El otro día prometí volver a ocuparme de Facundo Percio en una reseña, y acá estamos, con el libro de Fashion Beast, la historieta que en realidad es una adaptación del guión que escribieran Alan Moore y Malcom McLaren (dos nenes de pecho) para una pelícuka que nunca se filmó. Como suele suceder cada vez que los muchachos de Avatar revuelven los cajones del Mago de Northampton y encuentran un texto adaptable al comic, el encargado de convertir el guión cinematográfico en un guión de historieta fue Antony Johnston. Y se ve (después de adaptar poemas, canciones, relatos, conjuros y listas de los mandados) que el tipo está curtido en estas lides, porque la historieta se lee muy bien, como si Fashion Beast hubiese sido imaginada de entrada como una novela gráfica. El desafío más cuesta arriba para Johnston es lograr transmitir sin canciones las sensaciones que la supuesta película pensaba transmitir desde su soundtrack, y la verdad es que ese punto está muy bien logrado. Hay extensas secuencias mudas (que uno imagina musicalizadas en el quimérico largometraje) y dos escenas en las que Johnston incorpora la letra de un tema muy importante para la trama, que parece ser una versión “alternativa” (llámese “no tenemos guita para usar la letra del tema que todo el mundo conoce”) de Vogue, el hitazo de Madonna que ardía en llamas en 1990, el año en que Moore y McLaren concibieron Fashion Beast.
La historia en sí es atrapante. Es un cuento de hadas moderno, con un leve trasfondo político con sabor a distopía (ahí se ve clarita la mano del Mago, jugando de local en esa cancha tras el éxito de V for Vendetta), una mínima trama romántica y una visión descarnada y original acerca del mundo de la moda, los diseñadores de moda y las modelos. Los tres personajes protagónicos están muy bien trabajados, con mucho desarrollo, mucha carnadura. Había que conseguir MUY buenos actores para que una versión filmada transmitiera todo lo que trasmiten los personajes en el comic.
Obviamente eso es mérito de los dibujos de Facundo Percio, quien se consagra con un trabajo fantástico, realmente impactante. Nuestro compatriota te detona las retinas con un nivel de detalle superlativo, con un criterio infalible en la planificación de secuencias muy complejas, con la expresividad que logra darle a los rostros de los personajes que no se parecen para nada entre sí. No te voy a chamuyar: Percio no es un dibujante hiper-original, ni un genio vanguardista que se proponga revolucionar el Noveno Arte, ni mucho menos. Es un autor ideal para historietas de género, de estética realista, con rasgos bien expresivos, que después de dibujar mucha aventura de terror y ciencia-ficción, acá sorprende al demostrar su jerarquía también en el terreno de una historieta más intimista, más romántica y más política. Si no lo conocías, no se me ocurre mejor carta de presentación que este trabajo, extenso, lleno de desafíos, con el sello de prestigio que le otorga la mano mágica de Alan Moore (autor, además, de un prólogo obscenamente bien escrito) y donde se lo ve magníficamente complementado por los colores de Hernán Cabrera.
Y sigo con autores argentinos, esta vez con Renzo Podestá, el increíble rosarino radicado en Córdoba, que en 2016 lanzó su novela gráfica Warpaint. Warpaint tiene un sólo problema, y es que se lee muy rápido. Son 70 páginas de historieta que, al tener poco texto y pocas viñetas por página, duran poco. Fuera de eso, Warpaint es una experiencia fascinante, por la calidad de los dibujos, la fuerza del mensaje y la intensidad de la historia. Después de un arranque a pura machaca medieval, el segundo tramo te confunde un toque, te descoloca. ¿Qué pasa acá? De pronto Renzo pega un giro hacia una trama medio metafísica, intimista, melancólica… Nada, rápidamente llega otro volantazo, y revelaciones impactantes que le dan otra vuelta de tuerca al argumento y lo llevan hasta una resolución brillante.
El dibujo de Podestá llega en Warpaint a un pico, a un nivel de originalidad imposible. Esto es idiosincracia pura, acá no hay la menor intención de cumplirle las expectativas ni los caprichos a nadie. No hay fan service, hay un autor desencadenado, fuera de control, decidido a convertir a la página en su patio de juegos, en su laboratorio de experimentación, en su campo de batalla, en su cementerio, si hiciera falta, pero sin bajarse los lienzos ni un milímetro y sin guardarse nada. Quizás te parezca que el estilo visceral, experimental, a todo o nada, no se condice mucho con una propuesta más o menos aventurera como la de Warpaint. En ese caso, preparate para llevarte una sorpresa. Acá Renzo saca chapa de genuino heredero del Viejo Breccia y Ted McKeever con un combo mortal entre el estallido plástico y la disciplina narrativa que hace falta para tener a un lector enganchado durante 70 páginas con un relato potente y conmovedor. Muy grosso.
