domingo, 27 de marzo de 2011
27/ 03: DC COMICS PRESENTS BATMAN Vol.3
Y bueno, me comí el amague… Después de leer el segundo tomito le levanté el pulgar al Batman de Ed Brubaker y me zambullí en el tercero convencido de que iba a leer un grossísimo final para una saguita que había empezado casi bien y se había puesto muy, muy power. Sin embargo, este tramo final (por lo menos en lo que respecta a esta reedición, porque Brubaker siguió al frente de la serie bastante tiempo más) se precipitó rapidito y sin dejar demasiado por los acantilados de la intrascendencia.
El primer episodio más o menos promete: acá nos enteramos por qué el mafioso Lew Moxon se la juró a Thomas Wayne hace 25 años, lo cual a su vez explica por qué Moxon y su apetitosa hija Mallory están operando contra la empresa de Bruce Wayne, por ahora de manera más o menos legal. La historia le otorga todo el protagonismo (y varias toneladas de chapa) al finado Doctor Wayne, pero Brubaker la pilotea con clase para que todo eso repercuta y tenga una resonancia genuina en la secuencia del presente, la protagonizada por Batman.
El segundo episodio es la nada misma: reaparece Zeiss, el brazo armado de los Moxon, Batman lo confronta cuando éste está por boletear al capo de otra banda de gangsters, luchan y Zeiss se escapa. Posta, no hay nada más. Ah, sí, un loco disfrazado de Papá Noel que mata gente, al que Batman se cruza en un sólo cuadrito, en la anteúltima página. El tercer episodio resuelve todo el tema de Zeiss, a partir de la providencial aparición de un cadáver envuelto en una alfombra. Acá hay un acierto: lo que por la vía de la machaca parecía no resolverse nunca, se termina por resolver por la vía de la investigación, por supuesto con una dosis no tan mínima de machaca. Zeiss termina adentro, Batman le declara la guerra a Lew Moxon y su hija y listo, a otra cosa.
El último episodio se centra –ahora sí- en el asesino psicótico vestido de Papá Noel y es muy menor. Tanto que el conflicto central es “Batman sigue obsesionado con detener el crimen, mientras Sasha trata de convencerlo de que se relaje un toque y festeje la Navidad como el resto del mundo”. Repugnante, mal. Aunque claro, las escenas de contrapunto entre Bruce y Sasha están muy bien escritas y del esgrima verbal entre ambos salen los mejores diálogos del tomito. De hecho, Sasha es el único personaje secundario con un mínimo de peso, o de desarrollo, en los cuatro episodios, cosa que en los tomos anteriores no pasaba, porque el juego estaba mejor repartido. Acá no, y eso aburre un poco.
El dibujo de Scott McDaniel está más Image que nunca. En estos numeritos le cambian los entintadores y le ponen unos salvajes que llenan algunos cuadros con rayitas tipo Rob Liefeld, que siempre quedan muy mal. McDaniel sigue fiel a su narrativa extremista, de angulaciones muy jugadas, combinadas con pifias monumentales en las proporciones anatómicas de los personajes. Y si bien busca puestas en página efectistas y explosivas tipo Todd McFarlane, se repite mucho menos que el creador de Spawn y sale mucho mejor parado en las escenas tranqui, las que tienen que plantear los climas y hacer avanzar la trama sin recurrir a la machaca. Pero por supuesto, donde McDaniel se divierte es cuando estalla la violencia. Si te olvidás de los músculos que no existen, de los brazos y cuellos que se alargan y acortan sin ton ni son, sus peleas son vibrantes, intensas, llenas de acrobacias fumadas y patadas que parecen coreografiadas.
Me gustaría darle otra oportunidad al Batman de Brubaker, pero para hacer eso me tendría que internar en una saga infinita y complejísima como es Bruce Wayne: Murderer?, y su secuela Bruce Wayne: Fugitive. Lo cual no pienso hacer para no morfarme los chotocientos crossovers con otras series que no escribe Brubaker y que no me interesan en lo más mínimo. Si en esta colección (la de los TPBs para pobres) se reeditan más adelante otros episodios de Brubaker que retomen el plot de los Moxon y demás, cuenten conmigo. Si no, ya fue.
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3 comentarios:
Insisto: a McDaniel lo empezás a querer cuando lees el Nightwing que hizo con guiones de Chuck Dixon, esa sí fue una historieta de superhéroes copada y divertida de leer.
Andr{es , ya lo he dicho otras veces esta et{apa de Batman fue espectacular. No sólo por Brubaker, sino por Rucka , ambos se compenetran bastante bien , al punto de que parece que la historia le escribiera un solo guionista. Bruce Wayne Murderer y Fugitive, est{an muy buenas, porque explotan un tema poco frecuente en Batman, lo sicotico y paranoide que puede llegar a ser Bats. Finalmente de los secundarios Sasha recibe m{as exposición, lo mismo que Batgirl(cassandra), es una pena que a la primera prácticamente la hayan destruido como personaje y la segunda este en el banco de suplentes. Chau.
Otros comics que no recuerdo que onda cuando los lei (creo que la trama navideña me shockeo y se me hizo extraña, pero lo de Zeiss y del pasado de Thomas, que ya habia leido en el tomito de Clarin de Batman, me habian parecido geniales).
Error Macross.
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