En realidad el título completo es “El maravilloso pequeño gran mundo de Raúl Estádler”, pero bue...
Este libro encierra una paradoja jodida como enema de chimichurri: es un canto de odio al comic hecho por alguien que ama al comic. Es una descarga de vilipendios e injurias contra los fans, los editores, los críticos y los guionistas, gestada por un tipo muy querido en el ambiente, al que no le faltan fans, al que la crítica aplaude, los editores respetan y los guionistas intentan seducir para sumarlo a sus proyectos. Evidentemente, el mayor desafío que encaró Nicolás Brondo a la hora de crear estas historietas no fue el del guión, ni el del dibujo, sino el de escindirse por completo del personaje (bueno, casi, porque Raúl también es dibujante de comics) para lograr que este proyecte una mala onda que Brondo jamás emitió ni generó. Lo más loco es que el prólogo lo escribe Diego Parés, quien sí se especializa en hacerse el “enfant terrible”, el tipo lapidario a la hora de descalificar a algunos colegas, el tipo de las opiniones polémicas, detonadoras de airados debates en las redes sociales, el ermitaño que le escapa a los eventos como si todos los organizara Muñones y que sólo se siente cómodo cuando publica en editoriales que son tan punk como él. ¿Será que Brondo pensó a Estádler como una caricatura grotesca de Parés? Da para pensarlo, pero lo cierto es que Diego es bastante más inteligente (sabio, me atrevo a decir) que el protagonista de estas historietas.
Historietas que -digámoslo de una vez- son chistes largos, secuencias breves que van directo a un remate rápidamente predecible. El personaje del dibujante que odia a los comics es indudablemente atractivo, pero por ahí adolesce de una cierta unidimensionalidad, se hace muy obvio muy rápido. Por suerte, Brondo le encuentra la vuelta para ir variando el enfoque, y cuando la estructura es repetitiva, lo zarpado de la actitud de Estádler (una especie de Milk & Cheese menos destructivo) la rema para que te resulte divertido.
La mejor historieta, la que más me gustó, es esa página muda en la que Raúl arma un faso. Eso es una joyita, políticamente incorrecta y con un tono propio, original. También me gustó mucho una de las que escribe Diego Cortés, esa en la que Raúl gana el Eisner y Grant Morrison (con anteojitos de Spider Jerusalem) le entrega el premio durante la ceremonia. Después hay unas cuantas páginas muy experimentales, en las que Brondo se dedica a probar técnicas para dibujar a mano alzada, sin bocetos ni lápices, y un montón de páginas en las que Brondo le deja el protagonismo (y el personaje) a otros dibujantes, entre ellos el propio Parés, Gustavo Sala, Sergio Más (que se manda una historieta de cuatro páginas), Dante Ginevra, Max Aguirre y Salvador Sanz, entre otros.
Y la última historieta, en la que reaparece Brondo, es una parodia a este mismísimo blog, en la que no aparece Raúl, sino una caricatura mía que denosta con virulencia (y con muchas frases que efectivamente aparecieron en reseñas aquí publicadas) las historietas del librito. O sea que si seguís este blog con cierta asiduidad, en esas dos páginas te vas a encontrar con muchas referencias que vas a reconocer rápidamente y que te van a arrancar más de una sonrisa.
Son 56 páginas, nomás, o sea que no hay mucho más para analizar. Simplemente subrayar lo bien que dibuja Brondo cuando se pone las pilas (esa viñeta en la que Estádler estrangula al gato es... perfecta) y lo bien que le queda experimentar, buscar variantes en su estilo y soltar su trazo para cagarse de risa un rato y descomprimir la bronca al tablero que cualquier dibujante -punk o no- puede llegar a experimentar cuando se siente prisionero de una historieta que no lo ceba, con la que no se identifica.
