sábado, 11 de junio de 2011
11/ 06: MENDIGO
Nunca había leído una historieta de Jorge González, este argentino que hace unos cuantos años vive en España. Había mirado una, muy por encima, y no me había llamado la atención. Pero me quemó la cabeza Horacio Altuna, que me habló maravillas de este tipo al cual le había escrito los guiones de dos novelas gráficas (Hard Story y Hate Jazz) y luego de sorprenderme con la cantidad de premios que lleva ganados González, ni bien vi un álbum suyo a buen precio, me decidí a apostar. Y con Mendigo me gané el Loto, el Quini, el PRODE y el Gordo de Navidad.
Son 48 páginas, nomás, claramente pensadas para el mercado francés por González y Carlos Jorge, un guionista absolutamente ignoto, tan ignoto que ni tiene apellido. Pero está todo lo que tiene que estar, y muy bien puesto. Hay un misterio, una conjura, una traición, aprietes mafiosos, drogas, sexo con y sin amor, un asesinato bastante atroz y otro que no llega a concretarse pero que -para los efectos de la trama- es mucho más letal que el que sí se concreta. Por la historia desfilan un par de tipos jodidos, pesados de verdad, sicarios con menos escrúpulos que Francisco De Narvéz, pero el verdadero horror, lo más aberrante, reside (y se resuelve) en el seno de una familia.
Jorge define a los personajes con poquito, con silencios, con dos o tres escenas para cada uno, y los arma de un modo tan diáfano que uno los compra de una y de cuerpo entero. Mi único “pero” es que se juega por un recurso para mi gusto muy trillado, que es el de los hermanos gemelos. Todos conocemos hermanos gemelos, es cierto. De hecho, estoy redactando esto en el lobby de un hotel donde están hospedados Maxi y Seba Fiumara, que además de grossos de la historieta son hermanos gemelos. Pero en la ficción, la proporción de hermanos gemelos ya supera ampliamente a la del mundo real, y estaría bueno que los guionistas se dejaran de joder con eso, por lo menos 25 ó 30 años.
El clima de la historia lo impone el personaje que rápidamente se destaca por sobre los demás: Julius, el hombre a quien Víctor le robó la vida y ahora vive en la calle, como un ciruja, atento a los obituarios del diario para enterarse primero el día que Víctor palme. Julius es un hombre callado, taciturno, a quien las humillaciones a las que lo sometió la pobreza le enseñaron a mantenerse al margen, a esperar a un costadito, a desaparecer de la vista de la gente que lo desprecia sólo porque su ropa está sucia y huele mal. Pero esas “habilidades” lo van a ayudar a llegar a donde siempre quiso estar: detrás del tipo retraído y resignado, hay un tipo decidido, contumaz, capaz de planear y ejecutar una movida maestra. Con pocas páginas de nueve cuadros y ninguna de 10 ó más, el ritmo de la historia es francés, pero no tanto. Jorge dosifica muy bien los textos y se cuida de que estos aparezcan sólo cuando son indispensables. Poco texto + pocos cuadros por página = historieta que se lee rápido, y la verdad es que está perfecto. Si esto mismo se extendía mucho más, seguro perdía impacto.
De todos modos, el gran guión de Carlos Jorge corre serios riesgos de pasar desapercibido, o de ser prácticamente olvidado a los pocos minutos de terminar de leer Mendigo. El dibujo de Jorge González, en cambio, te lanza una bola de bowling a las neuronas y te las hace volar a la mierda, a lugares donde nunca las vas a poder ir a buscar. El aspecto visual de Mendigo es majestuoso, así, sin medias tintas. González toma la paleta de colores de Lorenzo Mattotti, es cierto, y también cosas del lenguaje gestual, sobre todo en las escenas violentas. Pero no creas que vas a ver al enésimo clon del genio italiano: González mete en la coctelera también a Miguelanxo Prado, a Oscar Zárate y por supuesto, cosas de su cosecha personal. El resultado es brillante, hipnótico, no querés pasar las páginas para que el libro no se termine. Las perspectivas, los fondos, las expresiones faciales (que expresan muchísimo, para sacarle jugo a los silencios), todo es de una belleza plástica muy difícil de describir. Esto hay que verlo para creerlo.
Guionista desconocido, dibujante con bastante obra encima al que nunca había leído, joya oculta del Noveno Arte que -por suerte- publicó Glénat en nuestro idioma. Mendigo es un comic maravilloso y -si lo descubriste gracias a este blog y lo conseguís de algún modo- seguramente me lo vas a agradecer hasta el fin de tus días.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
De Mendigo no puedo hablar, ahora Hard Story me pareció muy buena desde el planteo gráfico, pero me parece que patina un poco en el repetitivo guión. Dice muchas veces las mismas pocas cosas cada 3 ó 4 páginas. Eso aburre un poco. Por suerte el dibujo salva un poco el albúm.
Veré si buscar Mendigo. ¿Se consigue en el país? ¿Lo trabaja la revisteria? Porque no recuerdo haberlo visto en las comiquerías.
Saludos y Suerte
J.
Ni idea si se consigue en Argentina. Yo lo compré muy barato en Perú. Consultá con los dealers que habitualmente traen material de Glénat.
Gracias por la respuesta. La verdad es que éste tomo no lo vi, y como el de Hard Story me costó un poco encontrarlo, no sabía si ya estaba en el país o si, como comentas vos, lo habías conseguido en otra parte.
Veré de preguntar otra vez o de fijarme bien.
Saludos
J.
Publicar un comentario