el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 14 de junio de 2011

14/ 06: BARBARIE


Volvemos a internarnos en la historieta latinoamericana actual, para encontrarnos con el maestro Jesús Cossio, el Joe Sacco peruano, que nos ofrece ahora una especie de secuela a la desgarradora Rupay, que reseñamos allá por Noviembre de 2010. Esta vez, las historietas de Cossio se centran en los violentos sucesos de 1985-1990, años de feroz lucha interna entre el movimiento revolucionario de izquierda Sendero Luminoso y las fuerzas armadas de Perú. Como en Rupay, el tono es claramente documental y todo lo que narra Cossio está basado en hechos reales, que el autor investigó y estudió a fondo.
Y sin embargo, todo es tan exageradamente dramático y terrible, que uno quiere creer que es ficción, que son historietas de guerra sin buenos ni malos, como las que escribía Oesterheld. La sóla idea de que estos hechos sean reales duele tanto, indigna tanto, que opaca el placer de estar leyendo buenas historietas. Cossio, lamentablemente, no inventa nada. Estos crímenes atroces fueron cometidos y –lo más grave- muchos siguen impunes. Por suerte queda un artista dedicado a mantener el tema vigente, a pelear contra el olvido, a poner su oficio al servicio de la memoria, la verdad y la justicia. Pareciera que Perú quiere olvidarse de estas tragedias, pero a la larga, el olvido siempre es mal negocio.
Otro hallazgo de Cossio es cómo reparte parejo para los dos lados. Barbarie no es una reivindicación de los senderistas ni de los milicos: es un clamor de justicia para las víctimas de ambas facciones, en su mayoría gente muy humilde, quechuaparlante, lugareños de pequeños poblados de las sierras, virtualmente excluídos del sistema incluso en gobiernos supuestamente democráticos. Como si la vida les hubiera cobrado barato, esos hombres, mujeres y niños tuvieron que pagar, además, los excesos de ambos bandos durante este sangriento conflicto armado. Cossio no nos ahorra momentos de horrendo estremecimiento: secuestros, violaciones, torturas, fusilamientos, cadáveres arrojados a la fosa común, pueblos enteros incendiados, aldeanos sepultados bajo sus propias casas, derrumbadas con bombas y granadas. Los buenos de esta película no llegaron vivos al día del estreno.
Otro punto a favor es cómo el autor resuelve el desafío más jodido de toda historieta documental, que es no caer en los masacotes de texto llenos de data, y relegar al dibujo a la mera ilustración de lo que nos cuentan los textos. Cossio encuentra rápidamente el equilibrio y ofrece muchas (y muy buenas) secuencias en las que el dibujo se pone la historia al hombro y todo lo importante se nos cuenta con imágenes. Por supuesto que hay más bloques de texto que en la historieta promedio, pero no abundan para nada esos mamotretos ilegibles que te mandan a dormir más rápido que un tema de Entre Ríos.
Y finalmente hay que hablar del dibujo de Cossio que –fiel a los lineamientos de su referente, Joe Sacco- se caracteriza por el infernal despliegue de rayitas, en un verdadero bacanal del cross-hatching. Colores, texturas, sombras, movimiento… TODO está sugerido por medio de millones de rayitas entrecruzadas con gran criterio y con una paciencia que deja a Cossio al borde de la canonización. Su dibujo, fuerte y muy expresivo, acá gana en plasticidad respecto de lo que vimos en Rupay. Sigue sin ser un dibujo dinámico, pero no se lo ve duro ni estático.
Esto no es para todo el mundo, obvio. Te tiene que interesar la historia reciente del país hermano y te tenés que bancar que te muestren con rigor documental una seguidilla tremenda de violaciones a los derechos humanos, una más escabrosa que la otra. Y encima, nadie te promete un final feliz ni siquiera 25 años después, porque hoy la mayoría de estos genocidas está tan libre como vos y yo. Si te animás a combinar el dolor y la indignación con el disfrute que produce la buena historieta, dale nomás.

9 comentarios:

Andrés Valenzuela dijo...

Coincido. Terrible y gran historieta. Pero sobre todo, muy necesaria.

Me ganaste de mano, che, yo tengo programada la reseña para este viernes.

¿Vos la distribuís? ¿Y Rupay? Ya varios aparecieron por el sitio preguntando dónde se conseguía el anterior, intuyo que con este pasará lo mismo.

Abrazo, y por cierto, un gusto los momentos compartidos en Rosario.

Jesús Cossio dijo...

Gracias, Accorsi. Gracias, Valenzuela. Espero que los problemas de distribución se solucionen pronto. Cualquier consulta a mi email: graficos777@gmail.com.
Gracias de nuevo y un abrazo a ambos!

Loris Z. dijo...

jesús, quiero enviarte un email con este mensaje desde hace un par de meses, cuando leí el libro en casa de Berliac:

Me uno a lo ya dicho por Andrés (Accorsi y Valenzuela). Este libro, junto a Rupay, van a marcar la historieta latinoamericana. Es importantísimo que dos libros así existan, es importantísimo que un creador como Jesús dedique su tiempo a hacer este tipo de historieta, es importantísimo que le salga tan bien. Y no veo la hora de ver cuales son los nuevos proyectos que encara, porque sé que Jesús tiene aún muchisímo para dar.

Un saludo,

--L

Andres Accorsi dijo...

Tocayo!
Yo tengo para distribuir la edición española de Rupay, de la editorial ALDEA. Barbarie no.

roberto dijo...

tenog que conseugirme este broli

Jesús Cossio dijo...

Lori: gracias por tus palabras, espero seguir con este tipo de comics. Queda mucho por decir. Encantado de recibir un email tuyo para intercambiar opiniones.

En cuanto a la distribución de BARBARIE, lo más probable que lleguen libros en un par de meses (mediados o fines de agosto). Gracias por al paciencia a los interesados!

Azul dijo...

Hola andres, quería preguntarte si conocés más comics documentales además del de jesús....Es el género que más me interesa (y practico), pero más allá de la previsible (por obligatoria) cita a Sacco, me gustaría conocer más obras.
(a cuáles te referís por ej. con los de "mazacotes de texto"?)
Gracias, saludos
Azul Blaseotto

Andres Accorsi dijo...

Uh, son un montón!
Tendría que escribir tooodo otro artículo para responderte esa pregunta.
Sin salir de los títulos reseñados en el blog, se me ocurre el Hitler de Shigeru Mizuki. Pero hay mucha historieta documental y casi siempre tiene este problema de desequilibrio en el que el texto se lleva toda la responsabilidad narrativa y el dibujo apenas ilustra.

Anónimo dijo...

Me interesa mucho, ya se puede conseguir en argentina? en donde?