jueves, 31 de marzo de 2011
31/ 03: RUTA 22
Volvemos a un clásico duelo de la historieta: Argumento vs. Guión. Y el ejemplo que tengo para hablar un poco de este tema es esta novela gráfica escrita por Roberto Von Sprecher. Acá se ve clarísimo cómo un buen guión sirve para compensar e incluso para disimular la falta de un buen argumento. El argumento de Ruta 22 es… cachitos de la vida, breves anécdotas, alguna peripecia de un tipo del cual sabemos poco. Era un pendejito en 1958, un muchacho en 1976 y un señor ya maduro en 2008. Con esos elementos, Von Sprecher se las ingenia para armar un guión atrapante. No magistral, porque le falta el sustento de un argumento sólido, pero sí repleto de momentos interesantes, de climas, de diálogos profundos… El recurso mejor utilizado es el ritmo: Estas secuencias de la infancia y la juventud del protagonista se entrelazan a lo largo de toda la historia de un modo muy ganchero. Cada flashback termina donde tiene que terminar y –con firuletes virtuosos- el guionista consigue que no parezcan recuerdos aleatorios, medio traídos de los pelos (al estilo Family Guy), sino que cada secuencia del pasado resuene en las secuencias del presente. No es fácil, pero Von Sprecher lo logra.
Como todo relato que rompe la linealidad, Ruta 22 exige bastante atención de parte del lector: te tenés que concentrar para percatarte de cuándo la narración salta para adelante o para atrás en el tiempo e identificar a varios personajes en tres etapas distintas de sus vidas. Pero tranqui, que no es una cosa críptica ni excesivamente pretenciosa. Simplemente hay que prestarle atención, no tragar la papilla pre-masticada. Y disfrutar esos pases mágicos del guión, que están tan buenos que –como decía en el arranque- hacen que se note poco la ausencia de un argumento poderoso. El final, por ejemplo, es de esos finales que suelen coronar a obras con argumentos pulenta. Von Sprecher logró meterle un final fuerte y emotivo a un relato en el que la estructura clásica de principio-desarrollo-fin no existe, o casi.
Pocas de las pinceladas virtuosas del guión habrían llegado a buen puerto sin la complicidad de un buen dibujante, que sintonizara la misma onda del guionista. Von Sprecher encontró en Nacha Vollenweider una socia ideal: el trazo de Vollenweider es abierto, por momentos etéreo, muy jugado a los climas, con momentos de altísimo vuelo poético y plástico (la doble página del carnaval, por ejemplo, con esas manchas tipo Luis Scafati). A la vez, estamos ante una dibujante a la que no le cuesta para nada ponerse en función de la narrativa, establecer bien las secuencias, variar los planos, facilitarle al lector este laburo de reconocer a algunos personajes en tres etapas distintas de sus vidas… Por momentos cuesta creer que son dos autores y no uno sólo, porque la simbiosis entre Roberto y Nacha es muy notable. Lo único que no me termina de cerrar del estilo de Vollenweider es que mete demasiado. Por ahí en la misma viñeta hay tres o cuatro técnicas de entintado: grises aplicados con aguada, masas negras aplicadas con pincel, cross-hatchings logrados con plumín y esfumados logrados con cepillo. Su dominio de todas las técnicas es muy bueno, pero a veces con mucho menos se consigue un resultado más contundente.
Ruta 22 es un comic que juega con sus propias reglas. Si te gusta la historieta argentina arriesgada, con ganas de experimentar y de escaparle al “más de lo mismo”, seguro te va a interesar. Tiene introspección, nostalgia, romance, algún tinte político y varios de esos momentos mágicos que uno asocia con los recuerdos de la niñez. Como diría el más grande, “pisa el acelerador”…
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6 comentarios:
Que suerte... ya cerraba y se me dió por pegarle una última mirada a el face.
Gracias por la larga crítica Andrés. Muy buena crítica.
Äl que pueda ir le contamos como la hicimos en la presentación del martes 5 de abril en el España-Córdoba, con plus de muestra de Nacha Vollenweider (esta historieta es su trabajo final de Plástica en la Escuela de Arte de la Uni Nacional de Córdoba).
Roberto
Gracias Andrés!,...!, varios me dijeron lo mismo de lo barroco, pero bué....a veces la ansiedad por usar los Curecolor grises....gana. Je.
Un abrazo....! nos vemos para el Día del Chancho!
Estoy de acuerdo y opino parecido con tu crítica.
Me gustó que fuera de acá para allá con los tiempos.
Nada que ver con el tema , pero acá en Chile acaba de aparecer una colección de Batman, que va a abarcar una buena parte de lo que escribió Morrison para el título.
El traductor no es otro que Rafael de La Iglesia. Mi pregunta es si esto ya se editó en la Argentina, o Rafael está colaborando directamente para Chile?
No tengo la menor idea, estimado...
Acá está saliendo un coleccionable de Batman, pero creo que de Morrison sólo incluye Arkham Asylum...
excelente la critica!!! es un muy buen laburo, un orgullo que sea local..de a poquito vamos mejorando !!!!
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