Hoy a la mañana fui a ver la peli de la Justice League, pero nos pidieron que no posteáramos comentarios hasta las 0:00 hs de mañana. Por suerte tengo lecturas que se me acumularon durante el viaje a San Luis, y en este caso son dos libros largos, que ameritan una reseña entera para cada uno, al estilo de lo que hacíamos acá en el blog entre 2010 y 2015. Así que si encuentro el tiempo para escribir las reseñas, mañana se viene post de la peli y el jueves uno dedicado a otro libro que me devoré en el viaje.
Como todos los libros que pretenden dar un pantallazo más o menos global acerca de una época o una corriente dentro del universo del comic, DisTinta (la antología compilada por Liniers y Martín Pérez) abre las puertas al debate de nunca acabar, al incluir a ciertos autores y no a otros. ¿Estos son los mejores? ¿Los más representativos? ¿Los que están pegando más fuerte? ¿Los que con menos vergüenza le podemos mostrar al público que habitualmente no lee historieta argentina? No parece haber una única respuesta ni un único criterio y eso abre esa fisura (que tranquilamente se podría convertir en grieta) a la hora de discutir inclusiones y omisiones. No es ese el objetivo de este post, sin embargo. La idea es repasar el material elegido y opinar brevemente acerca de su calidad.
Arrancamos con Max Aguirre, con seis paginitas que cuentan poco pero lo cuentan bien, y donde vemos al ídolo probar con técnicas que no son en lo más mínimo habituales en su obra. Clara Lagos aporta 10 tiras cómicas de corte costumbrista no muy cómicas, pero entretenidas y con un dibujo al que el color levanta muchísimo. Juan Sáenz Valiente nos trae la adaptación al comic de uno de los mejores cuentos de Hernán Casciari, sin dudas uno de los puntos más altos del libro. Lo de María Luque no lo pude leer porque el dibujo me produce rechazo, no lo puedo digerir. Me parece bárbaro que exista y tenga muchos fans, pero para mí es anatema. Lo de Kioskerman es interesante, cortito, sugestivo, bien dibujado… copado. Frank Vega se va al carajo y más allá con una historieta de 12 páginas que roza (varias veces) la genialidad. Fer Calvi nos trae una nueva “aventura” de Altavista, en ese registro medio etéreo, medio poético que tan bien maneja. Hablando de poesía, Sole Otero agarra para ese lado y logra darle a un típico relato autobiográfico un vuelo realmente alucinante. Gran trabajo. Fran López pergeña una historia mucho más prosaica, sin virtuosismo en el dibujo, pero eficaz en la narrativa y con una trama cuyo interés jamás decae, en parte gracias al alto nivel de los diálogos. Brian Jánchez también juega a condimentar un relato autobiográfico con “algo más” y le sale muy bien. Me encantó verlo trabajar a color. Las 12 páginas de Ariel López V. entran holgadamente al podio de lo mejor de DisTinta. ´Nuff said.
Ezequiel García narra una historia muy extraña, de tinte surrealista, con un dibujo muy logrado, realmente hipnótico. Ernán Cirianni aporta la cuota de comedia pasada de rosca, con situaciones y diálogos zarpados, como uno espera en una historieta suya. En apenas 7 páginas, Fede Pazos cuenta una historia brillante, un guión digno del Negro Fontanarrosa, dibujado como los dioses. Pablo Túnica aporta dos breves episodios de Paraná ya publicados en Fierro, uno de los cuales (el de la sirena rosarina) tiene un guión precioso, a la altura de la magia visual de este artista. La de Lucas Nine… me costó terminarla. La idea está muy bien y el dibujo es hermoso, pero el desarrollo se me hizo muy largo. Gastón Souto también nos refrita una historia que hizo para Fierro, en la que su dibujo se luce poco, pero nos cautiva y nos hace cagar de risa con los diálogos. Lo de Salvador Sanz es bochornoso: por CUARTA vez nos ofrece las once primeras páginas de El Esqueleto. Too much. La dupla-furor integrada por Diego Agrimbau y Lucas Varela aporta una bizarra y alucinante adaptación de un cuento de Julio Cortázar, convertido en una orgía visual. Otra gran dupla, la de Rodolfo Santullo y Marcos Vergara, nos trae un breve episodio de Animales, su trabajo más actual, donde lo más sorprendente es la evolución de Vergara en el manejo del color. Y no podía faltar la dupla Federico Reggiani-Angel Mosquito, que aportan el primer episodio del segundo arco de Vitamina Potencia, que arranca muy, muy arriba.
Delius dibuja muy bien, en un estilo que a mí mucho no me copa. La historia que cuenta tiene muchos altibajos, no me terminó de enganchar. Jorge González mandó un fragmento de Fueye… dejame de joder. Si no tienen material inédito o poco conocido, no participen, muchachos. Buenísimo lo de Marianoenelmundo, que es un fragmento de una obra larga, pero así, como extracto, tiene muchísimo sentido (y un dibujo exquisito). Decur, otro grosso que en vez de laburar mandó ilustraciones (sí, ilustraciones, en un libro de historieta). Inentendible. Gato Fernández se mete con un tema áspero, en una historieta impactante, bien contada, a la que no le puso todas las pilas en el dibujo. El imbatible Agrimbau vuelve a la carga ahora en team-up con Dante Ginevra y nos clavan un golpe al corazón, una historieta fuerte y emotiva, dibujada en un gran nivel. Me gustó también la de Camila Torre Notari, la de Pablo Vigo (más el dibujo que el guión), interesante y bastante extraña la de Daniela Kantor (con guión de Arekasadaro), como siempre me cagué de risa con lo de Gustavo Sala, me encantó la bajada de línea -con mala leche y magníficos dibujos- del Polaco Scalerandi y me sorprendió la calidad del guión en la de Ayar Blasco.
Perdón por la extensión del texto y sí, a pesar de ciertas omisiones inexplicables, banco a DisTinta, porque casi todo lo que entró en el libro tiene un nivel muy notable. Será hasta mañana.
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