Aproveché los viajes de ida y vuelta a Pergamino para clavarme unos libritos, que procedo a reseñar.
Arranco con el Vol.5 de Deadman, con las historias más importantes del personaje previas a la etapa en Action Comics, o sea, hasta 1987. El tomo abre con la bizarra trilogía en la que Deadman y Swamp Thing aparecen como invitados en la revista de los Challengers of the Unknown, una saga complicada y un toque pretenciosa en la que Gerry Conway (por si le faltaran personajes oscuros) recupera a Rip Hunter, que no aparecía desde los ´60. Esto es mainstream de los ´70, o sea: tiene problemitas. Pero dentro de todo, con un poco de buena voluntad, se hace soportable, no es un espanto insostenible. El dibujo de Keith Giffen, si bien está a años luz de la mejor época del maestro, muestra muchas ganas de innovar, de probar cosas nuevas en la línea y en algunas planificaciones de página.
Después viene la miniserie de Deadman del ´86, escrita por Andrew Helfer y dibujada por José Luis García López, que es una exquisitez. Helfer le da mucho más relieve a Rama Kushna, al sensei, a Clevleand Brand (hermano del protagonista) y a personajes hasta ahora menores como Vashnu y Maxwell Loomis. Es increíble cómo en menos de 100 páginas Helfer le pega un upgrade tan grosso al personaje, la cantidad de cosas que pasan y cómo avanzan tanto la historia como la mitología de Deadman. Sólo en los ´80 se daba este fenómeno de las miniseries de cuatro episodios que replanteaban de cuajo a personajes con una vasta trayectoria a cuestas. Helfer también tiene a su cargo un recuento del origen de Deadman que aparece en la revista Secret Origins, y que es básicamente una expansión repleta de nueva data y nuevos detalles a la historia de Boston Brand en el circo, previa al balazo que lo manda al otro lado del mostrador.
Esta historia está dibujada por un inspiradísimo Kevin Maguire, pero nada se compara a lo que hace García López en la miniserie. Una vez más, el ídolo deja la vida en cada viñeta (y hay páginas de hasta 16 viñetas) en un trabajo monumental… que no merecía ser ultrajado por un colorista que se limpió el ojete con los dibujos de García López. Horrible, realmente, lo de Tom Ziuko en esta miniserie. Me quedo mil veces con la estridencia de Jerry Serpe en la saguita de los Challengers. Y rezo para que alguna vez DC republique el majestuoso Deadman de García López en blanco y negro.
Y me vengo a Argentina, a reseñar un libro de Diciembre de 2016 (¡vamos que me falta poco!). Rip Van Hellsing ofrece unas cuantas historietas de este aventurero al que conocimos gracias a la revista Términus, de la mano de Enrique Barreiro, Hernán Ferrúa y Enrique Santana. Acá, a diferencia del material que vimos en Términus, los guionistas construyen una saga a largo plazo, no se quedan en un planteo sencillito que se pueda resolver en 12 páginas casi sin diálogos. La apuesta argumental sube notablemente y eso es muy bienvenido.
Lo cual no quiere decir que sean todos aciertos. La primera historia, la del cyborg militar asesino, es excelente. La segunda es un poquito predecible y la tercera… bastante pobre, apenas una excusa para hacer avanzar la trama hacia donde la quieren llevar Barreiro y Ferrúa. Y lo más importante: falta desarrollar al personaje. ¿Quién es Rip Van Hellsing? ¿Qué piensa, qué siente, por qué hace lo que hace? En casi 150 páginas estas preguntas no llegan siquiera a esbozarse y eso es, sin dudas, el talón de Aquiles de esta serie.
El ancho de espadas de Rip Van Hellsing es, para mi gusto, el dibujo de Santana. Fresco, dinámico, con la cantidad exacta de detalles como para no sobrecargar de información visual a las viñetas, con un gran manejo de la anatomía, de las expresiones faciales y de las posibilidades que brinda el blanco y negro. Un dibujante ideal para este tipo de comic, repleto de acción, tiros, explosiones y machaca entre seres sobrenaturales, tal vez todavía no valorado en toda su dimensión por los lectores argentinos.
La edición es impecable, cuidadísima de punta a punta, con una calidad infrecuente en nuestro país. Así que si descubriste a Rip Van Hellsing en la Términus y te quedaste con ganas de más, en este tomo vas a encontrar mucho más. Y si no conocés al personaje pero te gustan la acción, el vértigo y el bolonki, dale una oportunidad. Te espera un pochoclo bien elaborado, potenciado a full por la magia del rotring de Santana.
Y ahora sí, empecé a vivir la adrenalina pre-Comicópolis. No creo que vuelva a postear antes del lunes 4, así que nos vemos el finde en La Rural. ¡Hasta pronto!
lunes, 28 de agosto de 2017
LECTURAS DEL FINDE
Etiquetas:
Andrew Helfer,
Deadman,
Gerry Conway,
José Luis García López,
Keith Giffen,
Rip Van Hellsing
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Santana es un dibujante de la hostia.
Es posible que ese secret origin de Deadman sea el primer laburo de Maguire?
No, tiene laburos anteriores. Se ve raro porque lo entinta Dick Giordano, que tiene una línea muy gruesa.
Hola Andres.
Aprovechando que reseñas lo de Deadman, queria preguntar si habias tenido la posibilidad de hojear algun TPB, hardcover u OMNIBUS de la JLI. Lei una review donde un critico mencionaba la perdida de trazos, letras y que no se habia mejorado el color original. Baje un par de scans y realmente es un color espantoso el de Gene DAngelo.
Me consta que a veces el color termina siendo igual al original y queda un tanto crudo si se comparan los papeles de antaño con los nuevos.
Publicar un comentario