el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 8 de julio de 2011

08/ 07: BLACKSAD Vol.4


¿Te acordás cuando, en los ´80, los autores españoles pelaban clásicos tipo Torpedo o Roco Vargas en las antologías de ese país, de ahí pasaban al álbum de Norma o de Toutain, y después se publicaban en Francia, Italia, EEUU y –con un poco de suerte- Alemania, Brasil o algún país nórdico? Bueno, hoy es al revés: los autores españoles generan clásicos que salen primero en álbum, contratados por las editoriales de Francia, y después se traducen al castellano y se publican –entre otros países- en España. Es bizarro, pero por lo menos no es tan injusto como lo que pasa con los autores argentinos, que en muchos casos jamás se editan en nuesto país, o ni siquiera en nuestro idioma.
El abanderado indiscutido del comic español made for Francia es sin dudas Blacksad, el gato noir de Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales, dos autores a los que, antes de enganchar editor en Francia, en su país no los conocía ni su familia. Pero allá por el 2000, el primer tomo de Blacksad se editó en Francia y de la noche a la mañana, nuestra Madre Patria pudo ostentar con orgullo dos nuevas estrellas en su firmamento comiquero. ¿Hay forma de darse cuenta de que los autores de Blacksad son españoles sin buscar en Wikipedia? No: se trata de una serie “neutra”, ambientada en EEUU y sin la menor referencia a la realidad ni a la idiosincracia española. Le mirás el pasaporte y está en blanco. Es un comic de ningún lugar, sin ningún rasgo de identidad, como lo fueran Torpedo, Roco Vargas o El Mercenario de Vicente Segrelles.
Pero aunque nos cueste considerarla “historieta española”, Blacksad es -ante todo- historieta de gran calidad, y uno de esos casos raros en los que prestigio y popularidad van de la mano. Díaz Canales y Guarnido armaron una alquimia que funciona a varios niveles, capaz de lograr el aplauso unánime de los críticos y la ovación masiva de los fans, incluso de lectores que habitualmente no consumen historieta europea. Buena parte de esa alquimia se basa en los dibujos de Guarnido, una bessstia, un animal, un salvaje, creador de una identidad gráfica fascinante y devastadora que combina realismo documental en los fondos, vehículos y trajes, con el truco (llevado al extremo) de dibujar a las personas con cabezas y rasgos de animales, y con un trabajo de coloreado único, sutil y recontra-expresivo. Si en vez de historietas Guarnido editara art books, no sé si se venderían mucho menos que los tomos de Blacksad.
Y además de este virtuoso del dibujo, el color y la narrativa, el otro elemento que hace funcionar la alquimia es el gran manejo del policial negro que demuestra en cada álbum Juan Díaz Canales. Sin cancherear, sin dárselas de Alan Moore, el guionista arma tramas complejas, casi siempre impredecibles, teñidas de corrupción, enchastradas de mala leche y salpicadas con bastante acción, algo de humor y alguna escenita de sexo medio salvaje.
En este cuarto álbum, el sexo casi ni figura y hay más acción que en otros tomos. Pero lo grosso de la trama se define hablando, cuando los implicados se ven obligados a blanquear, a sacar a la luz oscuros secretos del pasado que les condicionan el presente y les amenazan el futuro. Hay un gran trabajo de los autores para que uno, que es fan de Blacksad (y de Week), se cope también con los personajes creados especialmente para este tomo, todos lejos de los estereotipos y las obviedades, excepto Ted Leeman. Una vez más, Blacksad te da esa horrible sensación de no querer pasar las páginas porque sabés que se está por acabar el tomo y querés que dure el triple de lo que dura. Y encima sabés que faltan como cinco años para que salga el próximo!
Lo más grosso: la historia está ambientada en New Orleans y el zarpado de Guarnido mete en una viñeta a un chancho con los rasgos de Ignatius Reilly (si no sabés quién es, googlealo y llevate Literatura a Octosto, o a Juliembre). Lo más choto: ¿Yo soy un subnormal que no entiende lo que lee, o Díaz Canales nunca nos explica quién es el enmascarado al que persigue Blacksad hasta perderlo en medio del corso?
Climas jodidos, ambientes sórdidos, misterios atrapantes, buenos diálogos y un antihéroe que se juega la vida en cada caso se enfiestan en una orgía visual imposible de explicar (ni de reproducir). Muy difícil ser comiquero y no cebarse con Blacksad…

7 comentarios:

Patricio dijo...

Nada que ver con la reseña , Andrés pero te gradezco una recomendación, que me hiciste hace unos meses sobre Batman The Long Halloween, dijiste algo así como " que era una buena historia , algo estirada para que cupieran muchos personajes", y la verdad es así , aunque es una historieta por sobre la media. Gracias por esa recomendación.

dokeck dijo...

Ahh, yo tengo ese tomo, y me quedo la misma duda con el enmascarado. Sera un cabo suelto a proposito o esta sugerido en algun lado? Un monstruo ese dibujante, de esos de la escuela de disney francia que se llevaron el estilo y lo hicieron suyo.

Rodrigo Lopez dijo...

Esta bueno este tomo 4 pero creo que son mejores el 2 y el 3, ojala la formula no se valla agotando. Seria estupendo ver algun dia otro trabajo de Guarnido. verlo sometido a otro contexto.

dokeck dijo...

Bueno, esta el tomo de las brujas, que tiene un aire a lo Uderzo muy bueno. (Yo lo tenia pero me desaparecio ;_;)

Jack dijo...

Glorioso Blacksad, yo me pedí todo contento el libro de Dark Horse (en gran parte por la neutralidad de ambientación que menciona Andres) que trae los 3 primeros y me la quise cortar en fetas de ver que había un cuarto tomo ¬¬

Anónimo dijo...

Sí, se aclara quién es el enmascarado: el mismísimo viejo Fausto. No sólo queda implícito sino que cuando Blacksad lo va a confrontar en la página 45, se ve cómo está la máscara ardiendo en la fogata.

VRT

alcoholical mystic dijo...

Toooda la razon. recien me fijé en esa vñeta..y ahí está la maldita máscara.