el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 4 de mayo de 2022

DR. STRANGE AND THE MULTIVERSE OF MADNESS

Esta película es la némesis perfecta de los que intentamos reseñar sagas cinematográficas sin spoilear. De verdad, esta vez no se puede decir una sola palabra acerca del argumento sin arruinarle buena parte de las sorpresas a quienes todavía no la vieron. No se puede ni siquiera mencionar contra quién pelean "los buenos" a lo largo de casi todo el largometraje. Si viste algún afiche por la calle, sabés que están el Dr. Strange (que viene de su aparición en Spider-Man: No Way Home) y Scarlet Witch (que viene de su propia serie, Wandavision). Y obviamente está también Wong, a quien vimos por última vez en la secuencia final de la película de Shang-Chi. Aparecen muchos más personajes, algunos con roles muy destacados, pero no se pueden mencionar. Incluso aparece uno que no se puede mencionar ni siquiera en la propia película, porque Marvel no tiene los derechos sobre su nombre. Así que no lo nombran, y si hay gente que no se da cuenta quién es ese monstruo con tentáculos y un ojo gigante, tampoco cambia mucho el desarrollo de la trama. Probablemente ese sea el punto débil de la película: le dedica muchos minutos a secuencias que no hacen avanzar la trama. La aventura en sí no es perfecta, ni mucho menos. Pero esto se compensa con el punto fuerte de la película: el espesor de los dilemas morales. Sabemos que el uso de los poderes mágicos requiere, además de responsabilidad, pagar un costo. En un punto, si te vas de mambo con la magia, algo vas a tener que pagar. Y de eso se trata The Multiverse of Madness. De hasta dónde está dispuesto a llegar cada uno para lograr lo que quiere, qué precio acepta pagar, cuándo y cómo lo paga, cómo se banca haber perdido aquello que tuvo que perder y qué pasa cuando alguien siente que ya no le queda nada por perder. En ese combate interior contra el dolor de la pérdida y la tentación de ir más allá de los límites, la película encuentra sustento y conjura la otra magia, la de tener al espectador agarrado a la butaca, tenso como en una definición por penales, preso del asombro que genera ver a los personajes de siempre hacer cosas que no nos imaginamos nunca. A pesar de las infinitas criaturas mágicas, almas condenadas, muertos resucitados, portales entre universos y héroes, heroínas y villanos de inconmensurable poder, probablemente este sea uno de los flims de Marvel más humanos, más centrados en las emociones de los personajes. Y la escena más fuerte, más conmovedora, la que define todo, lo tiene a Dr. Strange como un mero espectador. Sí, llega un momento en que la trama convierte al Tordo en un personaje secundario de su propia película. Y te juro que es un momento que no te vas a olvidar nunca jamás. Tampoco te vas a olvidar nunca jamás que acá finalmente aparecen personajes que siempre quisiste ver (o volver a ver), pero la verdad es que toda esa secuencia es larga al pedo, no contribuye mucho al desarrollo del argumento, y apenas sirve para subrayar el tremendo poder de la amenaza a la que tendrán que vencer los buenos. Aún así, no se puede decir que el tema de los universos alternativos esté mal manejado. El guion lo introduce de manera clara, sin paradojas bizarras ni contradicciones de esas que generan decenas de videos en YouTube donde algún capo de las realidades espacio-temporales nos explica lo que en la película no se entiende. Pero no es lo más importante. La película se apoya más (como ya dije) en los dilemas humanos, y obviamente en la exploración de todos los recursos fantásticos (a veces terroríficos) que le habilita el tema de la magia y la brujería a niveles inenarrables. ¿Qué onda Sam Raimi, en su regreso al cine de superhéroes? ¿Cuánto de la impronta del legendario director se ve en estos 126 minutos, más allá del excelente gag protagonizado por Bruce Campbell, su actor fetiche?. La gente que sabe de cine seguro puede responder esa pregunta mejor que yo, pero me parece que sí, que es una película fiel al espíritu de Raimi. El tipo sabe cuándo tiene que aflojar con los chistes para que el dramatismo de las escenas no se desplome por su propio peso, y eso en este film es fundamental, por lo mucho que está en juego todo el tiempo. Los actores captan esa sintonía, por eso acá tenemos una actuación de Benedict Cumberbatch muy por encima de lo que vimos en las películas anteriores, una Elizabeth Olsen magnífica, un Chiwetel Ejiofor también por encima de lo visto en la peli anterior de Dr. Strange, y hasta se luce Rachel McAdams, quien no desaprovecha el rol destacado que le otorga el guion a (una) Christine Palmer. Por ahí desentona un poquito Xochiti Gómez, pero bueno, es una actriz muy joven a la que le sobra tiempo para mejorar. Los rubros técnicos están muy, muy bien, con unos efectos especiales impresionantes y un despliegue visual de ilimitada imaginación, al nivel de los mejores historietistas que pasaron por los comics del Tordo. Nada más. Vos ya sabés que para entender todo lo que pasa hay que haber visto todas las películas y series anteriores integradas a este universo narrativo, así que si te falta alguna, ponete al día antes de sumergirte en este multiverso de la locura. Y si vas al cine, quedate hasta el final a ver las escenas post-créditos. Que el Vishanti te proteja.

3 comentarios:

javier gonzalez dijo...

Demasiado hype hubo alrededor de esta peli. Llegué al cine sin ver ni afiches ni trailer alguno. La sorpresa mas grata ( inesperada por lo menos para mí ) fue ver a Krasinski en ESE papel.Ojalá lo mantengan.

Rafa Navarro dijo...

el rol de Krasinski sería el que no pueden ni nombrar por esa cuestión de derechos?

Andrés Accorsi dijo...

No, no. A ese personaje lo nombran. Al que no pueden nombrar es al pulpo gigante de un solo ojo.