el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 27 de septiembre de 2022

TRES CORTITAS

Se me acumularon tres lecturas que ameritan reseñas bastante breves, así que van todas juntas hoy. Esto es raro de verdad: Altai & Jonson, un comic italiano que originalmente se publicó en Il Corriere dei Ragazzi en el año 1975. Es una parodia muy divertida a las series de TV yankis de detectives, y al estar ambientada en San Francisco, se la puede relacionar fácilmente con The Streets of San Francisco, aquel clásico que protagonizaran Karl Malden y Michael Douglas. Son varias historias cortas autoconclusivas, siempre con la misma dupla protagónica, y distintos casos a resolver, en plan de joda. No todas me causaron la misma gracia, pero en general está muy bien, sobre todo si pensamos que son historietas para pibes de 13 años de 1975. ¿Cómo caí acá? Por los autores. Altai & Jonson está escrita por Tiziano Sclavi varios años antes de pasar a la historia como el creador de Dylan Dog, y dibujada por Giorgio Cavazzano, que en ese entonces ya era uno de los grandes dibujantes de Disney que tenía la península donde nacieron mis bisabuelos, pero no el capo mundialmente reconocido que es hoy. De hecho, si bien acá dibuja que da gusto, con una plasticidad, un dinamismo y una expresividad tremenda en personajes y hasta objetos y fondos, todavía estaba un poquito verde con la puesta en página y la ubicación de los globos en las viñetas. Pero bueno, si sos fan del comic italiano, seguro en algún momento te va a picar la intriga de leer cosas de Sclavi pre-Dylan Dog y cosas de Cavazzano por afuera de la factoría Disney. En ese caso, supongo que con Altai & Jonson te vas a divertir un buen rato. Es una historieta bastante conocida en Italia, que tuvo varias ediciones en distintos sellos. La que tengo yo (de Montego) tiene como atractivo un extenso prólogo del especialista (y a veces también guionista) Alfredo Castelli.
No suelo leer las series yankis en desorden, porque sé que corro el riesgo de no entender un carajo, pero animé a entrarle al Vol.3 de Madman Atomic Comics sin haber leído los dos primeros. O sea que de una serie que duró 17 episodios, solo leí los cuatro últimos. Bueno, entendí todo, pero por lo motivos incorrectos: no sé cómo empieza, pero la serie termina con cuatro episodios en los que no pasa nada. No hay un solo conflicto interesante, casi no hay acción, apenas excusas limadas para que Michael Allred dibuje (como los dioses) lo que tenía ganas de dibujar. Tanto Madman como The Atomics llamaron la atención por su enfoque extraño, fresco y copado acerca del tema de los superhéroes, pero acá Allred los lleva para otro lado, y en cierto modo los desvirtúa. Según el autor, estos son los mejores comics de su carrera. A mí, la verdad que el dibujo me encantó, pero los guiones no me emocionaron en lo más mínimo. ¿Por qué un tomo que recopila cuatro revistitas tiene 200 páginas y vale u$ 20? Porque Image y Allred salieron a chorear a mano armada. Las historietas terminan en la página 105, y TODO lo demás son pin-ups de dibujantes invitados, bocetos, páginas descartadas, versiones en blanco y negro de lo que ya leímos a todo color y demás delitos a mano armada. Todo hermoso, no? Porque los dibujantes invitados son cracks, Allred la rompe toda, y encima hay dos historietas cortas con otros dibujantes: una a cargo de Jöelle Jones (que en 2006 era buena, pero no tanto como ahora) y una a cargo del genio, el Dios, el ídolo, el inmortal, el eterno, el infinito Darwyn Cooke. Son seis páginas nomás (o 12, porque después te la clavan de nuevo sin color ni letras) y alguna ilustración, pero es Cooke y cualquier libro con seis páginas dibujadas por Cooke merece un lugar en mi biblioteca. Nada, esto es solo para los muy fanáticos de Mike Allred o para los muy enfermos de Darwyn Cooke y yo formo parte de ambos grupos. Y si encuentro los dos tomos anteriores, trataré de pagarlos muy baratos, por si los guiones son tan flojitos como los de estos episodios finales.
Voy con un libro editado en Argentina a fines de 2021: El Recolector, escrito por E & E Plissken y dibujado por Sebastián Cabrol. Se trata de una historieta de terror muy lovecraftiano, ambientada en una ciudad yanki a la que no se identifica. Lejos, lo mejor es el dibujo de Cabrol y el color de Omar Estévez. El guion tiene momentos interesantes, pero no se terminan de hilvanar bien las escenas. Hay cosas que quedan bastante descolgadas, aunque los guionistas (e incluso el dibujante y el colorista) tratan de crear una atmósfera que englobe de alguna manera todos los sucesos (uno más shockeante que el otro) que vemos a lo largo de estas 74 páginas. En algún lugar del libro se nos aclara que se trata del Vol.1, con lo cual no descarto que lo que no termina de conectar en este tomo lo haga en alguno posterior. Esa atmósfera que mencionaba recién es ominosa, peligrosa, y cubre a todo el relato de una pátina de corrupción, podredumbre y violencia bastante perturbadora. Hay escenas realmente fuertes, por su sordidez y su forma visceral y explícita de retratar elementos fantásticos que tienen que ver con el horror cósmico. Y eso me gusta. Que los autores argentinos (tengo entendido que E & E Plissken son de Santa Fe) se animen a explorar géneros clásicos, sin tapujos y sin pedir perdón por hacer que los personajes hablen en ese idioma neutro que surge cuando se traducen las series y películas yankis en Centroamérica. Esto es historieta argentina, pero por una casualidad geográfica. En la lectura, pasa tranquilamente por una historieta de EEUU de las cientas que publican BOOM! Studios, Image o IDW. Lo cual habla muy bien de la faz gráfica de El Recolector, que está tranquilamente al nivel del buen mainstream yanki. Veremos cómo sigue esta aventura. En cualquier momento me sumerjo en otro libro de esta misma editorial, escrito por los mismos guionistas. Nada más por hoy. Nos reencontramos el mes que viene con nuevas reseñas, acá en el blog.

4 comentarios:

Mauro Vargas dijo...

Andrés, dónde se puede conseguir el Altai & Jonson? Lo busco de hace rato...

Andrés Accorsi dijo...

No sé si se consigue en algún lado... Yo lo rescaté de la biblioteca de un coleccionista que falleció hace unos años...

Mauro Vargas dijo...

Ah lpm!

NN dijo...

Hace poquito pegué el "Madman-Superman"...muy divertido.