el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 3 de octubre de 2011

03/ 10: THOR: LORD OF ASGARD


Hora de reencontrarme con el Thor de Dan Jurgens, al que había dejado justo cuando muere Odin y el Dios del Trueno decide suceder a su padre en el trono de Asgard.
Acá se ven los beneficios de un truquito maravilloso: Jurgens ya sabe lo que va a pasar en los próximos… 25 episodios, en los próximos tres TPBs, y juega a mostrarnos la puntita. A generar intriga, calentura, especulaciones, con cosas que el lector apenas intuye, pero que él ya tiene milimétricamente diagramado. Esto del “plan a largo plazo”, bastante infrecuente dentro y casi inexistente fuera del clásico esquema yanki del comic mensual, es un recurso que, bien usado, le abre muchísimas posibilidades a los guionistas. Jurgens, que en este tomo cumple 50 episodios al frente de la serie, lo sabe. De hecho, en este tomo cosecha los frutos de tres puntas sembradas con anterioridad: en primer lugar, claramente, la muerte de Odin. Pero también las apariciones en episodios anteriores de Tarene y de Desak, que en este tomo tienen roles fundamentales. Otro detalle que vimos en el tomo anterior y que seguro va a tener mucho peso más adelante es la separación entre Thor y Jake Olsen, el mortal con el que compartía su existencia. Y entre las muchas semillas que planta Jurgens en este tomo para cosechar en los próximos, las más notables son el cambio en la relación entre Thor y Enchantress y el rol creciente de Thialfi, un guerrero hiper-veloz que se convierte en fiel confidente del nuevo monarca.
Entre tantas premoniciones, pistas de lo que vendrá, desarrollo de personajes y exploración de las consecuencias de todo lo grosso que pasó en el tomo anterior, Jurgens no se calienta demasiado en mantener intacta la hegemonía de la machaca. De hecho, el tomo trae siete episodios de los cuales cuatro (los dos primeros y los dos últimos) prescinden por completo de las peleas y los martillazos que vuelan al grito de “I say thee nay!”. Con Thor al frente del Reino Eterno, la serie cobra un giro más político y nuestro melenudo favorito empieza a ejercer el poder de otro modo, menos físico.
El primer episodio del tomo, el que está íntegramente narrado sin diálogos ni textos, es una joya, una cátedra de cómo mejora una historieta cuando el guionista sabe pensar visualmente. Además marca la despedida de Stuart Immonen, el Más Grande, el dibujante definitivo de Thor. Por suerte, al final nos publican también el guión de Jurgens, para que podamos estudiar y analizar bien finito cómo fue el proceso de colaboración entre ambos capos para levar adelante esas 22 lujosas páginas. Con Immonen afuera, el elegido para reemplazarlo es Tom Raney, un dibujante no precisamente bochornoso, pero con poca onda, que sobredibuja demasiado, llena todo de rayitas innecesarias, se las quiere dar de realista pero no engaña a nadie, y además bastante torpe en materia de narrativa. Como todos esos dibujantes pecho frío, Raney se ausenta varias veces y le caen dos episodios al siempre aburrido Joe Bennett (ya lo sufrimos en el tomo anterior) y uno al impresentable Deon Nuckols, un dibujante tosco, limitado, del que nunca había oído hablar. No se me ocurrió en ningún momento que pudiera aparecer un suplente mejor que Immonen, pero entre Raney, Bennett y Nuckols no le llegan ni a la suela al prócer canadiense.
Con menos espacio para la machaca (que también está), mucho para la runfla política, algo para el romance y muchísimo para el sembrado de futuros plots, este tomo es casi el prólogo de los próximos tres, que son los definitivos, los que llevan a Thor en una dirección tan impactante y tan grossa que no se puede creer cómo a nadie se le había ocurrido antes. Se le ocurrió a Dan Jurgens y, como Marvel lo dejó llevar el planteo hasta las últimas consecuencias, el final de su etapa en Thor fue tan heavy, que el personaje quedó desactivado durante años. ¿Comic de autor en pleno mainstream? Y sí, aunque la rotación de dibujantes lo empantane un poco, el Thor de Jurgens se puede sumar a esa élite, junto al Hulk de Peter David o el Starman de James Robinson. Y no, nunca es tarde para descubrirlo, si todavía no lo hiciste.

4 comentarios:

Matias Antonelli dijo...

Excelente reseña, y coincido con usted, Stuart Immonen es el dibujante definido de Thor, es un maestro de verdad Immonen con un estilo único.
Y Dan Jurgens a mi me parece un excelente artista, porque dibuja terriblemente bien y sabe narrar al estilo americano, y tengo su método How to Draw. Marvel y esta muy bueno ver como labura, pero tiene un simple problema, de golpe te hace sagas buenísimas y de golpe te hace historias que no son ni entretenidas, pero lo admiro de todas formas, todo lo que hizo en Superman el 80% a mi criterio fue muy bueno y un 20% que se tira a chanta, pero tiene oficio suficiente para hacerlo je!!!!!
Excelente reseña, la historia sin diálogos aun no la vi, pero me dejaste con muchas ganas de conseguirla, un fuerte abrazo, Matias!!!!

reznor dijo...

Que te parece el nuevo thor de fraction y coipiel?

Andres Accorsi dijo...

Nunca la leí, Reznor.
Tenés mala suerte: siempre me pedís opinión sobre cosas que no leí...

con un dedo lo saco y con un comic americano lo tapo dijo...

Lo he de adquirir, ya q me molesta q la gente absorta observe como mi indice en la nariz hinca el diente!