Arranco con una joya bien actual, una de esas series que nos dan argumentos a los que creemos que la verdadera Golden Age es la que se está viviendo ahora. En el primer TPB de Injection, Warren Ellis y Declan Shalvey nos invitan a repensar el futuro de la mano de las cinco mentes más brillantes del Reino Unido: una especie de Sherlock Holmes, una especie de 007, una mina genia de la bioquímica y la física, una mina hiper-capa de la informática, y una especie de John Constantine, especialista en mitos y folklore del archipiélago, que niega tener poderes mágicos pero obviamente los está escondiendo. Entre los cinco, le inyectaron a la realidad una anomalía, una entidad artificial no física, no mecánica, pero con vida, raciocinio, capacidad de aprendizaje y sobre todo el poder para modificar el presente y acelerar el futuro.
Dicho así parece muy complejo. Pero leído en el comic, Injection es una especie de Planetary más cerebral, menos orientado a la machaca. Ellis no descuida el desarrollo de los personajes, riega todo con diálogos brillantes y personajes secundarios promisorios y logra engancharnos con una trama en la que (por ahora) hay poco margen para la acción. El irlandés Declan Shalvey acompaña con un dibujo elegante, expresivo, lleno de sutilezas y detalles logradísimos, por supuesto muy potenciado por la paleta de la infalible Jordie Bellaire. Injection no es tan emotiva como Trees, pero no se queda atrás en materia de conceptos cautivantes y personajes copados. Hiper-recomendable para fans de Ellis, o de la ciencia-ficción finoli, o de comics que –sin romper definitivamente con la aventura- se animen a no subirse al más de lo mismo.
Me voy a Chile, donde el año pasado se publicó Melodía, una novela gráfica de Gaspar Ortega en la que se nota mucho la influencia del genial Junji Ito. Melodía busca por todos los medios parecerse a uno de los mangas de este seminal autor, y la verdad es que las ideas con las que juega Ortega no tienen mucho que envidiarle a las de Ito. El chileno incluso se apodera de recursos narrativos típicos del manga de terror, se esfuerza por reconstruir ese tipo de clima, le pone énfasis a las secuencias mudas… No se puede decir que Ortega no haya hecho los deberes.
El problema es, básicamente, que no dibuja tan bien como Ito. No logra decidirse por una técnica de entintado y combina varias, muchas, más de las que conviene pelar en una misma página. Y la anatomía también, tiene pequeños desajustes que quizás Ito mostraba en sus primeras obras, pero no en las más recientes. Con menos efectos gráficos y con una impronta más personal, más original, no tengo dudas de que Gaspar Ortega podría generar una obra de gran nivel. Esta vez, se quedó en las buenas ideas.
Y cierro con la edición argentina de Zonzo, el primer libro de Joan Cornellá que se publica en nuestro país. Acá vemos al autor catalán hacer lo que mejor hace: historietas mudas de una o dos páginas, divididas en cuadros de idéntico tamaño y repletas de un humor que sorprende por la forma en que combina mala leche y absurdo.
Cornellá juega todo el tiempo al contraste entre su grafismo simple, amistoso y luminoso, y los chistes en los que suelen abundar la sangre, los muertos, las atrocidades y las porongas. Como suele suceder, algunos chistes son más graciosos que otros, pero en general disfruté mucho de la crueldad y el morbo del catalán y de su ingenio para mover la cámara y sorprendernos. Por ahí el dibujo y el color no me copan tanto, pero –como ya dije- es una estética pensada para contrastar con el contenido sórdido y macabro de los chistes. Si sos fan del humor sin barreras, en el que vale todo para hacer reir, las breves historietas de Cornellá se van a instalar definitivamente en tus retinas y te van a causar una mezcla adictiva de gracia, revulsión y WTF?!.
Grazie per tutti y nos leemos la semana que viene.
viernes, 23 de septiembre de 2016
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7 comentarios:
Quiero leer Injection. Y quiero que no sea corta, que dure su buena cantidad de números sin volverse eterna.
Hola Andrés, te consulto si de casualidad leíste o sabes que tal pueda estar ese "Death by Design" (o algo así) de Batman, me refiero al que tiene a Chipp Kidd como uno de los autores.
No, nunca la leí. El dibujo me pareció alucinante, pero el guión no me llamó la atención como para darle una posibilidad.
OK, gracias. Entonces estamos en la misma, estás describiendo exactamente lo que me pasa a mi.
Me cuelo en los comentarios porque leí "Death by design": es simpático y el dibujo es increíble pero esta pensado para funcionar muy como un comic de la golden age con giros modernos y eso le funciona mas que nada en la ambientación, después es muy naif, con algunos momentos que se torna demasiado hablado con diálogos tirando a pedorros y un argumento muy predecible.
Ojo, si sos arquitecto seguro es recebadora porque el guionista lo es, el secundario groso lo es y la arquitectura tiene un lugar central en la trama. Pero para elseworlds de Batman en los 40's sin duda me quedo con "Dark Allegiances" del maestro Chaykin
Gracias por el aporte, Jack. Creo recordar que en "Gothic" también le daban importancia al tema de la arquitectura. En su momento no me fijé mucho en esas cosas, pero no creo que haya una ciudad más ideal o con más mística para explorar el tema que esta.
Totalmente, Pedro, Gotham tiene una mística especial para eso, creo que solo Opal City (de Starman de Robinson) le hace el aguante en estilo e historia. Una de mis historias favoritas de Batman es "Destroyer", esa donde un loco va volando edificios para que queden a la vista edificios más antiguos. Y "Gates of Gotham" es casi una secuela espiritual.
Igual en "Death by design" es muy literal lo de la arquitectura, hablan de planos, fallos estructurales, etc. No llega a ser técnico pero se acerca.
Saludos
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