domingo, 17 de julio de 2011
17/ 07: X-MEN: THE DARK PHOENIX SAGA
Hacia un montón que no comentaba comics de Marvel, pero mirá con qué paponga volví. Este es uno de los comics más importantes en la historia del género superheroico y (junto al Daredevil de Frank Miller) uno de los comics que forjaron el paradigma que imperó durante toda la década del ´80. No creo que haga falta -31 años después- ponerme a hablar maravillas de este trabajo hiper-consagratorio de Chris Claremont, John Byrne y Terry Austin. Ya lo hizo antes demasiada gente más grossa. Prefiero colgarme en detalles que ilustran lo distinto que era el comic maisntream de 1980 en relación con el actual.
Lo primero que llama la atención es el color. Dios mío, esta saga, con guiones y dibujos de la reputísima madre, tiene unos colores inmundos, todos mal impresos, fuera de registro, sobresalidos por afuera de los contornos del dibujo, cuadros enteros pintados todos del mismo color (la Gran Columba), una paleta tan limitada como estridente, negros plenos que no son plenos, un moré grotesco que se ve a ocho cuadras, una cosa más asquerosa que chuparle las suelas a Indiana Jones. Esto, que hoy nos parece alienígena, fue la norma hasta que apareció Image. Recién a mediados de los ´90, Marvel y DC pudieron publicar comics coloreados decentemente en sus series regulares, en sus formatos económicos. Los coloristas de Uncanny X-Men de hace 30 años (Bob Sharen y Glynis Wein) merecen ser sometidos a los más ignominiosos tormentos en las fosas más oscuras del Averno por haber estropeado de esa manera cruel y miserable los gloriosos dibujos de Byrne, entintados a la pluscuamperfección por Terry Austin.
Otro elemento que ya quedó a años luz es la cantidad de texto que aparece en cada viñeta y en cada página. Claremont jamás mezquinó palabras: sin ser Don McGregor, era un tipo que solía meter mucho diálogo y muchos globos de pensamiento. Leído en su momento, no sé si las parrafadas que Chris les hacía pensar y decir a sus personajes producían escozor. Pero para el lector acostumbrado al comic actual, esto es un delirio. Son hiper-choclos infinitos, monólogos de Enrique Pinti metidos a presión adentro de los globos. Hoy los comics tienen mucho menos texto, porque pasan menos cosas por episodio. Cosas que antes los autores te explicaban en un diálogo infinito, o en un gigantesco globo de pensamiento, hoy ocupan toda una secuencia, seguramente de varias páginas, donde todo es mucho más visual, pero donde las tramas avanzan mucho más lento. Lo que Claremont contó entre los números 129 y 137 de Uncanny, hoy alcanza para llenar no menos de 16 comic-books de 22 páginas. Sin contar crossovers ni tie-ins, por supuesto.
Y lo otro que quiero destacar: el comic de 1980 era demasiado reader-friendly. Estaba todo demasiado explicado. En cada capítulo de la saga, Claremont expone el argumento central, nos muestra, describe y nombra a cada uno de los héroes y villanos, y hasta a veces hace que los personajes expliquen sus poderes mientras los usan, como en la Legión de los ´60. Hoy, si no leiste el episodio anterior, no entendés una chota y nadie te lo explica, en parte porque el guionista presupone que buena parte del público va a leer la saga cuando salga el TPB, toda de un saque. Por eso también se miente menos con los cliffhangers impactantes al pedo, de esos que en los ´80 abundaban mal. Hoy hay cliffhangers, pero menos, y no se los resuelve en la primera página del episodio siguiente, como si nada.
Este TPB es el clásico, o sea que apesta. No tiene las portadas, y ni siquiera te aclara qué números de qué serie recopila. Zafa por el prólogo de Stan Lee y por la fastuosa portada de Bill Sienkiewicz, que se luce más en otras ediciones. Si todavía no tenés esta joya en tu colección, fijate si las ediciones más recientes fueron recoloreadas (es bastante probable), o mandate directo a los Essentials, donde la vas a disfrutar en espectacular blanco y negro, sin padecer los oprobiosos colores de la versión original. Acá te esperan la muerte de Phoenix, la primera aparición del Hellfire Club, de Kitty Pryde, de Dazzler y de Emma Frost. Vas a ver a Wolverine sacado y jodido por primera vez, un breve regreso a los X-Men de Angel y Beast, un garche muy lindo entre Jean y Scott, y el genocidio de 5.000 millones de seres vivos a manos de una superheroína totalmente pasada de rosca. Todo condimentado con una combinación perfecta entre conceptos innovadores, acción y caracterización, que muchos trataron (con distintos niveles de éxito) de imitar. Como el Ave Fénix, el comic de superhéroes (que venía de una década tirando a patética) renació de sus cenizas con esta obra maestra de Chris Claremont y John Byrne, que acá juntaron con pala la chapa que áun hoy siguen dilapidando.
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7 comentarios:
No he visto esta edición hay una de este año que supongo que salva los defectos de color que mencionas. Coincido contigo, en que antes pasaba de todo en muchos menos números, pero, del 90 en adelante los x-men y sus series tienen tanta continuidad a cuestas , que únicamente puede ser leído por iniciados.
Un pequeño datito Angel no regresa brevemente al equipo se queda muchos números, para remprazar a Cyclops que se va supongo. Que estés bien.
Tenés razón! En la segunda etapa de Cockrum, Angel está casi siempre! Medio al pedo, porque aporta poco, pero está. Después se va a los Defenders, donde J.M. DeMatteis le saca un poco más de jugo.
Andrés, te escribo desde Uruguay para felicitarte por el blog y para preguntarte si hay alguna forma de que distribuyan la comiqueando por estos lares, ya que sólo he podido leer algunos números en viajes realizados a Bs As por mi o algunos amigos.
Abrazo grande
No, Gabriel, no tenemos distribuidor de Comiqueando en Uruguay.
Si conocés a alguien que tiene comiquería, preguntale a qué distribuidores argentinos les compra y yo te digo si la pueden encargar o no.
Andrés,
Es una época en donde hay muchas cosas para comprar.
Vale la pena (hablando de X-Men) lo que comenzó a editar OVNI? Es decir, calculo que para los purretes está todo bien, que se sumerjan en el mundo de los mutantes, que la compren con ganas.. Pero para un muchacho entrado en años.. Es algo a prestarle atención o se puede prescindir?
Abrazo.
Andres,
como siempre excelente la reseña. Byrne es un tipo al que le tengo un cariño especial, mas alla de su discutible calidad actual, porque gracias a su Man of Steel conoci a los superheroes (via Perfil obviamente).
Cambiando de tema, acabo de terminar I die at midnight de Kyle Baker. Me parecio una gloria absoluta. No tengo palabras para ese comic...nunca lei nada de Baker, pero lo conocia de oido a traves de comentarios tuyos y en la Comiqueando. Obviamente me dieron ganas de seguir: con que me recomendas seguir?
Abrazo
Oscar.
Oscar, si te cebaste con Baker, vas a a morir con Why I hate Saturn.
Anónimo, nunca leí el material de X-Men que está editando actualmente OVNI, por ende no puedo opinar.
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