el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 9 de agosto de 2025

NOCHE DE SÁBADO

Ya palpitando la previa del viaje a Rosario para la Crack Bang Boom, tengo un par de libros para reseñar. Quería hacerlo ayer, pero bueno, se dio hoy. Entre fines de 2021 y principios de 2022, resignadísimo a no tener nunca una edición en castellano de Chicanos, me puse a coleccionar una edición italiana, de la que llegué a reseñar varios tomos (creo que el último fue un 13/01/22). Pero claro, no estaba completa, o por lo menos yo nunca la conseguí completa. El sueño de la edición integral en castellano de este clásico de Carlos Trillo y Eduardo Risso nos lo cumplieron Historieteca y Puro Comic a fines de 2024, cuando editaron la serie completa, los 32 episodios de 12 páginas, en un masacote de casi 400 páginas que es una bomba atómica. Los libritos italianos que tuve (todavía los tengo, si alguien los quiere se los regalo) llegaban hasta el episodio 22, así que para completar la lectura me faltaban los diez últimos, que son los que me devoré en estos días. Repito algo que ya dije: de las tres series largas que Trillo y Risso producen para la Eura en los ´90, Chicanos es -lejos- la mejor dibujada de las tres. Acá lo tenemos al León de Leones en un nivel demoledor, por momentos incluso mejor que en 100 Bullets, porque se puede zarpar más en el diseño de los personajes y hacerlos más grotescos, más caricaturescos, no tan realistas como el mangum opus de Brian Azzarello. Esos personajes hiper-expresivos, sumados a una ciudad magistralmente retratada, a unas secuencias demasiado bien planificadas y a un claroscuro extremo, ejecutado con maestría, dan como resultado unas páginas increíbles, que justifican por sí solas la compra del libro. En cuanto a los guiones, en general me gusta más reirme de gente que se cree muy poronga que de gente vulnerable. Acá lo tenemos a Trillo ensayando uno y mil artilugios para que nos riamos de las desgracias de una piba pobre, feucha, con un cuerpo para nada hegemónico, a la que le pasan todas. Alejandrina le pone garra, se esfuerza, se arriesga, pero sus raptos de valentía o de ingenio rara vez dan los frutos que ella espera (y en un punto, merece). No es exactamente una heroína, pero es un personaje con el que el lector empatiza sin ninguna dificultad, básicamente para sufrir con ella, porque las derrotas y las humillaciones que acumula no parecen tener fin. O sea que hay que tener mucha mala leche para que se te ocurran estos guiones y bastante mala leche para disfrutarlos. ¿Es, en realidad, una denuncia muy elaborada y muy elíptica acerca de lo mal que lo pasan los latinos en Estados Unidos? Puede ser. ¿Está todo exagerado para subrayar ese discurso de manera humorística? Ponele. Más allá de pedirle o no rigor testimonial a las desventuras de Alejandrina Jalisco en esa New York inclemente y despiadada, lo más destacable es lo bien que funciona este humor tragicómico de Trillo. En este último tramo, la comedia costumbrista le roba un poquito de protagonismo a los casos más o menos policiales, y Carlos y Eduardo encuentran un nuevo equilibrio entre ambos componentes que le hace muy bien a Chicanos. La serie llega a un final con 32 episodios a cuestas sin decaer nunca. No se termina porque los autores ya no saben qué inventar. La cortan ellos por decisión propia, en un momento en que la serie atravesaba una etapa de verdadera excelencia y claramente podrían haberla seguido durante años. Por suerte está disponible este librazo, para que todos podamos acceder a la obra, leerla, si hace falta discutirla, y sobre todo atesorarla.
Durante mi viaje a Francia en 2023, un amigo me regaló Pistouvi, una novela gráfica infanto-juvenil escrita por Merwan y dibujada por Bertrand Gatignol, quien ilustró uno de los álbumes que me faltan de Donjon: Monsters. Me aburrí bastante durante la lectura, porque en casi 190 páginas pasan muy pocas cosas. La gran mayoría de la obra es más descriptiva que narrativa. Merwan imaginó personajes atractivos, los colocó en un mundo de fantasía muy lindo, medio Hayao Miyazaki, con criaturas raras y demás... y básicamente el libro es presentarnos a Pistouvi, Jeanne, un par de personajes más y el campo fantástico en el que viven. Cuando aparece el conflicto, ya falta muy poco para que termine la obra y la resolución es más metafórica que dramática. Por ahí es todo un gran simbolismo que yo, como un pelotudo, no entendí... pero no creo, porque se supone que Pistouvi es una historieta para chicos... ¿O no? El hecho de que se publique en blanco y negro me hace dudar. Justo los franceses, que son capos en esto de leer los distintos segmentos del mercado, no se van a mandar la cagada de tratar de venderle a los chicos historietas en blanco y negro, no? La verdad que no lo sé. Me quedo con lo que realmente me encantó, que es el dibujo de Gatignol. Me hizo acordar al de Dolo Okecki (vimos su trabajo el 02/06/19), pero más suelto, con más plasticidad y más expresivo. Muy linda la puesta en página, precioso el trabajo de aplicación de grises, personajes con mucha onda... Visualmente, Pistouvi me pareció una delicia. Y me dejó con más ganas de capturar ese Donjon: Monsters que me falta. No sanateo más. La cortamos acá, y nos reencontramos con nuevas reseñas ni bien tenga más material leído. Si querés leer más, ya sabés: entrás a https://comiqueandoshop.blogspot.com/ y te bajás los números que te falten de la Comiqueando Digital. Valen chauchas y están llenos de artículos bien a fondo, a cargo de enormes especialistas de toda el habla hispana. Gracias y hasta pronto.

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