el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 3 de marzo de 2022

A TODA MARCHA

Bueno, vengo leyendo bastante. Y por suerte no me está faltando tiempo para sentarme a escribir reseñas. Antes de fin de mes vamos a hacer una pausa de unos 15 días, pero mientras tanto, vengo bastante embalado. Después de haber coleccionado durante años las revistitas, cambié mis Thor de Walt Simonson por los libros, donde me encuentro que las historietas fueron notablemente recoloreadas por el maestro Steve Oliff y su tropa. No me quiero enfrascar en el debate acerca del recoloreado de comics clásicos, porque no me considero un experto en el tema. Simplemente quiero decir que esta versión, con estos colores y estos efectos, me gustaron mucho y captan muy bien el espíritu de lo que Simonson nos narra en sus historias. En cuanto a los guiones y los dibujos, me sorprendió el hecho de que me acordaba bastante… y eso que leí estas historietas por primera vez hace más de 30 años. Por ahí en algún momento, cuando completé la colección, las releí todas de un saque y por eso me las acuerdo. Lo importante es que están muy bien, no se sienten antiguas, tiene una fuerza increíble y, comparado con los números de Thor inmediatamente anteriores al 337 (que es donde Simonson asume como autor integral), acá hay un salto de calidad que se mide en años luz, o eones. Si pasás del último número de Stan Lee al primero de Simonson, se entiende todo y te ahorrás el mal trago de ver cómo una serie que en los ´60 era una aplanadora decae mes a mes durante toda la década del ´70 y llega al ´83 de milagro, enchastrada en el fango de una mediocridad alarmante. Y lo mejor de todo es que Simonson no viene a recontar las historias de Lee y Kirby. Se nutre un poco de esa etapa de gloria, pero claramente su intención es ir para adelante, es inaugurar la Era Moderna del Dios del Trueno con otro tipo de historias, nuevos personajes, nuevos vínculos entre los personajes que ya existían, etc. Y con algo a lo que Walt le saca un provecho enorme que es la posibilidad de planificar a largo plazo. Este es un material clásico, acerca del cual ya se escribió mucho, así que no me quiero poner a analizarlo de manera puntillosa. Sí me interesa recomendarlo, para que el fan de Thor (o de Simonson) que todavía no lo haya leído, se tire de cabeza y lo disfrute. Por ahí cuando encare la lectura de los otros cuatro tomos encuentro elementos para plantear algún tipo de crítica o de discusión, pero por ahora esto me sigue pareciendo tan alucinante y tan impactante como cuando lo leí de adolescente. Ah, magnífica la edición del TPB, con un montón de extras copados.
Durante 2021 la editorial Sudamericana publicó un libro de humor de Gustavo Sala titulado Buenos Aires en Pelotas, ingenioso guiño al Buenos Aires en Camiseta del legendario Calé. En general, cuando los capos del humor gráfico revulsivo o transgresor publican en estos grandes oligopolios que dominan la industria del libro, salen trabajos blanditos, domesticados, donde la identidad temática o incluso gráfica de los autores se puede llegar a diluir en ese intento por llegar a un público lo más amplio posible. Gustavo Sala, en cambio, abre una página del libro con la frase “me cogí tres bebés con Down y les hice caca en la boca”. O sea, esto es sin concesiones. Es Sala puro, con toda la carga desmesurada y genial de escatología, sexo y delirio que el marplatense despliega normalmente en sus historietas para medios más cercanos al under. Las distintas historietas, viñetas y chistes giran en torno a la ciudad de Buenos Aires, y además de analizar la vida y el ecosistema de los porteños desde la guasada y la bizarreada, el autor mete reflexiones muy afiladas acerca de la proliferación de indigentes, los curros inmobiliarios del funesto Rodríguez Larreta y otros aspectos bastante oscuros y sórdidos de la vida en la capital argentina. Hay muchos momentos para reírse, otros para decir “nah, te fuiste a la mierda”, pero también hay momentos en que el humor gira en torno al drama de la gente que vive en la calle y come de la basura. Barrios, edificios, monumentos, taxis, subtes, colectivos, pizzerías, cines, teatros, estadios, bares y fondas forman parte de este recorrido en el que Sala satiriza las más sacrosantas instituciones porteñas con una mala leche sumamente disfrutable y con esa impronta tan típica del autor que hace que uno sepa dónde empieza el chiste pero no dónde puede llegar a terminar. No sé si Buenos Aires en Pelotas está entre los mejores trabajos de Sala. Probablemente no, porque me consta que se divierte más jodiendo con la fauna del rock que con el tango, los vendedores ambulantes y las bicisendas. Pero tanto si sos porteño y amás a Buenos Aires como si la visitaste alguna vez ocasionalmente y dijiste “no vuelvo nunca más”, el libro te va a arrancar varias sonrisas y alguna que otra carcajada estridente. Y además vas a ser testigo de cómo el dibujo de Gustavo Sala sigue su curva ascendente. Como siempre, es humor para gente a la que no le molestan los chistes de porongas, caca y curas pedófilos. Si eso no te escandaliza ni te repugna, ponete en pelotas y corré hasta la librería de tu barrio a buscar este libro. Me despido por hoy, no sin antes contarles a quienes siguen este blog desde San Nicolás que en martes 8 presento ¿Quién quiere ser superhéroe? en la librería El Buen Libro. Y a quienes nos leen desde Rosario, los espero el miércoles 9 en la sala Irma Peirano del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa. En ambos casos la cita es a las 19 hs y van a poder comprar el libro a precio promocional y llevárselo firmado. Nos vemos pronto.

3 comentarios:

Rody dijo...

Me queda una duda con lo de “me cogí tres bebés con Down y les hice caca en la boca”
¿Dibuja la Bombonera o es una alución a la hinchada de Boca?

Andrés Accorsi dijo...

Dibuja la Bombonera, pero en otra página. Esta va para otro lado.

CONTRERAS dijo...

¿Y qué fue de la saga de Accorsi archivando los cómics en esa aplicación?