el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 13 de diciembre de 2021

FOUR LETTER WORLDS

Esta semana no leí prácticamente nada. Apenas una antología de 144 páginas, de las cuales 128 son de historieta. Se llama Four Letter Worlds, la editó Image en 2005 y es muy rara, porque los autores que participan son básicamente todos los que en aquel entonces solían publicar en la editorial Oni. No sé cómo se le ocurrió a Eric Stephenson (capo de Image y coordinador de este proyecto) juntar en un único tomito a las principales luminarias de una editorial de la competencia, y me imagino que el fan de Image debe haber pasado por alto esta publicación. Si los fans de Oni hicieron lo mismo, lo más probable es que no se la hayan vendido a nadie. El libro contiene 16 historietas de ocho páginas, todas en blanco y negro, agrupadas en cuatro bloques de cuatro: Love, Hate, Fear y Fate. El primer bloque arranca con un guion menor de B. Clay Moore, combinado con excelente dibujos de Steven Griffin, a quien no tenía en el radar. Jim Mahfood detona su potencial expresivo con absoluto desparpajo en la segunda historieta, que a nivel guion tampoco me aportó demasiado. Un autor menos pegado a Image, el otrora muy prolífico Joe Casey, propone un buen relato urbano, con dibujos de Mike Huddleston a un nivel altísimo. ¿Y lo tenías a Jeff Parker dibujando? Acá el conocido guionista se despacha con un unitario en el que también dibuja… y muy, muy bien. El segundo bloque abre con un guion no muy inspirado de Jay Faerber, otro muchacho que en algún momento escribió 150 series al mismo tiempo y hoy está bastante olvidado. El dibujante no lo ayuda para nada: es Steve Rolston, a quien cualquier lector asiduo de la editorial Oni seguramente padeció alguna vez. La segunda historia prácticamente no tiene trama: es apenas la presentación (muy bien escrita) de un personaje llamado Peaches, una asesina a sueldo a la que el guionista Robert Kirkman (capaz te suena) dota de gran profundidad en apenas 8 páginas. Los dibujos, muy competentes, son de Matthew Roberts. Después tenemos a J. Torres y John Bernales con una historia que está planteada como un slice of life, con aspiraciones de parecerse a Love & Rockets, y con muchas referencias a la cultura pop de los años ´70. No es gran cosa. El ya mencionado Eric Stephenson nos castiga con una larga secuencia de diálogo disfrazada de historieta, y Mike Norton (que habitualmente pone huevo) se tira a chanta y dibuja lo menos posible. Tarde o temprano tenía que aparecer una historieta que apuntara más alto, más cerca de la genialidad que de un cumplimiento decoroso de las premisas de la antología. Y acá está, es la que abre el tercer bloque, una maravilla de altísimo impacto escrita y dibujada por el glorioso Phil Hester, sobre un argumento de Mark Ricketts. Le sigue un muy joven Jamie McKelvie, muy pecho frío, en una historieta discretamente escrita por Amber Benson que no me generó nada. El maestro Steve Lieber rompe la hegemonía de la no-aventura con un breve unitario de Underground, la serie de su creación que tendría una miniserie muy copada escrita por Jeff Parker (ver reseña del 19/08/10). Y otra maravilla: Scott Morse on fire, con un relato autobiográfico-lisérgico ilustrado como los dioses del claroscuro más brutal. El cuarto bloque empieza aburrido, con una historia de Chynna Clugston que levanta recién en la última página. Después llega un guion simpático de Jamie S. Rich (que, si no me equivoco, en esta época era jefe de coordinadores de Oni) con unos dibujos de Andi Watson realmente hermosos… pero afanados a mano armada a la dupla de Dupuy y Berberian. 10 en belleza, 0 en originalidad. Ya cerca del final, vemos cómo el equipito integrado por Antony Johnston y Mike Hawthorne fracasa en su intento de sacar a flote una historieta supuestamente inteligente. Y para el cierre, otra joyita: Matt Fraction te invita a reflexionar y a emocionarte con un guion hermoso y potente, y Kieron Dwyer lo dibuja con unas pilas impresionantes, con técnicas de las que habitualmente le vemos utilizar a Miguelanxo Prado. Lástima la grilla de ocho viñetas iguales por página, que en un librito de 13,5 x 20,5 se ven muy, muy chiquititas y es casi imposible leer los textos sin lupa o anteojos con aumento. Compré este librito sin tener la menor idea de lo que venía adentro, impulsado por algunos nombres de los que soy fan. Como en cualquier antología, esperaba encontrar un par de historietas copadas, algunas decentes y alguna garcha insostenible. De esas últimas, por suerte, Four Letter Worlds no tiene ninguna. Así que me llevo un buen resultado y el placer de haber descubierto un material que en su momento no tuvo mucha difusión, pero al que no le falta méritos. Bueno, sigo avanzando con el nº4 de la Comiqueando Digital, así pronto la podemos subir a https://comiqueandoshop.blogspot.com/. Gracias y hasta pronto.

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