el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 10 de junio de 2020

ROCKET RACCOON AND GROOT

Me tomé varios días para bajarme este temible masacote de 400 páginas, que incluye 11 episodios de una serie de Rocket Raccoon, seis de una miniserie de Groot, un par de historias cortas y una cantidad obscena de portadas alternativas, donde vemos a los protagonistas dibujados por grossos como Declan Shalvey, Francesco Francavilla, Humberto Ramos, Sara Pichelli, Stan Sakai, Jason Latour, Simone Bianchi o Phil Noto.
Los 11 números de Rocket Raccoon fueron un flashback demoledor a mediados de los ´90, cuando Alan Grant y Val Semeiks contaban todos los meses historias de Lobo aptas para todo público. Esto es exactamente igual. Un personaje que es el último de su especie, kilombero, violento, mal hablado (que profiere puteadas inventadas para que no aparezcan las verdaderas), vive alocadas aventuras en el espacio exterior, donde se manda cualquiera para zafar de gente que lo quiere matar para vengarse de sus afanos, sus asesinatos o su promiscuidad. De verdad, si cambiás al Capo por Rocket, se pueden contar exactamente las mismas historias, con ínfimas modificaciones. La única diferencia es el vínculo fraternal entre Lobo… digo, Rocket y Groot. El pseudo-mapache se va a jugar la vida desinteresadamente por el árbol viviente más de una vez, mientras que el último czarniano probablemente no lo haría nunca sin que medie un beneficio para su pecunio.
Pero no, los guiones no son de Alan Grant. El encargado de guiar a Rocket en este periplo demencial es el maestro Scottie Young, quien se da todos los gustos. Arma una saga grandilocuente, la interrumpe para meter algún unitario descolgado, te bombardea con chistes y situaciones desopilantes, muchísimos gastes a Star Wars, y en los dos últimos episodios resuelve todo con tanta jerarquía que al final (como hacía la Bruja Grant) te deja al personaje en el mismo lugar donde lo encontró. En el medio, te divertiste a lo pavote durante más de 200 páginas. El propio Young dibuja un poco más de 100 páginas, en las que deja la vida. Te masacra con unas puestas en página alucinantes, ideas narrativas copadas, acción a pleno, diseños de personajes, criaturas y naves gloriosos, onomatopeyas salvajes… Todo se ve muy dinámico, muy divertido y demasiado lindo para ser real. Cuando deja de dibujar Scottie, lo reemplaza Jake Parker, que sigue esa misma línea de dibujo (aunque sin esos niveles de magia) y también hay dos episodios dibujados por Filipe Andrade, un dibujante portugués exquisito, con una estética bastante alejada de la de Young, pero también con muchos logros en materia visual y narrativa.
En los seis números de Groot, el guionista Jeff Loveness propone una road movie clásica, que le permite mostrarnos en cada episodio la interacción del protagonista con distintos personajes. También introduce a una nueva villana, repasa momentos clave en la historia de Groot y entre acción y chistes limados (brillante la sátira al origen de Superman), lleva el relato hacia una conclusión potente y satisfactoria en el quinto episodio. Queda uno más, y ahí Loveness sube la apuesta. En el nº6 juega la carta de la emotividad, lanza la estocada al corazón de los lectores y le da a las 13 páginas finales un vuelco muy conmovedor, casi poético, que no me vi venir nunca. Acá es donde la miniserie adquiere la profundidad que por ahí le venía faltando en las primeras 100 páginas.
El dibujante de este tramo es Brian Kesinger, quien dibuja bárbaro a Groot, a Rocket, a las chicas y a todas las razas alienígenas. Lo que le sale definitivamente mal son las caras de los varones con rasgos humanoides. Pero fuera de eso, se la banca muy dignamente incluso al lado de una bestia como Scottie Young. En las dos historias cortitas también hay buenos dibujantes: Mike Del Mundo (en un estilo tipo comic de ciencia-ficción de la revista Epic o Heavy Metal) y Ming Doyle en la línea que la caracteriza siempre, pero con un poco más de laburo en los fondos.
Si sos fan de los Guardians of the Galaxy, o si extrañás las aventuras galácticas de Lobo, o si te querés divertir un BUEN rato, acá tenés mucho material, mucho compromiso y mucho talento. Esta es la Marvel que le gusta a la gente: bardo, machaca épica, humor salvaje, cada tanto un toque emotivo, pero sin enkilombar la continuidad ni pretender que leamos 70 series para entender qué carajo está pasando. Y con dibujantes capaces de entregar un episodio completo durante más de dos meses consecutivos. Me quedó claro que Scottie Young no sólo le pone todo a su kiosquito creator-owned. Acá, con un personaje prestado, también hizo explotar todo con la polenta de su trazo y su ingenio.
Ultimo dato: Rocket Raccoon fue co-creado por Keith Giffen, igual que Lobo. ¿Casualidad? Nah, ni en pedo…

Gracias por el aguante y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas acá en el blog.

2 comentarios:

Milo Garret dijo...

Pinta bien!! No leí NADA de estos personajes... ¿se entiende igual?

Andrés Accorsi dijo...

Se entiende todo perfecto.