el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 21 de octubre de 2022

BLACK ADAM

Bueno, sale reseña CON spoilers del film dirigido por Jaume Collet-Serra. Lo primero que tengo para decir es que la película no es horrible. En ningún momento pensé que me dormía, ni me agarré la cabeza como diciendo "no puedo creer la pelotudez cósmica que estoy viendo". O sea, al lado de Morbius es un peliculón. Pero tiene varias cosas que no me cerraron, principalmente la falta de equilibrio entre la machaca y todo lo demás. Black Adam es una película básicamente de machaca, un Titanes en el Ring en esteroides, donde todo el énfasis está puesto en las peleas y las escenas de acción lo más extremas posibles. Y cuando digo "énfasis" también digo imaginación, y en cierta medida talento, porque son escenas de acción bien filmadas, gancheras, impactantes. El tema es todo lo demás. A la película le falta un poco más de argumento, mejores diálogos (hay dos o tres buenos), mejor desarrollo de personajes, más onda, y sobre todo un subtexto, algo que trascienda el festival de trompadas y rayos mágicos. Lo más parecido a un subtexto dura un solo diálogo, cuando Adrianne cuestiona el criterio con el que los superhéroes yankis deciden cuándo y por qué intervenir en los conflictos que se dan en los países periféricos. Repito: un tema potencialmente muy atractivo, que se toca en UNA sola frase en 124 minutos de metraje. Después hay que esforzarse para buscar una reflexión, una punta de análisis, algo que mínimamente nos invite a pensar. El conflicto central de la película es claramente el clivaje entre el superhéroe tradicional (encarnado en Hawkman) que quiere resolver todo sin matar a nadie ni transgredir ningún reglamento, y un justiciero pasado de rosca (Black Adam) que se da cuenta del verdadero potencial transformador de sus habilidades sobrenaturales y no tiene ningún reparo en usarlas al máximo para beneficio de su gente, aunque haya que matar a unos cuantos hijos de puta. Nada nuevo bajo el sol para los que leímos esto mismo en la JSA de Geoff Johns, hace casi 20 años. Y como el contrapunto grosso pasa por ahí, todo lo demás queda eclipsado. La amenaza de Intergang no es más que una molestia, uno sabe desde el vamos que no le pueden hacer el aguante a Black Adam. Ponele que Sabbac mete un poquito más de miedo (excepto cuando el CGI medio berretón lo hace trastabillar cada vez que camina), pero sabés que entre Black Adam y la JSA lo van a someter. Incluso si prestás atención, es obvio quién va a morir en la batalla final. O sea que no hay mayores sorpresas, y muchas de las escenas de acción están totalmente de más. De hecho, entran en acción tantas veces los personajes 100% humanos (Amon y Adrianna) que erosionan el verosímil, porque todo el tiempo están zafando de peligros imposibles. Más allá de la violencia desmedida y la escasa profundidad, visualmente la película está bastante bien. Me hubiera gustado ver a Adam con las orejitas puntiagudas, y el casco de Dr. Fate con las ranuras en los ojos, pero son boludeces. En general hay lindos diseños de vestuarios, escenarios, naves, armas... se zarpan con el pochoclo, pero te lo condimentan bien. La banda sonora también, me pareció muy lograda. Entre las actuaciones no hay puntos muy salientes, pero me quedo con las de Pierce Brosnan y Sarah Shahi. Y se ve que Collet-Serra miró con atención las pelis de Eternals y Shang-Chi, para no repetir esa forma suicida de meter los flashbacks. Acá los flashbacks son cortitos, y están donde tienen que estar. La información que tiran los guionistas de Black Adam (a través de un relato en off) en los primeros tres minutos, en cualquiera de estas dos pelis de Marvel duraba 10 ó 15. Como enfermo que leyó demasiados comics en su vida, estuve toda la película esperando que pasaran tres cosas que no pasan: 1) la más obvia, una aparición de Billy Batson o su alter ego. 2) el momento en que Adam empodera a Adrianna y Amon, y se arma la Black Marvel Family (capaz se la guardan para una secuela). 3) el momento en que Atom Smasher le dice a Hawkman "chupame la pija, me quedo en Kandaq a soldadear a Black Adam que tiene más chapa que vos". ¿Te das cuenta lo que lograron estos tipos? Aparece la Justice Society en una película y uno en vez de flashear, babear, vociferar como un barrabrava borracho y drogado, o enchastrarse la ropa interior con todo tipo de fluídos corporales, critica las actuaciones, el guion, el CGI... Hasta en ese punto Black Adam fracasa en su intención de sacudir la modorra y la resignación de los fans de DC que ya dieron por perdida la batalla en materia de armar un universo fílmico que no pase vergüenza frente al de Marvel. Ah, y una cosa que no entendí: ¿cuándo pasó Amanda Waller de coordinar misiones encubiertas con villanos de la B y la C a manejar como títeres a héroes hiper-poderosos como Superman o Dr. Fate? Me parece lógico que le quieran dar chapa y posicionarla rápidamente como una especie de Nick Fury del DCU, pero... ¿no será mucho? Sobre todo cuando en las dos pelis del Suicide Squad las misiones se le fueron totalmente de las manos y terminaron en cualquier cosa menos lo que ella planificó... En fin, si te copa el personaje de Black Adam tal como nos lo vienen mostrando en los comics desde principios de este siglo, sospecho que la película te puede gustar. Acá está ese tipo orgulloso, implacable, que va siempre al frente y se lleva puesto a cualquiera que lo trate de frenar. Un tipo que no necesita rosquear porque se sabe imponer por su propia fuerza y que no necesita adoptar los códigos ni de los héroes ni de los villanos, porque viene de un lugar donde esa frontera se borró hace mucho. Seguramente una película tan centrada en la machaca no es el vehículo ideal para explorar esos matices o esas capas de complejidad que hacen atractivo al personaje, pero bueno, es lo que tenemos.

1 comentario:

Milo Garret dijo...

Coincido con todo pero me entretuvo. Está mal pero no tan mal... Cómo no vas a meter a Shazam. La mejor escena poscreditos del DCU