el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 5 de abril de 2013

05/ 04: 2001 NIGHTS Vol.2

Vuelvo al encuentro de uno de los mangakas favoritos de este blog, para reseñar la segunda parte de una trilogía, cuya tercera parte comentamos allá por Junio del año pasado.
Por suerte, leerlas en cualquier orden no les resta encanto a las historias. Yukinobu Hoshino construye estos relatos de modo autoconclusivo, aunque claramente insertos en un contexto mayor, más ambicioso, que permea a todas las historias del libro. En este segundo tomo, la Humanidad acaba de perfeccionar las técnicas de viajes hiperespaciales y, con los recursos naturales de la Tierra casi exhaustos, comienza a explorar otros planetas, en busca de alguno más o menos apto para albergar y abastecer a colonias de humanos. De eso se tratan estas siete historias, de adelantados, de exploradores, de terrícolas lanzados a planetas remotos con la misión de encontrar atmósferas, climas y suelos que en pocos cientos de años puedan alterarse hasta permitir la vida humana. Hay aventuras, pizcas de romance, y sobre todo ciencia-ficción de la dura, de la que pela sesudas explicaciones para todo. Hoshino demuestra un conocimiento devastador de astrofísica, de ecología, de geología, de todo lo que define las características de un planeta. Y aún así, el trampolín es siempre la imaginación. Veamos qué onda las historias.
La primera historia podría limitarse a contar de dónde sacan los humanos la tecnología para viajar por el hiperespacio, pero no. Hoshino le agrega una trama paralela, un slice of life pachorro y melancólico, protagonizado por la piloto Ellie Myu y su padre, el científico que desarrolló el primer motor para viajes hiperespaciales. El combo entre la faceta más épica y la más humana funciona muy bien y va a ser un elemento común a casi todas las historias del tomo.
La segunda es muy rara. Arranca con una primera parte medio golpebajera en la que la protagonista es una nave espacial y levanta grosso en la segunda parte, cuando nos centramos en la expedición liderada por Robinson para hacer habitable un planeta lejano. Es una historia de exploración e introspección, sin espacio para la machaca. La tercera, Medusa´s Throne, es todo lo contrario: tres expediciones, tres encuentros con cosas muy raras y muchísima acción en un planeta que definitivamente no podrá ser colonizado.
La siguiente historia nos lleva a un nuevo planeta donde los intentos de colonización fracasarán porque dos facciones distintas de terrícolas, los de la Unión Americano-Japonesa y los de Eurasia, confrontarán en vez de aunar esfuerzos. Es un relato lleno de escenas fuertes, de imágenes alucinantes y muchísimos bloques de texto de increíble vuelo poético narrados en primera persona por... el propio planeta donde transcurre la acción. En la quinta historia también, las dos facciones humanas tienen un roce medio áspero, pero ya aprendieron a colaborar y pronto liman asperezas. Acá el autor se manda una hermosa reversión de Romeo y Julieta, y además permite que se cuelen por la ventana la esperanza, la concordia y el humor.
La sexta historia es tensa y electrizante. Acá no hay exploración, simplemente un conflicto, que amenaza con destruir no sólo a la nave de los protagonistas, sino a la galaxia entera. Se trata de un agujero negro viviente, con capacidad de adaptación y hambre voraz, y si se junta con otro agujero negro (como el que propulsa a la nave humana) se pudre todo, mal. Y terminamos con la historia más aventurera, más dinámica, más ganchera. Elliptical Orbit, sin bajarse de la onda elegante de todo el tomo, tiene muchísima machaca, muchos diálogos graciosos y hasta una mina ligera de ropas a la que más de un muchacho le quiere explorar la atmósfera. Ah, y un giro brillante al final, que jamás te ves venir.
El dibujo de Yokinobu Hoshino brilla en este trabajo de mitad de los ´90 tanto como en todos los que ya vimos anteriormente en el blog, así que no tiene mucho sentido que me extienda en la enumeración de sus logros. Estamos frente a un monstruo, a un superdotado, a un distinto, que no deja de emocionarte ni de maravillarte ni en una sóla viñeta.
2001 Nights no sólo le va a gustar a los fans del manga, o de la ciencia-ficción. Le sobra magia y calidad para atrapar a cualquier lector que busque buenas y historias y dibujos gloriosos, más allá de épocas, géneros y estéticas. Papa fina de acá a Beta Hydri Cinco.

6 comentarios:

Andrés G. dijo...

Hoshino es brillante como pocos (Shirow creo que está en su liga).

De paso tiro dos títulos de manga de autor que son por ahora gemitas poco conocidas de este lado del mundo:
-Vinland Saga (Makoto Yukimura)
-Children of the Sea (Daisuke Igarashi)

Dos bestias de la historieta de adultos que podrían publicar hoy en día en Vertigo (o Image, como se le dice en estos últimos años) sin ningún tipo de dudas.

Anónimo dijo...

Justo ahora estoy leyendo The two faces of tomorrow gracias al post que hiciste hace un tiempo, y es muuy bueno. Genial el blog como siempre Andres.

pd: Tengo las boletas de Darkseid y Pinky y Cerebro guardadas, cotizan mas caro estos dias no?

Octavio

Carlitos dijo...

Para los que no estamos en Argentina y conseguir estas cosas son imposibles, esto puede ayudar:

http://www.mangareader.net/2001-nights/2

Andres Accorsi dijo...

Muchachos, desde que existe la internet, NADA es inconseguible. Es cuestión de conseguir una tarjeta de crédito internacional, acceder a las tiendas online correctas y decidir hasta dónde estás dispuesto a pagar por cada cosa.

Carlitos dijo...

Tenés razón en eso, Andrés, pero te olvidás de lo importante que son los blogs como este, para darnos una idea de cómo va la industria.

Podrías algún día escribir un mini post sobre las "tiendas online correctas"? Me da miedo ir ciego a la tienda virtual de la FNAC (por decir una).

Saludos desde Eslovenia,

Carlitos

Andres Accorsi dijo...

No, yo no debería nombrar a ninguna tienda. En todo caso, la que quiera ser recomendada, que pague por publicitarse en este espacio.
Sin embargo hay una, que es a la que le compro yo, a la que siempre termino nombrando. Es esa que se parece a río muy zarpado de Brasil y a unas minas muy grossas de la mitología griega, cuya princesa se llama Diana.