el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 26 de marzo de 2011

26/ 03: LA CIUDAD DE LOS PUENTES OBSOLETOS


A ver, intentemos esta suma: Craig Thompson + Seth + Lucas Varela + Max. ¿Qué sale de esto?. Seguramente un dibujante visualmente exquisito, con un trazo perfecto, hermosas composiciones de páginas y viñetas, perfectas combinaciones de freakeada y ternura, o de delirio y observación de la realidad. Y además un gran narrador, un gran arquitecto de secuencias. Todas esas virtudes (y algunas más) aparecen en este trabajo, la primera novela gráfica del ilustrador y dibujante Federico Pazos, de breve “pazo” por la Comiqueando Clásica, allá por el 2000, creo.
A lo largo de 130 páginas, Fede Pazos nos regala un container lleno de emociones, todas potenciadas por los climas que crea casi sin la menor dificultad gracias a su tremendo dominio del dibujo. Un dibujo de inusual virtuosismo, pero puesto 100% al servicio del relato, de modo que a las pocas viñetas ya estás totalmente compenetrado con la extraña “road movie” de Paco. Hay un par de momentos en los que el dibujo es tan, pero tan perfecto, que te colgás a mirarlo, a apreciar cada detalle, y te desenganchás unos instantes de la trama. Pero enseguida Pazos te vuelve a meter en la historia, vuelve a llevarte de las narices por la sinuosa senda por la que avanza el argumento.
Un argumento raro, retorcido ya desde el vamos. Paco dice dirigirse a la estación de trenes y, de hecho, lo vemos bajarse del subte en Retiro (hasta ahí, todo lo que dibuja Pazos se parece MUCHO al mundo real). Pero acto seguido, en vez de un tren se toma un micro. ¿Qué pasó ahí? Nunca se explica. Más adelante nos enteramos de que la ciudad de los Puentes Obsoletos está en una isla, pero Paco nunca cruzó mares ni ríos. ¿Cómo llegó? Tampoco lo sabemos. Seguramente, la respuesta del autor será “el viaje es una metáfora”, o algo así. Está claro que lo importante no es tanto la lógica dura, externa, sino lo que le pasa por dentro al protagonista, su periplo interior. Por eso tiene sentido que la “aventura” esté plagada de momentos extraños, caprichosos, escenas que no se termina de entender qué aportan a la trama, más allá de acumular personajes estrambóticos y –lo que les da sentido- nuevas experiencias y emociones vividas por Paco.
El viaje, las transiciones, las peripecias, están tan bien contadas que poco importa si no son obvias, o si Pazos no las remata con una moraleja, o si no se explica qué saca Paco de cada situación difícil que atraviesa. Mi único problema serio es con el final. Unas… 10 ó 12 páginas antes de que terminara la novela, empecé a sospechar que la historia no estaba cobrando un rumbo lógico, que pudiera llevarla a un desenlace convincente. Y lamentablemente, acerté. El final no es un final. Es una última página que juega de final, simplemente porque no hay ninguna más hasta donde se acaba el libro. Pareciera que Paco (¿o Pazos?) se cansara de no entender, de devanarse los sesos para desentrañar una lógica demasiado extraña. Así es como dice “a la mierda, aguante la ilógica” y se manda a atravesar un mar sin olas, vestido y sin demasiada idea de qué rumbo tomar para llegar –suponemos- a Astromburgo, la ciudad donde –allá por la página 25- empezaron a sucederse las bizarreadas sin explicación.
Si te lográs abstraer del bajón que significa un no-final, La Ciudad de los Puentes Obsoletos es un deleite infinito, un lujo que nos podemos dar y que es menester celebrar hasta hacer papel picado todos los libros de Domus y Deux que pueblan las mesas de saldo de la Avenida Corrientes. Espero ansioso una nueva novela de Fede Pazos. Si la termina antes del final de esta década, mucho mejor. Y si le pone un final a la altura del desarrollo (y del dibujo), el mundo entero se pondrá de rodillas ante él para coronarlo como al nuevo Genio del Noveno Arte.

4 comentarios:

el_bru dijo...

A mí me pasó lo mismo con el final: el relato me generó una tensión que el final no resuelve. Podríamos llegar a pensar que esa última secuencia del tipo nadando hacia cualquier parte queire decir "y este viaje sigue hasta el infinito"... No sé.
Me encantó cómo están hechos las partes "musicales", también.
Pero claro, el final te desinfla todo un poco...

mentedemente dijo...

Bueno, x lo que veo nos paso a varios lo mismo.
Fede Pazos es uno de los dibujantes que me llamo siempre la atención a pesar de tener muy pocas publicaciones.

El dibujo en el libro es exquisito y realmente atrapa MUCHO. No suele pasar seguido que uno se quede mirando milimetricamente cada cosa de una viñeta incluso de las mas "simples". Y los personajes que aparecen tambien, tienen una exótica muy divertida.

Pero como que el cierre de la historia es... demasiado abrupto y repentino... Faltando 6 páginas uno piensa "como puede terminar esto si no esta la historia llegando a un desenlace" y bueno, pasa lo que pasa.

A pesar de todo es un muy lindo libro y vale la pena.
Quizas estaría bueno ver a Pazos trabajar con un guionista...

Anónimo dijo...

Hola, osy gaspar. De acuerdo con casi todo lo apuntado, por Andrés y por los comentaristas.

El hecho de que todas esas situaciones extrañas (que estan buenisimas!) podrían ser otras, no son necesarias argumentalmente sino absolutamente contingentes, es lo mas flaco de la obra.

Pero los dialogos son excelentes, el dibujo, narrativa y encuadres, perfectos. Es un comic bellisimo, por como se ve y por las peripecias, tan poéticas.

Pero vine para aportar mi interpretacion:
-Paco llega a la ciudad de los puentes obsoletos cuando cae al mar, por causa del disparo del chamán. Que sin embargo solo lo vemos en "la otra realidad", en la realidad de la ciudad de los puentes y no en la de Astromburgo... que es otra realidad.

Paco llega a traves del mar, y por eso trata de volver a Astromburgo internandose en el mar.

¿El mar es un salto de conciencia que le proporciona el chaman?
¿En realidad paco muere con el disparo?

Fabulosa la doble página en donde las fuerzass ¿marinas? lo tienen de aquí para allá...

saludos

Ann dijo...

a todos nos paso igual.. por eso estoy aca, a finales de 2013 buscando en internet una idea de cierre.
sin embargo este no-cierre por mas que nos deje con ganas de mas es preferible a un final choto (ejem... lost)
espero con ganas otro libro de federico!