¡Ufff! ¡Mucho para analizar! Me tocó un libro extenso y además muy sustancioso. Veremos si puedo sintetizar para que esto no se haga eterno.
Las primeras seis historias cortas son cualquiera. Me explico: son hermosos relatos, que podrían tranquilamente no ser historietas. No hay integración entre imagen y texto y es este último el que narra absolutamente todo. Los dibujos (bellísimo testimonio de la constante evolución y la apabullante versatilidad de Fernando Calvi) podrían no estar y todo sería práticamente lo mismo. Cuentitos que en vez de tener en cada página una ilustración alusiva, tienen nueve dibujitos.
En los episodios 7 al 13 Calvi empieza a encontrar el camino: vincula sutilmente a unas historias con otras (incluso con las seis primeras), construye universo, le da forma a una narración mayor, más ambiciosa, y empieza a permitirle al dibujo contar cosas por afuera (o por encima) de lo que nos narran los textos.
Las historias en sí están muy bien. Quizás les sobre un poquito de cáscara, de pátina de cosa sofisitcada, trascendental. Está claro que a Calvi le interesa una aventura más interior, menos física, y de a poco encuentra ese equilibrio entre las dos cosas. A veces se empantana en viejos recursos como personajes que entran en escena para contar historias, o sueños del protagonista que contribuyen a enrarecer el clima y no a darle solidez a las tramas. Pero si logramos ver a través de esas ínfulas de “cosa rara, única y vanguardista” (que tanto aplaudieron críticos, colegas y fans de la obra de Calvi), vamos a encontrar lo más importante, que son buenas historias.
Por ahí el gran problema es el estilo. Al estilo se llega por dos vías: la de las limitaciones o la del capricho. Los que seguimos a Calvi desde mediados de los ´90 (desde aquellos trabajos en la Comiqueando que él jamás menciona en su biografía ni cuando da entrevistas) sabemos que este animalito no tiene limitaciones, ni en el dibujo ni en la narrativa. De ahí inferimos que el ritmo, los climas, la cadencia, la puesta en página siempre igual, el grafismo, la paleta de colores, las emociones que Calvi elige transmitir con Altavista son fruto –ni más ni menos- que del capricho. Y hay que bancárselo, de un lado y del otro. Uno, como lector de Calvi, tendrá que separar la paja del trigo y esforzarse un poco más para encontrar la historia por debajo de los simbolismos, las pinceladas autobiográficas, las secuencias oníricas, las citas literarias y demás “caprichos” del autor. Y Calvi tendrá que aceptar que muchos lectores no se fumen el experimento y digan “se fue a la mierda”, o apoden a este libro “Altabosta”, como escuché por ahí.
Pero ponele que le sintonizaste la onda a la saga y seguís más allá de esas 13 historias cortas. Ahí, disfrazadas de más anécdotas de borrachos incoherentes, de sueños, delirios y anhelos de perdedor enamorado, hay dos aventuras grossas, casi clásicas: la de Wendy, con Peter Pan y el Fantasma, y la del cubo, con los Challengers of the Unknown y la resolución del misterio de Dagón. Y después, ese epílogo ambiguo y fumachero con el Corto Maltés, acorde con la onda ambigua y fumachera de algunos álbumes del marino creado por Hugo Pratt.
Nombré a personajes de Pratt, de Lovecraft, de James M. Barrie, de Jack Kirby, de Lee Falk, y también hay apariciones y menciones a personajes de Herman Mellville, Hergé, E.C. Segar, Carmine Infantino, Bioy Casares, H. G. Wells y muchos más. Los homenajes y citas son un condimento muy atractivo de Altavista (conmovedores los tributos de Calvi a Carlos Trillo, José Muñoz y Quique Alcatena) y se podría escribir un libro igual de extenso que este, explicándolos todos.
Con un dibujo de engañosa simplicidad, con un sentido muy personal de la espacialidad, sin globos de diálogo y una paleta de colores intencionalmente restringida, de a poco Calvi me convenció de que cada uno de estos elementos, cada línea y cada palabra, están ahí para cumplir una función narrativa. Por eso, por la calidad y la originalidad del dibujo y por la noble intención de contar la aventura desde otro lugar y en otro tono, banco y recomiendo Altavista. No sé si será EL exponente imbatible de una nueva forma de hacer comic de autor en nuestro país, pero sin dudas se trata de un trabajo muy pensado y muy logrado, fruto de la pluma (y las tripas) de un autor que fue prodigioso desde muy pendejo y hoy -vaya paradoja- ostenta a fuerza de caprichos la madurez de los grandes maestros.
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15 comentarios:
por mas que lo banques y recomiendes, con la descripción que das confirmás varias sospechas que tenía y máas, no lo leo ni a ganchos. Saludos
Tiene mucha pinta el libro, feteado en la Fierro fue medio garrón pero de un saque está buenísmo, ojala saque Mexico Lindo de la misma manera y si se copa con continuarlo, mejor!
Dolape
Calvi es un embole. EMBOLE.
Hola Andrés, como estas?
