Esta brevísima novela gráfica (“nouvelle graphique”, diría un francés) es la primera historieta larga (44 páginas) que encontré dibujada por Aleta Vidal, a quien conocía por sus historias cortas para Comiqueando o La Murciélaga. Esta vez el guionista es Sage, un autor que debuta con esta obra, y que no es otro que Sebastián Lonegro, marido de Aleta en la vida real.
11 Días propone una trama de ciencia-ficción espesa e incómoda, ambientada con habilidad en el presente. Una extraña enfermedad, una reacción torpe y facha por parte de las autoridades, la muerte que te alcanza en sólo 11 días, el miedo y la represión. Y del otro lado, los sueños, el aguante, la resistencia, el amor. Parece complicado. De hecho, cuando llevaba leídas... 15 páginas me convencí de que era imposible cerrar toda la trama en sólo 44 páginas. Y sin embargo, Sage lo consigue sin apelar a un final abrupto, ni a un deus ex machina berreta.
Obviamente, para plantear y resolver todo esto en tan pocas páginas, la obra adopta un ritmo que casi no da tregua. Todo el tiempo pasan cosas importantes y no hay margen para descomprimir el relato ni para colgarse con nada que no sea esencial para el desarrollo de la historia. Aún así, Sage encuentra la forma de indagar bastante en lo que sucede y de darle lindos toques de caracterización a los cuatro personajes principales. Los malos quedan un poco relegados, pero de todos modos sus motivaciones son muy claras y su plan está perfectamente explicado. El in crescendo dramático funciona, el contra-plan de los buenos no depende de casualidades traídas de los pelos y el final... no es para nada el que te esperás, y aún así es muy satisfactorio.
No me quiero extender mucho en el tema del guión, primero porque se trata de una obra breve y segundo para no spoilear ninguno de los momentos que están pensados para sorprendernos. La verdad es que, con poquita ambición y mucho empeño, salió un guión redondísimo, que no parece escrito por alguien que hacía sus primeras armas en este oficio (o por lo menos en este medio, porque Sage trabaja en desarrollo de videojuegos y seguramente en ese ámbito debe armar historias, crear personajes, etc.).
El dibujo de Aleta Vidal, por su parte, es cumplidor y acompaña correctamente al guión. No vi en estas páginas el nivel de virtuosismo que mostró Aleta en sus historias cortas, quizás porque acá no hay color (sólo grisados, muy bien aplicados en el photoshop), quizás porque los globos ocupan mucho lugar para contener textos que por momentos eclipsan un poco al dibujo, o quizás porque le dedicó menos tiempo a cada página. El resultado es bastante bueno, pero al tratarse de una artista que ya mostró capacidades muy superiores, deja un cierto regusto amargo.
Y no mucho más. Ojalá esta pareja vuelva a reunirse para una nueva obra en este estilo, arriesgada, original, con una fuerte impronta autoral, y ojalá ambos dejen todo en cada viñeta.
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2 comentarios:
le tengo ganas. ojala llegue a san juan
q grosssa es Aleta!!
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