Allá por 2002, cuando acá no lo publicaba nadie, Max Cachimba editó un hermoso álbum en España, con dos historietas: una de 31 pàginas y una de 15. La más larga, Un Cuarto de Pollo, es una aventura delirante que combina costumbrismo con una trama conspirativa de científicos bizarros, espías rusos y enanos de jardín. Cachimba banca en casi toda la obra la grilla de seis viñetas iguales y se apoya mucho en el texto, al punto que casi todos los dibujos son ilustraciones de algo que el autor ya nos contó en los bloques de texto. Cada tanto, el peso del relato recae en la secuencia de imágenes y nos acordamos por qué a fines de los ´80 y principios de los ´90 este pibe rosarino estuvo tan cerca de ascender al Olimpo. El humor que pela Cachimba en este trabajo mezcla el absurdo, la ternura freak, y –para mi sorpresa- algunos coqueteos con el humor más verbal, más basado en los juegos de palabras. Lo cierto es que la historieta se hace muy llevadera y entretenida.
La segunda historieta, Llueve, casi no tiene trama. Sucede en 15 páginas algo que podría suceder en cuatro viñetas, y todo el resto, el núcleo, la sustancia, cualquier atractivo que pudiera tener la obra, pasa por el clima, por la forma en que Cachimba elige mostrarnos eso que pasa, y otras cosas que no hacen a la trama en sí y pasan alrededor de esta. Un experimento raro, de comic más descriptivo que narrativo, apoyado en la belleza y la simplicidad de las imágenes. Visualmente, en las dos historias vemos al Cachimba del Siglo XXI, el del trazo limpito, apenitas tembloroso, que encontró la síntesis eliminando por completo la mancha negra y coloreando con sutileza esas formas raras que siguen siendo su marca de fábrica. Si sos fan de Cachimba, buscá este libro, porque (además de ser interesantísimo) es material que no creo que esté publicado en ningún otro lado.
También de 2002 es el Vol.3 de Promethea, obra clave de Alan Moore y J.H. Williams III. Acá también tenemos un experimento atípico. Moore y Williams se embarcan en un extenso arco argumental en el que la idea no es exactamente contar una historia en la que pasan ciertas cosas que llevan hacia un cierto desenlace, sino que tiene más bien la estructura de un viaje, de un paseo en el que Sophie y Barbara recorren las dimensiones que están más allá de la Inmateria. En cada uno de estos lugares hay un mini-peligro, un mini-desafío, pero lo importante es lo otro: la data que nos baja el Mago de Northampton acerca de la Cabala, la relación entre los números, las letras, los símbolos, los planetas, los días de la semana, los dioses de distintos panteones y algunos conceptos mucho más universales, como el lenguaje, el amor, la destrucción, la matemática, el alma, la furia, la imaginación, la memoria, etc. El propio Moore se da cuenta de que se va al carajo con la cantidad de data que tira. En un momento, Sophie comenta la relación entre el ajedrez, la mandrágora y el número 8, y al toque dice “Dios, ¿cómo sabía yo eso?”. Y, porque te escribe un tipo que (como en From Hell) no se aguanta las ganas de levantar la mano al grito de “¡Yo, señorita! !Yo estudié! !Yo sé todo!”. Ah, los tramos en el mundo real, con Stacia en el rol de Promethea, son brillantes. Quiero más de eso en el Vol.4, que no sé cuándo voy a leer. Lo de J.H. Williams, sin palabras. “Majestuoso”, “fastuoso” y “glorioso” le quedan muy chicas.
Y cierro con Leyendas de la Tierra del Fuego, editado en Ushuaia a fines de 2014. Acá, los dibujantes Omar Hirsig y Germán Pasti narran en forma de breves historietas los mitos y leyendas de las distintas tribus de aborígenes que poblaban ese triangulito que pende del extremo sur del mapa de Argentina, allá abajo, cerca de la Antártida y de la Savage Land. El escritor Federico Rodríguez se encargó de convertir esos relatos en guiones de historieta, y en general están bien, aunque hay algunas ideas tan grossas que uno quisiera verlas desarrollarse a lo largo de más páginas, con menos cuadros por página, con la información menos abarrotada. Serán ocho o diez a lo largo de todo el tomo, pero posta, son tan locas y gancheras que daban para una novela gráfica dedicada a cada una. Y después hay muchas historias que efectivamente se podían sintetizar en una o dos páginas sin desaprovechar su impacto. En cuanto a los dibujantes, flojito Germán Pasti, en un estilo muy pendiente del realismo fotográfico pero con serios problemas en el entintado; y muy bien Omar Hirsig, una especie de clon de Jok con gran manejo de la iluminación, del claroscuro, y capaz de que esas páginas repletas de cuadros y bloques de texto se vean bastante atractivas. Ah, hablando de bloques de texto: la tipografía de estos (que son muchos) y de los diálogos (que son pocos) se las eligió el enemigo. Sin dudas, un rubro a repensar en futuros trabajos.
Y hasta acá llegamos. Espero poder postear de nuevo el jueves, antes de salir para Córdoba. A los amigos de esa ciudad (a la que ya hace 5 años que no visito), los invito a acercarse el viernes, sábado y domingo al Docta Comic, donde voy a estar junto con grossísimos historietistas argentinos y el prócer gallego David Rubín. El lunes 10, casi seguro me pego una vuelta por Dibujados, acá en Capital Federal. ¡Nos vemos por ahí!
lunes, 3 de octubre de 2016
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4 comentarios:
Sólo leí Promethea de estas.
Todavía no decidí si hacerlas guita ( la verdad no creo que lo haga en un futuro proximo).
Los dibujos, puesta en página y todo son alucinantes.
La historia me gustó bastante al principio (ponele los dos primeros tpbs) y algunas cosas del final, pero en este tramo me aburrí un poco porque me pareció demasiado estirado.
Todo eso siendo hiper fan de Alan Moore
Con Stacia en el rol de Promethea lamento decirte que te vas a quedar con las ganas. Las pocas escenas que aparecen con ella te dejan siempre con ganas de más. Moore, creo yo, las pensó siempre como un complemento de la historia principal, que es siempre la de Sophie.
Todo el mundo que crea el barbado alrededor de Promethea es rico, interesante, maravilloso, pero es secundario. Pero obviamente y como es Moore, todo se conecta con todo y va hacia un fin majestuoso que aparece en el tomo final (el 5).
No sé si no es la mejor historieta de todos los tiempos. No hay UN fucking aspecto que esté descuidado.
Qué interesante lo de Cachimba. Aquí subí un par de historietas suyas (de las viejas).
Igual entré para decir que me gustaron las palabras de Inio Asano en Comiqueando on-line. No pude entrar allí para mencionar que Gantz es un manga de acción con una cuota de sensualidad interesante. Tiene ciertas cuotas de absurdo, si así se lo quiere ver. Por lo pronto, a mí me pareció que las escenas sexuales eran pertinentes, para nada gratuitas. Que aportaban al desarrollo de la profundidad de los personajes, etcétera. En fin, veré qué puedo leer de Inio Asano, pues no lo conocía. ¡Saludos!
Yo tampoco puedo registrarme o entrar en comiqueando, pero me gustó mucho la última mansion Wayne y la nota acerca de Star Trek...
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