Ultima tanda de estos libritos de Clemente editados el año pasado por Clarín. Es un material que yo desconocía por completo y en el que me encuentro –por suerte- con unos cuantos chistes (y “sagas” de chistes) que trascienden la coyuntura, que se disfrutan de modo atemporal e incluso algunos que le permiten a Caloi hacer gala de su apabullante virtuosismo gráfico.
El primer tomito arranca con un arco de Clemente con el Psicoanalista, muy basado en el “humor radial”, en juegos de palabras que no requieren del dibujo para ser graciosos. Recién cuando el Psicoanalista empieza a analizar a las hinchadas (y queda cara a cara con el hincha de Camerún) la cosa levanta un poquito. Después viene un arco en el que Caloi aborda el tema de la religión de modo bastante efectivo. El Mundial ´98 nos lleva a Francia, donde aparece otro personaje que debutó (creo) en los cortos para la tele: Yac Custó. Acá tenemos chistes futboleros y, cuando Argentina queda afuera, empalmamos con chistes acerca de la vida subacuática, muy ingeniosos. Y finalmente, una de esas ideas locas y brillantes de Caloi: para combatir a la globalización, Clemente se hace cuadrado. Acá reaparece el mundo de la síntesis, un clásico de los primeros años, y la tira encuentra la manera de hablar de política de un modo poco obvio, muy interesante.
En el tomito con tiras de 2000-02 se incorpora el color. La primera “saga” vuelve a hacer énfasis en la brecha generacional, con Clemente y Jacinto satirizando al mundo del rock, desde los nombres de las bandas hasta los shows en vivo. El color me resultó muy estridente, algo que se corregirá en los tomos futuros. De pronto, Caloi retoma el tema de la Mulatita, olvidada hacía años. Ya no le dicen Clementina, y vuelven a suceder con ella cosas que habían sucedido 20 años atrás. Igual tiene muy buenos chistes, muchos de ellos de “humor radial”. Y terminamos con una larga sucesión de chistes políticos, centrados en la coyuntura de la segunda mitad de 2001, cuando Clemente se convierte en la cara del “voto bronca” que gana las elecciones legislativas previas al derrumbe del gobierno de la Alianza. Acá también hay buenas ideas gráficas, además de los juegos de palabras.
El Vol.15 abre con más chistes de coyuntura, con EEUU en Irak, Menem y Kirchner en el frustrado ballotage, etc. Después viene un arco muy gracioso en el que el co-protagonista es... un teléfono. Y para el final, un extenso arco con el Nono, un Clemente viejito que habla en cocoliche y mantiene diálogos muy graciosos con Jacinto. Para las últimas tiras (con el Clementosaurio) ya el color es mucho más tranqui, más lindo.
Ya en pleno gobierno de Néstor, el Vol.16 arranca con un montón de páginas de chistes futboleros, con mucho juego de palabras y alguna que otra buena idea visual. La economía y la crisis del campo se ven reflejadas en la saguita del perro verde, completamente inescrutable fuera de su contexto original. Y cerramos con una serie de chistes centrados en el sexo, con la Mulatona en el centro de la escena y un lenguaje bastante subido de tono, sobre todo si lo comparamos con las tiras de los ´70 y ´80.
Así llegamos a 2009. Faltarían los últimos tres años y monedas de la tira, que deben estar resumidos en el tomito que me falta. La verdad es que el balance es positivo. A pesar de que gradualmente la coyuntura (en una de esas, la urgencia de las cosas que nos pasaron a los argentinos del ´73 para acá) le fue ganando terreno a ese surrealismo atorrante, poético y genial de los primeros años, Caloi supo mechar tiras en las que Clemente y su mundo brillaron por sobre el comentario mordaz sobre las noticias del diario (el famoso “¿vio que tal cosa...?”). Más basado en los prodigios gráficos y plásticos de Caloi, o más jugado a los malabares verbales, a la tira nunca le faltó humor; y fue un humor original, cercano a la gente, que rara vez apeló al mínimo denominador común.
No sé cuántos años faltan para que la gente que leyó a Clemente todos los días en la contratapa de Clarín durante 39 años se olvide de ese compinche, de ese amigo que le abría las puertas a la sonrisa, al delirio, e incluso a una bajada de línea rebelde en las épocas en las que eso era peligroso. Y no dudo que debe ser dificilísimo reemplazar a Clemente... pero la porquería inmunda que hoy ocupa su lugar no es en absoluto digna de ocupar ese espacio, ni siquiera en el contexto paupérrimo que exhibe hoy la contratapa del house organ de la Corpo.
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6 comentarios:
Muy de acuerdo, una verguenza que hayan usado el espacio que dejó Caloi para favorecer a esa vieja chanta.
Jajaja, Aggordi con el contexto de mierda que tenemos gracias a Kretina y vos seguis hablando de corpo...segui mirando 678 y leyendo pagina 12, que les queda un poco más de un añito para seguir haciendo mierda el pais...
cual corpo che la privada o la estatal, esa en la que el estado oficia de testaferro para acaparar mas medio q el grupo clarin?¿? j.j.
En mi humilde opinión, Diana Raznovich ocupa mejor ese espacio que el hijo de Caloi, quien es "manijeado" por oscuras fuerzas. Es el nuevo muñeco que nos quieren imponer.
Es cierto que Diana también acude al "humor radial" (esto se nota más en los chistes que hace para el suplemento Clarín Mujer). Pero Tute no puede dibujar una mina sexy ni que le paguen el doble. En cambio, a la hija de Donatella, yo le doy. Donatella es el personaje de Diana en la contratapa del mentado gran diario argentino.
No, estas diciendo una boludez, te puede no gustar la ideología de Tute (e igual cuando se trata de publicar y cobrar todos se la olvidan, sino preguntale a Accorsi que habla de la corpo pero bien que hizo notitas y traducciones para Clarín), pero a la vieja esa hay que prenderla fuego, atrasa 40 años y ni siquiera sabe dibujar.
Es genial este trol se habla y se contesta solo. No toco Clarín ni con una caña de pescar así que no se de cual es la porquería que habla Accorsi, imagino que está acorde con la bazofia que es ese diario.
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