bomba que explota. Por supuesto, el Churrique está más a gusto cuando puede dibujar primeros planos, repletos de expresividad y gestos copados, o esas escenas tranqui de la campiña francesa, en las que todo se ve (se contempla) bien de lejos. Y aún así, en las muchas escenas de acción despliega todo el poderío de su dibujo. Como si eso fuera poco, acá Breccia se colorea a sí mismo, lo cual es como jugar con cuatro anchos de espada en el mazo. No esperes las genialidades del insuperable De Mar a Mar, pero sí preparate para un color que, si bien es “muy francés”, muy finoli, muy cuidado, tiene unos exabruptos electrizantes. Cuando la cosa se pone heavy, Breccia pasa de unos tonos sutiles, casi cautelosos, a un estallido cromático de gran intensidad y obviamente de gran belleza plástica. Pero siempre con la línea como protagonista, excepto cuando los hombres se convierten en manchones de sangre bajo las balas de uno u otro bando.
No sé si se hizo un tercer tomo de Los Centinelas. Creo que no. Los dos que hay, son un híbrido raro entre comic francés, argentino y yanki muy entretenido de leer, con tramas lineales, subtramas interesantes, buenos personajes, un conflicto simple y bien definido y unos dibujos del mega-carajo, a cargo de uno de los historietistas definitivos, uno de esos monstruos sagrados que tienen tinta en vez de sangre. Lo recomiendo a full.
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10 comentarios:
Ya que hablás de Breccia a color, ¿leiste Lovecraft, esa especie de novela gráfica adaptada aparentemente de un guión cinematográfico?
La historia mal no está, pero los dibujos son espectaculares, y el color es genial y creo que es de él mismo. Yo ligué una edición de tapa dura muy buena de Norma a un precio increíblemente bajo y si bien la leí una sola vez, cada tanto la vuelvo a abrir para mirar los dibujos.
Sí, por supuesto. Tengo esa novela gráfica, la leí y la mega-recomiendo. Es una gloria, de punta a punta.
FELIZ DIA DE LA HISTORIETA!!!
Maximiliano
Hablando de que algo hecho por un autor argentino debe ser considerado francés me lleva a una duda como recién iniciado en la historieta que soy: es posible armar una biblioteca de comics por paises o sería algo demasiado arbitrario y sin sentido?
Gracias.
Todo es arbitrario, Anónimo...
Y sí, yo trato en lo posibles de guardar todo el manga en el mismo sector de mi biblioteca, todo el comic europeo en el mismo sector, todo el comic yanki junto y así.
No siempre se puede, por una cuestión de formatos. Pero no es un delirio plantearlo.
Andres:
Si, hasta donde se hay hasta un 4 tomo en Francia (si no salio ya debe de estar por salir) el tomo 3 es "Verdun" y el 4 es "Los Dardanelos" (Gallipoli). Ese segundo tomo de Norma se consigue por estos pagos?
Muchas gracias.
Saludos
Sí, los dos tomos de Norma se ven sin mayor dificultad en las comiquerías porteñas, aunque a precios medio salvajes.
Y qué grosso que haya dos más! Espero conseguirlos algún día, en algún idioma!
Conseguí el Vol.3 en francés... en una comiquería de Mar del Plata!
Ya se recontra-justificó el viaje!
Bueno, yo en la misma comiqueria de Mar del Plata, tuve en mis manos los originales del numero 1 de Breccia. Ya puedo morir tranquilo ja ja
Aquí en España tuve que esperar mas de 3 años para leer el segundo tomo, que desesperación!!!, y se seguro que hay un tercero.
Paciencia, la obra me parece muy buena, pero me gustó bastante mas el primer tomo que el segundo. A ver como avanza la historia.
Un saludo y muy buen post, muy completo.
Jorge.
(la imaginación dibujada)
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