el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 31 de agosto de 2011

31/ 08: CEMENTERIO ESTELAR


Vuelvo a darle una oportunidad al otrora glorioso Alfonso Azpiri, principalmente porque en este álbum trabaja con los guiones del siempre grosso Carlos Giménez. El truco que propone el creador de Paracuellos para este libro es muy ingenioso: son tres relatos ambientados en el futuro, con alienígenas y naves espaciales, pero basados en sendos cuentos de Jack London, que originalmente estaban ambientados en los EEUU de la época de los colonos y los indios. Sin traicionar el espíritu de los cuentos, Giménez les da un giro que los hace más atractivos para el lector actual y le abre el campo a Azpiri para prescindir de la documentación histórica y jugarse a imaginar con total libertad las civilizaciones, armas, vehículos y hasta dioses que aparecen en los relatos.
De las tres adaptaciones, la más lograda es la primera, la que convierte a “Lost Face” en La Gran Medicina. Acá el maestro madrileño dosifica tan bien los textos y plantea la acción de modo tan visual, que no se nota que está trabajando sobre una obra literaria. Parece una historia creada directamente para ser narrada en forma de historieta. La Gran Medicina es, a simple vista, una historia de astucia y picardía, pero si hilamos un poquito más fino, en realidad es una historia de dignidad, de negarle al vencedor el derecho a humillar al vencido. Amena, tensa y sorprendente, la crónica de las horas finales de Subienkov dura apenas 14 páginas, pero vale el precio que pagues por todo el libro.
Las otras dos historias, sin ser malas, son más flojas que la primera. La de Ik-Kok, es apenas una historia de venganza, protagonizada por un esclavo que un día le cobra a su amo todos los padeceres sufridos bajo su yugo. Y la tercera, El Rojo, es una historia de obsesión, de un tipo dispuesto a todo, movido por el ansia irracional de conocer un secreto arcano y por encima de la esfera terrenal. En ambas historias, Giménez se zarpa un poco más con los textos y a veces estos ocupan tanto espacio que entorpecen el ritmo narrativo y eclipsan el trabajo de Azpiri. Están buenas, pero podrían estar mejores.
En la faz gráfica, Azpiri cumple muy dignamente. Pilotea con bastante solvencia esas páginas llenas de texto, y las secuencias en el cementerio (que aparecen intercaladas entre las tres historias) donde sólo vemos a un robotito que habla y a unos bichos que lo escuchan. Don Goyo, el robotito, es demasiado parecido a los robots de La Casta de los Metabarones, pero bueno… no será la primera ni la última vez que Azpiri se “inspire” en dibujos de Juan Giménez. De hecho, todo el tratamiento del color está basado en lo que suele hacer el genio mendocino. En la figura humana es donde Azpiri se ve más original, más suelto, más plástico, más dúctil a la hora de darle expresividad a los personajes. A grandes rasgos, este trabajo es mejor que el que le vimos hace casi un año (25/09/10) y sirve para recuperar la fe en este gran dibujante, que fuera ídolo de muchos pibes que leíamos la Zona 84 en los ´80.
Y por ahora, vamos a aflojar un cacho con el comic europeo. La onda para Septiembre es –a modo de festejo del Día de la Historieta- darle mucha bola a la producción argentina, como para ponerme más o menos al día con un montón de material de autores locales que tengo sin leer. Habrá algo de comic latinoamericano, menos comic yanki que de costumbre, por ahí se cuela algún manguita, y el material europeo se va al freezer hasta Octubre. Y en Octubre volveremos a la normalidad, al mix esquizofrénico entre comics de todas partes del mundo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que opinion tenes de The Umbrella Academy? Hace poco me compre las dos miniseries y me partieron la cabeza

Andres Accorsi dijo...

Nunca la leí, Anónimo.
Sé que tiene muy buenas críticas y el dibujo de los Gemelos Fantásticos me encanta, así que algún día seguramente le entraré.