el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 30 de octubre de 2014

30/ 10: FELIPE VARELA: BATALLA DEL POZO DE VARGAS

Llegamos al post número 1700 del blog, con una historieta muy breve, de apenas 29 páginas, editada por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la provincia de Catamarca.
Se trata del recuento en forma de comic de la batalla del Pozo de Vargas, sucedida en 1867, en la que las fuerzas del caudillo rebelde Felipe Varela enfrentaron al Ejército Argentino, que respondía al entonces presidente de la nación, Bartolomé Mitre. Todo esto co-escrito por Juan Manuel Mola y Pablo Martinena, este último responsible también del dibujo y el color. La batalla del Pozo de Vargas no está entre los hechos más célebres de la historia argentina y de hecho, muchos libros de historia ni siquiera se hacen cargo de que sucedió. No es ningún secreto que la historia de nuestro país que se enseña en las escuelas refleja en buena medida la visión de un bando: el de Mitre. Y una figura como la de Felipe Varela, en ese contexto, fue barrida abajo de la alfombra durante muchísimas décadas.
Por supuesto, el que esté interesado investigará, encontrará documentaciión y sacará sus propias conclusiones. Y el problema que tiene esta historieta es que viene con las conclusiones ya sacadas: para los autores, Mitre y los porteños son los villanos, abusivos, insensibles, malignos y explotadores; y Varela y los caudillos del Interior que se rebelan contra Mitre (“la montonera”, les decían) son los buenos, son Luke Skywalker, la Princesa Leia, Han Solo y Chewbacca. En inferioridad de condiciones, los rebeldes dejarán todo para ganarle a una fuerza numéricamente superior, mejor abastecida y con soldados mejor entrenados. Los de Varela pelean por sus convicciones patrióticas y los de Mitre pelean porque el presidente les dio la orden para que vayan y maten a esos crotos del orto. La gente de los distintos pueblos en los que transcurre la acción (por la región de Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero) banca a los rebeldes y sólo la oligarquía porteña le tiene alguna simpatía al accionar de las fuerzas de Mitre. Pero tampoco le dan demasiada bola porque justo está en su mejor momento la guerra de la Triple Alianza, en la que argentinos, brazucas y uruguayos armaron un super-villain team-up para masacrar a los hermanos paraguayos, obviamente en defensa de los intereses de Inglaterra. Con ese panorama, cualquier cosa que haga Varela va a parecernos una epopeya apasionante. Y con eso especulan los guionistas.
Más allá del planteo histórico, o de la línea que se quiere bajar, la historieta está bastante bien. No está muy lastrada por ingentes cantidades de texto (como suele suceder en los comics de intención educativa) y sostiene un ritmo parejo, no se desploma en el embole ni en las cabecitas que hablan. Por supuesto hay varias páginas que se verían mejor con menos viñetas. Esta misma historia se podría haber contado en… 46, o 48 páginas y transmitir exactamente el mismo mensaje, pero permitiendo un mayor lucimiento del dibujo de Pablo Martinena, que está un poco apretado.
Con varios años de trabajo para editoriales chiquitas de EEUU a sus espaldas, Martinena está afianzado en un estilo realista, un poco frío, con detalles muy interesantes en los primeros planos, un buen traslado a la viñeta de los rostros de personajes que existieron en el mundo real y un excelente trabajo en el color digital. La narrativa, si bien no tiene tropiezos notables, se resiente un poco por esto de la gran cantidad de viñetas por página.
En fin, no hay mucho más para comentar en una historieta tan breve. Rescato mucho el hecho de que una institución gubernamental convoque a historietistas de su provincia y les dé recursos para publicar este tipo de material que –supongo- se habrá distrubuído en colegios, bibliotecas o universidades. Ojalá cunda el ejemplo en todas las regiones de nuestro país, donde si hay algo que sobra son los buenos historietistas.

8 comentarios:

Luq dijo...

Pese al tono irónico, todo lo que decís de Mitre y la oligarquía porteña es bastante fiel a los hechos.
Las voluntades eleccionarias de los últimos nueve años en mi ciudad y el ensalzamiento de Mitre en la tapa de La Nación son consecuentes y consecuencias de las condiciones de otrora.
Hay figuras históricas que para algunos son indignantes pero para otros son próceres: mientras que una gran parte de la población con argumentos sólidos, reclama que se remueva el monumento a Roca y se le cambie el nombre a Diagonal Sur, en la Universidad de Belgrano uno de los auditorios, sin que nadie los haya obligado, se llama J. A. Roca (y entiendo que es por Julio y no por Julito, que sería más repugnante aún).

Anónimo dijo...

De última, para ser consecuente con todas esas pelotudeces, deberían abandonar el país entero y devolvérselo a los nativos americanos. Ya lo dijeron los de Kuntur Yana: esto no se llama Argentina, Chile ni Uruguay...

Algún día, cuando esa gente ya no sea una minoría, es probable que la propia corrección política que ustedes aman se los coma crudos, y que divertido sería. Ustedes también son invasores, esta no es su tierra.

Anónimo dijo...

En cambio, las Falklands/Malvinas estaban deshabitadas antes de que llegaran los colones europeos, no hay rastro alguno de ninguna civilización amerindia, así que eso pone más interesante la cuestión.

Anónimo dijo...

Por sino se entendió, estoy en contra de las pelotudeces políticamente correctas como cambiarle el nombre a una calle, no en contra de la existencia de la Argentina, que me agrada y mucho. Hay que aclararlo porque hay dos Argentinas, y la de tipo Kirchnerista no suele entender bien las cosas.

No van cambiar un país poniéndole un nombre diferente a una plaza, lo que tienen que hacer es solucionar los problemas con la economía, la educación, la seguridad, hacer que las instituciones tengan credibilidad y trasparencia, no separarse del mundo, no perseguir a los medios, lograr traer inversionistas que apuesten al desarrollo del país, etc. Todo lo que la Reina Regina (perdón Lana Parrilla, te amo) no está haciendo. Tampoco estaría de más que aprendan a manejar mejor porque son un peligro atrás del volante...de no hacer trampa en el deporte no voy a decir nada, el muchacho no está pasando un buen momento y no estaría muy bien que digamos.

Anónimo dijo...



Han fusilado a Dorrego,
la patria está desangrando,
por la ambición del poder
la libertad peligrando.

Revuelo de ponchos rojos
pal'lado e la Guardia 'el Monte,
ya viene don Juan Manuel
trayendo la paz y el orden.

Qué viva el Restaurador,
grita el pueblo y se alboroza.
Viva la Federación
y don Juan Manuel de Rosas.

San Martín le dio su sable,
fundido en la independencia,
como premio a su valor,
su patriotismo y nobleza.

Porque serviles inciensos
nunca quemó para su gloria,
don Juan Manuel ha quedado
sepultado en nuestra historia.

Qué viva el Restaurador,
grita el pueblo y se alboroza.
Viva la Federación
y don Juan Manuel de Rosas.

Anónimo dijo...

Quiero podcast nuevo que el anterior ya me lo comí todo.

Anónimo dijo...

Me olvidé, era otro grosso que murió...en el imperio contra el que lucho. Hoy nadie quiere pelear, que gris y aburrida va estar la tarde laboral... Aguante Lalo Schiffrin, ese si que es un capo capo.

Taquito y rabona dijo...


Está buenísimo lo que propone esta historieta, si algo así es interpretado desde el ¨interior¨ del país, hay que ver qué rol juega el pensamiento de BsAs (seríamos el exterior?) y quién escribió la historia... mientras tanto, Fontanarrosa mediante, a entretenerse con la historieta.