Vamos con otras cuatro reseñas cortitas, con paso de murga, como me enseñaron mis amigos uruguayos.
Arranco con una joyita de un autor francés, recientemente editada en Argentina. Me refiero al maestro Vincent Paronnaud, mucho más conocido como Winshluss. El librito se titula Welcome to the Death Club y recopila varias historias cortas en las que prima el humor negro, la desazón y la mala leche. Como siempre en las obras de este autor, escasea bastante el texto y casi todo se resuelve mediante magníficas pantomimas en las que el dibujo y la narrativa se hacen cargo de llevar las historias a buen puerto. Además de una aguda sátira social también hay delirio, e incluso poesía en estos breves relatos. En el pliego central, a todo color, vemos el gran manejo que tiene Winshluss de las acuarelas y los lápices de colores. Y lo único flojo que tiene el libro es que hay unas cuantas páginas en blanco, que se podrían haber utilizado para brindarnos una historieta más. Un lujo y un deleite tener otra obra del virtuoso Winshluss editada en nuestro país.
Un autor al que sigo desde que no lo junaba ni su vieja es David Lapham, y cuando salió el primer TPB de su nueva serie, le entré sin dudarlo. Juice Squeezers es una aventura juvenil, apuntada al público adolescente. Una especie de The Goonies, en la que un grupito de chicos debe combatir en secreto una plaga de insectos zarpadísimos en un apacible pueblito rural de los EEUU. Se nota que la idea de Lapham es seguir adelante con Juice Squeezers a largo plazo, porque va desarrollando de a poco a los personajes y deja varias puntas por explorar. De todos modos hay una aventura sólida, compacta, con buenas ideas, buenos diálogos y mucho ritmo. Irresistible para los más pibes, entretenida para los adultos y dibujada en un gran nivel.
Sigo avanzando con el material de autores argentinos editado en 2015 y así es como me devoré Artemis: Ecos de Meridia, el primer álbum de una serie de aventuras a cargo de Ariel Grichener y Guillermo Villarreal. Este es un comic clásico, con una típica batalla entre buenos y malos, donde la originalidad pasa por la construcción del universo y de los personajes, no tanto por los conflictos. Con pocas pretensiones y mucho ritmo, Grichener nos mete a full en el mundo de Artemis Black para hacernos vivir una epopeya a la que no le faltan ni humor ni dramatismo. Villarreal dibuja en esa onda “cool” tipo Duncan Rouleau, Mike Parobeck, Mike Wieringo o (Dios nos libre) Joe Madureira. No está mal. Es un estilo que va mejor con el color que con el blanco y negro, pero la faz gráfica está bien resuelta, más allá de algún afano medio brutal a Moebius. Otro comic correcto, entretenido, en un género que acá se hace poco como es la fantasía épica.
Y termino con el Vol.9 de Astro City, el que recopila los primeros episodios de la serie actual, la que aparece todos los meses en el sello Vertigo. Como ya es costumbre, el maestro Kurt Busiek sigue sumando buenas ideas a su exploración del “backstage” de un mundo en el que los superhéroes son cosa de todos los días, pero la verdad que –en esta primera tanda- ninguna me voló la cabeza ni me hizo gritar “¡Hijo de puta, ¿cómo se te ocurre esta genialidad que nunca se le había ocurrido a nadie!?”. De todos modos, hay diversión, hay emociones grossas, se nota que hay un plan a largo plazo y el nivel de los diálogos y los bloques de texto le pasa el trapo al 85% de los comic de superhéroes que hay hoy en las bateas. El dibujo de Brent Anderson siempre cumple y, si no te molesta que se la pase tratando de clonar a Neal Adams, se disfruta a full. No hace falta que recomiende esta serie: bancar a Astro City ya es casi una religión.
Y ahora sí, creo que nada va a impedir que este viernes me metan un rato en un quirófano para hacerle chapa y pintura a mi deteriorada columna, así que se vendrán días de poquísima actividad laboral y social, en los que prometo leer muchos comics. La seguimos pronto!
lunes, 8 de febrero de 2016
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11 comentarios:
Que tengas una exitosa operación y pronta recuperación!!!
Abrazo
¿Y, cómo salió la operación? Cuente Don A.A., porque como la otra vez -que no fue- ni noticias.
Esperemos que haya sobrevivido
Estoy entero, muchachos...
Tengo dos problemas para postear:
1) el calor que hace en mi estudio, que me aleja de la computadora
2) un dolor en la gamba derecha que empeora cuando me siento
Ni bien me sienta un poquito mejor, armo un post.
Gracias por la paciencia.
Un abrazo Andres! Que bueno que todo haya salido bien :)
¡Aguante, Andrés!
¡Qué bueno saber que todo salió bien!!
Abrazos
Adrián.-
Un saludo Andrés, y que te mejores. Aprovecho para contarte un chiste, no sé si leíste Infierno en la Torre, pero lo cuenta un personaje de esa novela.
Resulta que un chorro principiante y absolutamente nervioso entra a un banco y dice: "Atención hijos de asalto, esto es una puta!"
Holas, ¿alguien sabe si los muchachos de «La Fábula» reabrieron su boliche de Rodríguez Peña y Corrientes? ¿O si tienen uno en otro lado? Creo recordar que lo cerraron por peligro de derrumbe, hace ya no sé cuánto tiempo. Una pena, pues tenían papas incunables a precios amigables.
Ayer pasé por ahí a eso de las 19 hs y estaba cerrado, ese lugar («La fábula»). Pero en los saldos de algunas librerías encontré Bosquenegro de Calvi y El granjero de Jesú de Ángel Mosquito a $15 c/u. También había las de Clemente de Clarín a $12 pero compré unas Cimoc a $10. De las que había bocha eran de las de "El Chispa", se ve que esas no las llevaba ni el loro, ja ja. Y en una librería sobre Callao, tenían Shigurui, pero no el recordado cómic, sino la novela de Nanjo Norio. Pero ni pregunté cuánto costaba, porque seguro me sacudían los piojos. Por ahí después lo haga, no sé. Una pena si no vuelve a abrir «La fábula», pero el que busca en los saldos, alguna que otra fina papa puede hallar.
En las de saldo aún se consiguen unas Cimoc con historietas autoconclusivas de Miguelanxo Prado de corte intimista (de relaciones y vínculos que fracasan), que "mama mía". No sé si habrá un libro que las compile, pero rastreando hallé tres. Un lujo.
El final de "La Fábula" es tan misterioso como su existencia, pero es un lugar que nos ha hecho felices a todos los que leemos historietas (al menos una vez). La última oportunidad que entré, me compré "The Portable Frank".
Y una reivindicación, un capo el pibe que atendía. Las recomendaciones que me hizo y la data que me aportó demostraba -pese a lo que digan- que el chabón era un grosso. Hasta me agarró los fanzines (con grapas).
Don Accorsi, aprovecho para expresar que me alegra su mejoría. Por un momento pensé que se había complicado el tema del dolor de la pierna...
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