viernes, 1 de julio de 2011
01/ 07: McKOSHER
Y hoy sí, tenemos autobiografía pura, sin ningún elemento fantástico. Brian Jánchez nos cuenta con gracia y honestidad su breve experiencia laboral en el McDonald´s Kosher del patio de comidas del Abasto Shopping en forma de historieta, y es todo lo que hay.
Pero no es poco, porque la historieta está buenísima. Primero te engancha por lo raro: seguro que la primera vez que viste el McDonald´s Kosher dijiste “qué bizarro…”. Después, seguro te preguntaste en qué se diferencia la comida chatarra kosher de la normal. Y después, seguro te fuiste a comer comida china, asado o pastas. Una vez ahí adentro, ya convertido en “activador”, Jánchez también descubrió los sutiles procedimientos que hacen kosher a la clásica hamburguesa con fritas, y nos revela todo el proceso con mucha precisión, condimentado con observaciones agudas y graciosas. Y de postre, nos ofrece un nutrido desfile de jefes, supervisores y compañeros de trabajo, de los cuales ninguno llega a cobrar demasiado protagonismo, no porque no sean interesantes, sino porque la historieta es muy breve.
Una vez que nos tiene enganchado con lo atípico del lugar donde trabaja, Jánchez aprovecha y mete más cosas personales: sueños, aspiraciones, madre, novia, viajes en bondi de o al laburo y hasta episodios fecales en el inodoro. Y por supuesto, pela su mejor recurso, que suele ser el humor. Un humor de stand-up comedy, basado sobre todo en la observación, apuntalado por una ironía inteligente, finoli, y servido en bandeja por el alto nivel de patetismo que Jánchez le encuentra a la situación y a la relación que se entabla entre jefes, empleados, clientes y demás.
El resultado es una comedia costumbrista con una mirada ácida e ingeniosa sobre un tema bastante desconocido por la mayoría de los lectores que, por no ser judíos o por no consumir comida chatarra, nunca comimos en el McKosher. Entra también en el subgénero “jóvenes a la deriva”, aunque nunca vemos a Brian destapar una birra.
En la faz visual, Jánchez cosecha un montón de laureles más. El dibujo es muchísimo mejor que el de su otra obra publicada en libro (Sloishim) y nos muestra a un autor mucho más solvente, que no dibuja lo que puede, sino lo que quiere. En la versión que salió publicada en la revista La Mano, McKosher era a color, o en realidad tenía varios tonos de naranja y amarillo. Esa paleta intencionalmente restringida fue reemplazada con éxito por blanco, negro y gris y la verdad es que los colores no se extrañan para nada. Parte de lo que hace interesantísimo leer a Jánchez es que no se le nota ninguna influencia alevosa. Nunca fue un “clon de”, ni mucho menos. Y por supuesto, está muy bueno verlo mejorar como narrador. Las 48 páginas de McKosher están armadas en dos tiras, y en cada tira pasa de todo. Las hay de dos viñetas y las hay de seis, y en todas está todo lo que tiene que estar. En esos espacios chiquitos, casi claustrofóbicos, Jánchez pone todo lo que quiere mostrar y lo organiza de tal modo que no satura, ni sobrecarga, ni aburre.
Brian Jánchez es muy joven, pero McKosher lo dejó ahí, a centímetros de esa obra maestra que lo consagre definitivamente y lo siente en la mesa de los más grossos de la historieta argentina actual. Si todavía no lo descubriste, agrandá tu combo y sumalo a tu lista de autores mega-promisiorios a los que conviene seguir muy de cerca.
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6 comentarios:
gracias, andres!
brian.
Coincido Andrés, una excelente y muy amena obra para ser difrutada plenamente.
brian es un groso, solo le falta dejarse de joder con el basket y hacerse hincha de racing!
Me pone muy contento leer esta reseña, porque se nota que está escrita con afecto pero sin un gramo de condecendencia. Este comic es muy muy bueno, yo se que a nadie le interesa mi recomendación, pero si me preguntan, yo también lo recomiendo.
Todo un grande de la historieta argentina del niú eish. GRoso de verdad. A mi me encantó y cuando las cosas a mi me gustan no puedo ser demasiado objetivo porque empiezo a repartir elogios, y ya Andrés se encargó de entregarlos. También es excelente la reseña.
GRANDE BRIAN CARAJO!!!!!
Y GROSO ANDRES POR LA RESEÑA!
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