Volvemos pronto con más reseñas.
lunes, 20 de febrero de 2017
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5 comentarios:
Ya me veo comprando el Warpaint del flamígero Renzo. Cuando adquirí (Bang)cock lamenté lo que vos en tu reseña de aquella obra: El reletreado de la misma con tipografía de la compu. No sé cómo se llama la fuente que usó, pero es la segunda que menos me gusta luego de la funesta Comic Sans. Bueno, exceptuando unas páginas con tipografía que imita a la de máquina de escribir y otras dos con letra manuscrita. Por otro lado, las referencias a Kafka y Borges me parecieron medio así nomás; las de Dostoievsky no sé porque nunca leí nada de él. El aneurisma del Pico Chunk me gustó más, pero sólo leí el primer volumen. En un punto, todo lo que plantea de nuevo un universo con una nueva tiranía que derrocar y todo eso creo que ya no es para mí. No sé, encuentro el asunto muy ambicioso. No tanto como Zenitram —la historieta—, pero bueno. Ese acartonamiento de lo que se toma a sí mismo muy en serio. Con los diálogos desopilantes el chino punk parecía que iba para la joda, pero luego se le reveló un destino profético y ahí medio que me la bajó. Pero yo soy pecho frío, no creo que el incendiario Renzo lamente mi falta de entusiasmo. Además, cuando ya entran en acción los gatos parlanchines, me tracciona el recuerdo de Sailor Moon. Yo prefiero más al querido Barrabás, el perro de Destructo, el de The Sadman.
¡Saludos!
Holas, compré Warpaint y otra vez siento que la cosa no es del todo para mí. Me parece que el concepto está bueno, toda la cosa del destino circular pero prefiero el registro estético que usó en "El aneurisma del chico dunk". Acá las caras de las Verandis están resueltas muy así nomás, lo mismo la del protagonista. Es como un "Almer" ñato, pero que lo podés confundir con otros chabones con espada de esa época. En eso no me pareció tan personal el dibujo, como sí en el tratamiento plástico de casi todo lo demás. Y bueno, toda la primera parte de machaca, qué sé yo. Mucho efecto loquillo de tinta digital, pero como muy farolero. Sentí que Renzo corrió sin lienzos, laburando rápido como en Ba(ngk)ok. Yo no sé quién lo corre, pero está muy bien. O sea, a mí no me gusta que me apuren; a él no le gustará que lo alenten. Igual está bien, no me arrepiento de la compra de esta guerrera obra del tirabombas más incendiario de Rosario. De hecho, me quiero comprar de nuevo "El anurisma del chico punc" porque se lo regalé a la nova que me guampeó, buuu. Igual se lo chafaron, pobre. Pero bueno, eso ya pasó. Ahora, estaría buenísimo un poderoso crossover "Warpaint versus Yon". Yon de Quattordio (obvio). Por ahí, algún día... quien sabe.
¡Saludos!
Qué tal, Diego, muy agradecido por tomarte la molestia no solo de comprar mis cosas sino también de dejar estos comentarios. Nomás quería dejar constancia que no hay nada digital en Warpaint, los agregados digitales del libro solo se hicieron para enmarcar las viñetas y en algunos casos solo trabajé negativizando algunas muy pocas imágenes, además de utilizar algunas texturas (hechas y escaneadas por mí) en partes bien específicas. Así que, en resumen, lo digital está limitado a, digamos, el 5%.
Por lo demás, espero que te gusten las nuevas cosas que están por salir. Abrazo!
Ya voy a adquirir de nuevo El aneurisma del chico punk. Estaría bueno que aparezca una dimensión paralela en joda de pocas páginas con "El aneurisma del chico funk". Había pensado algo para mi blog de giladas gafapastas, pero no activé.
Mucho no entiendo de las texturas, por eso inferí erróneamente que los salpicados y demás estarían barajados con capas de efectos. Me gusta la visceralidad, aunque creo que las viñetas abstractas con la función de soportar el texto y aumentar la atmósfera no llegan —en mi opinión— a lo excesivo, pero casi. De todas formas, mientras escribo comentarios me veo impelido a volver a la obra y releerla a ver si tiene algún asidero lo que creo. Mañana quizá piense distinto.
Una boludez: La anciana tiene todos los dientes, se ve que usaba Corega, ja ja. Es difícil cierta cosa que no sé describir, pero que tiene que ver con la temporalidad estrictamente de la huella del dibujo: Cuando veo cosas de Simon Bisley o de Bill Sienkiewicz pienso que tienen toda la furia pero no pienso que parieron esas piezas a los re chapazos. Pero cuando visitaba el blog de Scafati pensaba "¡Uhh, estos salen como empanadas!"
No puedo objetar nada porque no sé ni cómo expresarme en esta órbita de indicios infinitesimales que creo ver pero que a lo mejor no están. En cualquier caso, lo único que importa es la acción, la producción. Y como la mía es nula, lo que tengo son comentarios como éste.
Me acabo de fijar en la página de Le Noise y dice que "El aneurisma... volumen 2" salió el año pasado. Tengo entendido que aún no lo ha hecho. Para cuando lo haga, cuente con mi compra. En (Bang)Kok como en Waroaint esperaba encontrar algo de la solvente insolencia de los diálogos de "El aneurisma... vol 1". En mi —acaso único— caso, tal expectativa interfirió mi lectura. A veces, cuando las cosas son muy trágicas y solemnes, me parecen acartonadas. Ya lo dijo no sé quien, "El mundo es una tragedia para los que sienten, pero una comedia para los que piensan". Será que me pasé de rosca con el sentimiento. No puedo decir que lo mío es el pensamiento, pero me había gustado mucho esa onda de un villano tétrico al que No le falta el respeto en el hilarante intercambio que tuvieron antes de que lo cacheteé telekinéticamente o como fuera.
Bueno, me fui a la mierda, ja ja.
¡Saludos!
Jajaja, todo bien, señor. El Vol.2 sale este año junto a la reedición del 1. Y a Warpaint lo hice en un mes, no sé si te sirve ese dato para juzgar nada, pero supongo que me gusta intercambiar libritos que me insumen mucho tiempo y años con otros que son como un chiste largo y se hacen en un mes, como éste. Son urgencias y pelotudeces a las que me autosometo de puro menso que soy nomás. Saludos!
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