Volvienod un poco al mundo del comic, me encontré con Hobgoblin y no puedo salir de mi asombro: el viejo y querido Duende Verde a devenido en guru de la autoayuda o yo entendí mal? A donde vamos a llegar? COmo se puede tolerar esto? Los que hemos sido fieles al Hombre Araña cuando no había toda la gilada de la película y eso, estamos ofendidísimos con este nuevo rumbo en todo aspecto. COmo nos sentiríamos si mañana El Eternauta se vuelve telemarketer? o si Malmalawac se convierte en un ciudadano común? Por dios... equipo que gana no se toca, e historieta clásica tampoco. Esto no hace otra cosa que complicar a Boudou y a vos Accorsi, que sos cómplice y no decís nada.
Te mando un abrazo
Santiago
si altavista fuera un comics europeo, indie yanki o de un mangaka que nadie conoce seguro que estarías hablando de obra maestra.
altaverga
No voy a perder tiempo argumentando, porque como siempre, esto es cuestión de gusto personal. me quedo con el último párrafo de la reseña. Calvi es un Maestro. y sí, como dice andrés, cada línea y cada palabra están para cumplir una función narrativa. los que somos lectores de Calvi ya lo sabemos. incluso esa paleta restringida es narrativa. son formas de entender la historieta, nada más.
yo no me embolé con ningún episodio, esperé cada uno, así como el desenlace.
es una cuestión de gusto personal. muchos de los que lo putean viven comiendo mierda del mainstream yanki sin chistar.
en fin...
en lo personal, es un libro que me alegra tener en mi biblioteca. editado hermosamente por el Hotel de las Ideas.
hace poco me puse a repasar todas las Fierro. entre todas las series que desfilaron estos ocho años (ocho años de historieta argentina en los kioskos cada mes, de trabajo argentino), cada quién tendrá su gusto. yo odié y me fumé unas cuantas. y en mi ranking personal, entre los tres o cinco primeros, está Altavista. junto con Angela della Morte de Sanz, otro grosso.
corto acá. posteo sin revisar el texto, perdón si hay faltas y tipeos mochos. saludos!
Me gustó lo que leí en Fierro, pero la posta q no me engancho, seguramente de corrido debe ser otra cosa. Aguante Bruno Helmet y la Comiqueando de esas épocas.
Coincido con la visión positiva de haber tenido hasta ahora ocho años de trabajo nacional, pero personalmente no puedo dejar de sentir que Fierro es una oportunidad perdida, se está dejando pasar un medio como hace tiempo no teníamos, desperdiciando demasiadas páginas por tipos impresionantes en el peor sentido de la palabra. Más aún habiendo demostrado la misma Fierro que se puede tener historietas de muy buena calidad en ese formato: El síndrome Guastavino, El hipnotizador, Cieloalto, lo de Sanz, lo de Mosquito, Sala, y muchas mas, opacadas, tapadas y tiradas abajo por una cantidad de material horrible, jeropa, mal escrito, que solo se comprende por acomodo, ahorro de guita o lo que sea. Una pena, ojalá perdure muchos años y abra las puertas a tipos mas interesantes, que tiene que haber, debe haber. Abrazo y muy bueno el blog.
coincido con vos fede en cuanto a lo que decis de fierro. y lo peor de tood q pocos señalan es lo de "jeropa", hay muchas historias jeropas pelotudas y muy boludas que tipos q la juegan de cool se mofarian si las vieran en algunos programas de tv basura. ni siquiera son chistes ni historias eroticas buenas ojalá, son boludeces pajeras que nada tienen q hacer al lado de salvador sanz y no me creo la diversidad pongan diversidad de calidad no boludeces.
Ni las portadas de la Fierro le hacen honor al nombre, antes ibas al kiosco con ganas a ver la nueva portada, ahora hasta ese aspecto descuidaron, por más que sea algo "superficial" para algunos. Era como la revista Humor, las portadas eran geniales, ahora es como si fuera pecado trabajar con portadistas. Y no voy a decir que están siempre los mismos, pero hay varios que no sé que carajo están haciendo en la revista. yo creo que no la voy a apoyar más, no da comprarla por comprarla ni apoyar porque si cosas que no valen la pena, es una lástima.
Impresionante que alguien ose criticas la tapa de Fierro justo el mes que viene con tapa de Mandrafina.
Y criticar a Fierro el mes en que más de la mitad de la revista es un Trillo Mandrafina exquisito...
Y al margen de eso, las portadas de los últimos tres años (ponele) son un desastre y están a años luz de aquella fierro que yo conocía.
yo coincido con la crítica a fierro por ser "jeropa", pero con lo de las tapas no...
acá también se ve la amplitud de criterio de la revista, con lo cual no será del gusto de todos siempre. a mí me pasa, obvio. propongo hacer el ejercicio de verlas todas (en la página web están). pensemos que son noventa y pico. es el gusto personal nuevamente. de este último año elijo la última, la del mes anterior también, la del #86 (lucas varela), #87 (minaverry), #90 (sanz), #91 (nine). a lo largo de los años hubieron otras que detesté. pero muchas las recuerdo con cariño y están para enmarcarlas o hacerlas remera.
y si en lugar de tirar mala onda proponen ilustradores? o cuenten cuáles les gustaron, así el staff los mima un poco.
saludos!
Scuzzo.
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