De última, Raúl Estádler actúa como actúa porque es un pobre infeliz, que se ve obligado a laburar en algo que no disfruta en lo más mínimo. Por suerte, Brondo sí se divierte, sí pone el alma, sí se deja llevar por la magia de la historieta. Incluso cuando sus creaciones lo putean, el cordobés honra al Noveno Arte con su talento y todo lo demás no importa nada.
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8 comentarios:
Tiene muchos invitados, mucho relleno. Habría sido mejor que las 56 páginas fueran utilizadas de otro modo. Pero teniendo en cuenta que se trata de un personaje paródico, y que en su mayoría, las historias carecen de guionista o argumento, no se podía hacer mucho más.
Saludos
J.
Me sorprende que tantos artistas hallan retratado un personaje tan plano y sin desarrollo.
Uno puede esperar pin-ups en un libro de Hellboy, pero más de medio libro de homenajes a un personaje que ni siquiera llega a definirse correctamente me suena a relleno.
Martín.
Che Andres,me gustaría saber vuestra opinión,dada la cercania que profesáis ,a veces tan cercana como para estrechar una mano,otras para escupir en el rostro,con gran parte de los que integran este,el mundo de la historieta y sus derivados,sobre este asunto en cuestión:
http://www.taringa.net/posts/manga-anime/15544645/ovni-press-esta-censurandonos-comics-en-internet.html
Mis inquisitorias apuntan más que nada a las comprobadas e irrefutables pruebas en lo que respecta a la edición en papel de tal material.
¿El gaucho ese de verdad pone gaurangadas como titulos en letra gigante con brutos erroresde ortografía o ni se molesta en borrar cosa como el nombre del traductor del fansub de donde sacó el scan sobre el que dice tener derechos.?
Quería preguntar para cuando un libro vol. 3 y 4, del año 2011, ya que el blog y los libros me parecen muy buenos
pero que tipo FORRO ese cassanova...
hola andres, sigo mucho tu blog y me compré este libro cuando se presentó en dibujados. En la entrada en la que hablabas de la verdadera leyenda de billy the kid pusiste "Esta edición nos obliga a preguntarnos: ¿Se puede hacer un libro de 52 páginas con 32 páginas de historieta? La respuesta es “Sí, pero se nota mucho el choreo”. Acá, además de un muy buen prólogo de Francisco Naranjo, los editores se lanzaron a llenar páginas con cualquier cosa: carátulas, viñetas ampliadas, una mini-biografía del autor, el listado de otros títulos del mismo sello, páginas en blanco... ¿No había por lo menos UNA historieta más del Marinero, de cinco o seis páginas, para que esto fuera menos grosero? 20 páginas de relleno realmente es un abuso."
Eso es lo que opino de lo que hizo el señor Brondo.
Federico.
De abajo para arriba:
Sí, Federico, este libro me parecería mucho mejor y lo recomendaría con mucho más énfasis si tuviera menos relleno y más historietas. Por lo menos tiene pin-ups de autores grossos en vez de carátulas y páginas en banco...
Anónimo, no creo que los posts de 2011 en adelante se recopilen en libro, pero la última palabra no la tengo yo, sino los editores. Si alguno se interesa, yo estoy dispuesto a escuchar propuestas.
Cucaracha, yo no bajo comics de la web porque me molesta leerlos en soporte digital. Lo cual no significa que esté de acuerdo con la política de OVNI, que me parece agresiva al pedo. De todos modos no creo que responda a un acto de crueldad anti-comiquera por parte de Casanova o de Timarchi, sino que me parece que están cumpliendo "órdenes de arriba", de las propias empresas a las que le compran las licencias. No los justifico, eh? Me parece muy pelotudo ponerse de esa manera en el rol del villano, y más cuando no hay forma alguna de erradicar definitivamente la práctica de escanear comics y subirlos a la web. Pero me parece que acá los muchachos de OVNi están actuando bajo directivas impuestas por garcas un poquito más heavies.
que facil que es comentar boludeces che... aguante Brondo!!!!
Abel
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