viernes, 28 de noviembre de 2025
VIERNES DE MATERIAL MODERNO
Mis dos últimas lecturas son libritos publicados después de 2020, es decir, muy recientes para los standards de este blog.
Empiezo con Sweet Tooth: The Return, una saga de cinco episodios en la que Jeff Lemire (una vez más junto a José Villarrubia) retoma la historia de Gus para una especie de secuela, entretenida pero innecesaria. Me imagino que habrá sido un pedido de la editorial, para colgarse de la tetas de la serie que justo para ese momento (2020-21) estrenó Netflix, y la verdad que la idea de Lemire para esta especie de coda a la serie original no es mala. Pero si un lector nuevo trata de entrar al mundo de Sweet Tooth por acá, va a salir más confundido que si coteja las declaraciones de un político en 2020 con las de ahora... y el que ya leyó todo el Sweet Tooth, se va a encontrar con que este Gus que "vuelve" no es exactamente Gus, sino... Bueno, no les voy a cagar el argumento, por si lo quieren leer. Digamos que al contexto de ciencia ficción extraño que tenía la serie original, con enfermedades imposibles, manipulación genética y demás, Lemire le agrega una capa de oscurantismo religioso que funciona muy bien.
Y por supuesto tiene que haber una aventura con buenos y malos, y quizás eso sea lo menos interesante que tiene "The Return". Un argumento que exhibe un cierto espesor dramático, pero que peca un poco de predecible. Uno ya sabe lo que va a pasar, y a lo sumo duda si todos los personajes secundarios van a llegar vivos al final, o si Lemire se va a cargar a alguno. Las apariciones de Jepperd están puestas ahí medio con forceps, como guiños que el lector del Sweet Tooth clásico supuestamente estaba esperando, para que la conexión entre la saga original y esta sea más... creíble. La verdad que a mí no me movieron un pelo, ni me aportaron nada. Los personajes nuevos están bien, se la bancan muy decorosamente, aunque no me los imagino soldadeando a este "Gus" a lo largo de 40 episodios como sucedió con los de la primera iteración.
En fin, me quedo con el dibujo de Lemire, que está inspiradísimo. El canadiense combina grillas tradicionales con otras más jugadas, y dibuja todo con ese trazo suelto, dinámico, que parece hecho a mano alzada, a los santos pedos, directamente con tinta, sin bocetos ni lápices. Como siempre que él mismo dibuja sus guiones, se destacan la expresividad de los personajes y la fluidez del relato gráfico. Lemire nunca va a ser un virtuoso del dibujo, pero tampoco lo necesita. El tipo está más allá de eso, es una usina creativa imparable, y obviamente en cualquier momento vamos a descubrir más trabajos suyos.
Con la historieta argentina estoy como esa canción de Xuxa que decía "un pasito para el frente y un pasito para atrás". Estoy tratando de leer la mayor cantidad posible de libros publicados en 2025, pero cada vez me zambullo en la pila de los pendientes, me encuentro con un libro de 2024 que, por algún motivo, no leí en su momento. Uno de ellos es la antología de historias cortas (algunas MUY cortas) y obra dispersa del santafesino Nacho Yunis, publicada por el sello Grünendör en una edición bastante cheta que incluye páginas a color. Veamos con qué me encontré adentro.
Las dos primeras historias me parecieron flojitas, pero a partir de la tercera, la cosa mejora notablemente. "Segunda Chance" es una joyita de apenas tres páginas, escrita (sin texto) por Leandro Mansilla, y con la novedad de que Yunis estrena acá su estilo más cercano al humor gráfico o a la historieta infantil, en el que demuestra una solvencia impresionante. Después hay un guion muy cortito (dos páginas, un chiste largo) escrito por Rodolfo Santullo, que también es gracioso y está bien resuelto por el santafesino. Y después, dos de superhéroes, ambas de cuatro páginas, ambas con guiones propios y ambas con un nivel de dibujo devastador: una juega con la iconografía de Darkseid y la otra con la de Superman, y las dos son brillantes. Esas ocho páginas justifican el precio que pagues por el libro.
Después hay cosas medio ladris, como tres páginas de una historieta que quedó inconclusa, o el episodio final de Los Hermanos Segelín (con guion de Roberto Barreiro), que ya habíamos visto el 30/05/22. Tenemos también una historia bastante entretenida escrita por Martín Mazzeo, con un gran trabajo de Yunis en el dibujo y la aplicación de grises; una a todo color con guion de Mansilla que juega con el multiverso del Capitán Barato en clave de joda; una de corte más dramático escrita por Diego Arenales, en la que Nacho le pone todo a la narrativa; otra cortita con guion de Barreiro que arranca bárbaro y se pincha un poquito cuando el final intenta "pasarse de listo"; y terminamos a pura comedia, con un guion de Tomás Wortley que no me causó gracia en ningún momento, pero que está dibujada de manera muy notable por el santafesino.
Si todavía no descubriste a este talentoso historietista argentino, sin dudas este libro es un buen punto de entrada, porque lo vas a ver dibujar en varios estilos, incursionar en géneros muy variados y tirar magia en la planificación de páginas y secuencias muy distintas entre sí, siempre de manera eficaz y criteriosa. En los últimos años, Nacho Yunis se volcó a la historieta para primeros lectores, con la exitosa serie Los Anyirú, pero yo lo quiero ver volver al comic para adultos, o para todo público, con una obra extensa, en lo posible junto a un guionista grosso.
Hasta acá llegamos, por hoy. Gracias y nos reencontramos en cualquier momento, con nuevas reseñas acá en el blog.
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