el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 5 de julio de 2020

ABURRIDOMINGO

Otro domingo eterno, sin futbol, sin nada mínimamente interesante para entretenerse que no sea leer comics. Aprovecho para ponerme al día con las reseñas (escritas así nomás, sin demasiado entusiasmo) de un par de libritos que tengo leídos.
Ya vot por el Vol.17 del coleccionable de Nippur y estoy en una meseta que se estira hasta el infinito, como la cuareterna. Otra vez un montón de episodios autoconclusivos en los que la saga del personaje no avanza hacia ningún lado, con Robin Wood clavando unos bloques de texto hermosos en aventuras muy cercanas a la Nada Misma, siempre con Sergio Mulko a cargo de las historietas en blanco y negro, y Ricardo Villagrán a cargo de las historietas a todo color.
Entre los seis episodios de este tomo, encontré un sólo guion brillante, con un planteo y un desarrollo realmente gancheros, con sorpresa (de hecho Robin tira el as de espadas en la última frase del último bloque de texto), con un cierto vuelo, con una ironía fina, resuelta con mucha clase. El resto, más de lo mismo. Hay una que es básicamente un paso de comedia, un relato que se podría haber publicado en la serie Mi Novia y Yo, cuyo efecto humorístico se disuelve cuando Wood y Mulko se proponen contarla en diez páginas en vez de... cuatro. Y después está “El Gran Torneo”, una historia muy bien dibujada por Villagrán, que arranca muy arriba, sigue muy arriba y al final termina por defraudar, porque el argumento resulta ser apenas una excusa para contarnos por enésima vez lo grosso que es Nippur, y lo imposible que es vencerlo en combate, sea contra quien sea, y aunque vengan de a cuatro. Las otras tres historias no tienen mérito ni para justificar una mención, más allá de mi constante admiración por la elegancia y la jerarquía que le pone Villagrán a la faz gráfica. Te querés matar cuando lo vez dibujar esas páginas con 12 viñetas microscópicas, pero cada tanto te clava una de esas splash-pages realmente fastuosas, como para ponerles un marquito y exhibirlas en cualquier museo como las altas obras de arte que son.
Sigo adelante, a ver si la cosa en algún momento cambia y si Wood encuentra la forma de volver a engancharme con una serie que –como ya dije alguna vez- tenía todo para ser gloriosa y en la práctica resulta entre predecible y embolante.
Salto a EEUU, año 2016, cuando Becky Cloonan, la gran dibujante italiana, se pone la pilcha de guionista para escribir nada menos que una nueva serie del inagotable Punisher, un personaje que acumula números 1 como Brasil acumula enfermos de coronavirus. En este primer TPB, Cloonan se toma seis episodios para contar una historia que en los ´80 era una novela gráfica de 60 páginas (como mucho) y que, sin ser brillante, tiene algunos puntos a favor. Por un lado, la intención de desarrollar nuevos enemigos para Punisher (en general, le han durado muy poco), por el otro el énfasis en un personaje secundario bastante interesante (la agente Ortiz), y por el otro la posibilidad de encarar la aventura desde una óptica “adulta”, en el sentido de que las puteadas son muchas y están mínimamente camufladas y la violencia es MUCHISIMA y está absolutamente enfatizada, a niveles muy escabrosos, sin nada que envidiarle a las sagas de Punisher en el sello MAX (que creo que no existe max). Mucha acción, muchos tiros, muchos cuchillazos, muchas explosiones, mutilaciones, sangre, drogas, que no alcanzan para ocultar que la trama se podría haber contado en muchas menos páginas. Y ese último flashback a una operación militar yanki en Medio Oriente está totalmente de más.
Lo lindo es que todo el tomo está dibujado por un mismo artista, en este caso a cargo de lápices y tintas, como era su costumbre. Me refiero al recordado maestro Steve Dillon, que va a tener la mala idea de morirse muy poco después, sin completar el segundo arco argumental de esta serie. Si leíste Preacher, o el Punisher de Garth Ennis, ya sabés que a Dillon le gusta la violencia a quemarropa, bien extrema, con gente que explota en mil pedazos, tiros en la jeta, estallidos de sangre y esas cosas tan hermosas, tan agradables de ver. Su Punisher es un tipo jodido de verdad, que mete temor sólo con verle la cara, y la acción por ahí no es lo que mejor le sale, pero en general la resuelve con oficio, sin pifias. Acá además se lo ve muy compenetrado con el tema fondos, armas y vehículos, sin hacer copy-paste de fotos. El color en general se acopla bastante bien a los trazos de este prolífico dibujante británico que –sin saberlo- nos estaba obsequiando las últimas páginas de su ilustre carrera. 
No la pasé mal, para nada, me entretuve un lindo rato, pero esperaba una vuelta de tuerca más. Otro enfoque, otra sensibilidad, algún giro menos obvio, menos tradicional. Me encontré con una más de tiros, mala leche, sangre y machaca, como tantas otras aventuras de Punisher, que pierden impacto y emoción a medida que te vas convenciendo de que siempre, corra los riesgos que corra, se enfrente a lo que se enfrente, Frank Castle va a salir entero y va a volver a embestir contra el crimen organizado sin importar los costos. El hecho de que queden para el Vol.2 muy pocas páginas de Dillon tampoco me da mucho estímulo para leer los dos TPBs que le siguen a este, y que no tengo.

Suficiente por hoy. Buena semana y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.

3 comentarios:

Milo Garret dijo...

Punisher me parece muy poco interesante como personaje pero -creo que por recomendación tuya, en algún momento, acá en el blog- llegué al Punisher Max de J. Aaron y Dillon y me voló la cabeza. Uno de los cómics más perturbadores que recuerdos, casi que impresiona por momentos. No te lo pongo a la altura de Scalped, pero está muy bien, ¿no?
Che, consulta offtopic, ¿leíste Chew (de Layman y Guillory )? Es divertidísimo, me está salvando la cuarentena y me gustaría mucho saber qué opinás... De los cómics más frescos que leí últimamente
abrazo Andres y gracias

Andrés Accorsi dijo...

Leí sólo el primer TPB de Chew, y lo reseñé acá en el blog. Cuando vea los siguientes a buen precio, seguramente me los compraré, porque el Vol.1 me gustó mucho.

Milo Garret dijo...

Ahí leí la reseña, no sé cómo se me había pasado! Qué bueno, me alegra que te haya gustado. Creo que no hace sino mejorar y que tiene un equilibrio entre acción, aventura y comedia digno de (aunque muy distinto a) la JLA de Giffen y De Matteis. Uno de esos cómics con los que verdaderamente la pasás bien...
ojalá consigas los TP para seguir reseñando...