el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 30 de octubre de 2020

IT´S A BIRD…

Por motivos varios, esta novela gráfica de 2004 cae en mis manos recién hoy. Nunca la había tenido en mis manos, no había visto ni una sóla página interior, hasta ayer o anteayer. Pero había leído varias críticas, todas absolutamente laudatorias, que me habían convencido de que Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen se habían mandado una gema del infinito, una obra para aspirar a la consagración definitiva que no les había llegado en los ´90 con House of Secrets. Ahora, con la novela gráfica, me parece que me la inflaron un poquito. Me gustó mucho, me pareció una forma muy inteligente de contar una historia autobiográfica, la sentí muy genuina, me interesó mucho toda la parte del backstage, todas esas escenas en las que Seagle cuenta esos tire-y-afloje entre un guionista y una editorial a la hora de subirse o no a un trabajo tan único como es el de escribir una serie regular de Superman. Me pareció también muy ingenioso el abordaje del proceso creativo del guionista, esa búsqueda de imágenes o sensaciones que le puedan disparar ideas para desde ahí meterse con los conceptos centrales de estos personajes icónicos, inmensos, infinitamente más potentes en la cultura popular que cualquier otra creación que se le pueda ocurrir a cada autor en forma individual. Esas mini-historias que Seagle inserta en la trama, en las que explora aspectos de Superman desde ópticas más personales, o más atípicas, son sin dudas lo más atractivo que tiene el libro. Ejercicios de imaginación, de libertad, de abrir la cabeza para tratar de pensar desde otro lado los rasgos más obvios del superhéroe más obvio. Ahí hay muchos hallazgos, riesgo y sobre todo vuelo poético. Y después está la parte que menos me interesó, que es la que le aporta el conflicto “central” a la trama: esa enfermedad hereditaria que cada (aproximadamente) 30 años mata de modo cruel y grotesco a un integrante de la familia de Seagle, sin saltearse ninguna generación. No milito de modo dogmático contra las novelas gráficas centradas en enfermedades, pero tampoco es algo que me llame mucho la atención. Seagle maneja bien los momentos para impactar al lector con las revelaciones, lleva con buen pulso el “misterio” del paradero de su padre y lo usa astutamente como elemento para desestabilizar al protagonista. Pero no me llegó a conmover, no me convenció de que hacía falta un drama familiar de esa intensidad para sostener mi interés hasta el final de la novela. Yo me conformaba con lo otro, con ese conflicto más tranqui, más interno, más intelectual, del guionista que no sabe si tiene o no lo que hay que tener para escribir comics de Superman. Esas escenas en las que Seagle toma conciencia de lo que significa Superman para la gente común me movilizaron mucho más que las que giran en torno al Mal de Huntington. Y bueno, donde no se puede poner un sólo pero, donde es todo, pero todo ganancia, donde hasta la escena más prosaica se eleva en un halo mágico de lirismo y belleza iridiscente, es en la faceta gráfica. Teddy Kristiansen despliega todo su talento sin guardarse nada y eso es todo lo que deberíamos saber antes de comprar el libro sin decir ni mu. La extensión de la novela le permite combinar todas esas páginas de escenas costumbristas, de gente hablando o pensando, con algunos momentos en los que se cuela algo de acción. Pero además en cada una de las secuencias “imaginadas por el guionista”, en la que nos muestra las ideas que se le van ocurriendo a medida que reflexiona acerca de Superman y su mitología, Kristiansen encuentra espacio para experimentar, para probar cosas nuevas en la puesta en página y en el tratamiento visual global de cada una de estas mini-historias. Como en todas sus obras, el gran danés borra de a poquito las fronteras entre la gráfica y la plástica, y es en estas breves secuencias donde lo vemos detonar una gama de recursos pictóricos y narrativos amplísima e hipnótica. Si sos fan de Superman y alguna vez soñaste con convertirte en guionista de historietas para poder escribir esa saga espectacular y definitiva de tu héroe favorito, It´s a Bird te va a partir la cabeza en mil pedazos. Si sos fan de Kristiansen, obviamente también. Si lo tuyo son los comics de enfermedades y los dramas familiares que se articulan en torno a estas, seguro la vas a pasar mal, pero lo vas a disfrutar. Y si te gusta una historieta más adulta, más artística y te parece que los buenos autores pierden su tiempo o se convierten en putas baratas por entrar en el juego de DC y ponerle el cuerpo (a veces incluso el alma) a un comic de Superman, acá te esperan unas cuantas sorpresas interesantes. No estamos hablando de la Gloria Máxima del Noveno Arte, pero sí de una novela gráfica más que sólida, con momentos de una belleza realmente infrecuente. Nada más, por hoy. Nos reencontramos el mes que viene, con nuevas reseñas, acá en el blog.

1 comentario:

Christian dijo...

Sos un capo Andrés. Te leo de siempre. No se si debo ser el único forro que lo hace, porque nadie comenta, aunque yo tampoco lo hacía. Acá te comento yo jaja. Saludos.