viernes, 28 de octubre de 2011
28/ 10: LA QUINTA CAMERA
Hoy cortito, que tengo poquísimo tiempo.
Este es un manga de Natsume Ono, la primera obra de esta autora, hoy bastante conocida. Su opera prima se publicó primero en internet, en 2006, y después en libro.
La Quinta Camera es slice of life tradicional: cuatro amigos que viven en un depto, cada uno con su historia, su trabajo, su personalidad, sus cosas. Lo copado es que esto transcurre en una ciudad de Italia. Los cuatro amigos son italianos y le alquilan la quinta camera (la quinta habitación) a distintos extranjeros, casi todos estudiantes de intercambio. En cada capítulo de la serie, llega al depto un nuevo personaje que se quedará unas semanas a convivir con Massimo, Luca, Celestino y Al.
De la interacción entre los amigos tanos y los inquilinos extranjeros, Natsume saca la sustancia para que la serie sea atractiva. Con mucho respeto y hasta amor, la autora mira a la cultura italiana a través de los extranjeros (entre ellos un japonés, con bastante protagonismo) y establece los contrapuntos entre las costumbres de los locales y las de los visitantes. Nosotros, que estamos culturalmente más cerca de los tanos que de los yankis o daneses, no entendemos bien qué les llama la atención a esos gringos. ¿El pan dulce en las fiestas? ¿La buena onda de la gente? ¿El lemoncello? Eso para los argentos es lo más normal del mundo.
Lo cierto es que con esos juegos de opuestos y la vida personal de cada uno de los cuatro amigos, la serie nunca se queda corta en materia de situaciones de comedia, siempre en tono light, amistoso, con un mensaje positivo, con un mimo en el corazón.
El dibujo es muy, muy sintético, pero no precario. Natsume maneja bien las tramas mecánicas, no pifia en la narrativa, y en sus obras posteriores dibuja mucho mejor, siempre en este estilo redondito, tranqui, con amplio predominio de las masas blancas por sobre las negras, con una estética argolla-friendly, muy pensada para el público femenino. No esperes el super-virtuosismo, pero tampoco vas a ver errores garrafales, ni mucho menos. Por el contrario, ni bien te metas en las historias vas a coincidir en que el estilo de dibujo es absolutamente coherente con el tipo de relatos que nos quiere contar Natsume.
La Quinta Camera, entonces, se puede recomendar a los que busquen un manga distinto, sin estridencias, con historias bien armadas, que transcurren casi siempre de puertas para adentro y que te dejan una grata sensación de buena onda, de calidez, de amistad y camaradería más allá de las fronteras y las culturas. Y además tiene el elemento bizarro de enterarnos cómo le pegó a una autora japonesa el haberse metido a fondo con la vida diaria de los italianos que –a juzgar por este libro- para los ponja son medio una raza alienígena.
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1 comentario:
Copado... parece divertido. Lo voy a tener en cuenta.
:)
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