miércoles, 12 de octubre de 2011
12/ 10: CUENTOS DE CUCULIS Vol.2
Sigo con mi recorrida por la historieta latinoamericana actual y caigo en Bolivia para encontrarme con un artista increíble, definitivo: Alvaro Ruilova. Tal vez te suene, porque Glénat publicó esta obra en España y el libro (que trae, además de lo que viene en esta edición boliviana, una historia más de 24 páginas, que en Bolivia viene a ser el “Vol.1”) se consigue sin mayor dificultad en las comiquerías argentinas. Mi consejo: comprate la edición española. No porque la boliviana sea chota, para nada, sino porque la española trae más material. Ahora, si sos boliviano (o boliviana), ponete las pilas y apoyá a las editoriales de tu país, no a los avechuchos que se hacen ricos importando saldos.
A lo largo de 44 páginas a todo color, Ruilova nos cuenta un cuento titulado El Partido de la Oscuridad, una trama de misterio sobrenatural que gira en torno a un partido de futbol. También habla de la inocencia (y la chapa) de los niños, de la estupidez de los adultos y de lo fácil que es para los jóvenes pasarse por el orto y dejar que se haga pedazos lo que construyeron los viejos pensando en el futuro. La falta de respeto al legado, al que nos precedió, es un elemento clave en esta historia, pero sólo si leés entre líneas. Si no, es todo una gran excusa para un picadito en el que Wally y sus amigos (vagos, borrachines, cuasi-marginales a los que todo les chupa un huevo) se enfrentan a un equipo de seres espectrales que parecen momias, esqueletos o fiambres a medio resucitar. Por supuesto están en juego las almas, y por supuesto los muchachos van a perder, en parte porque los espectros tienen poderes y en parte porque son unos muertos de frío. Pero al final pasará algo impredecible y alguien salvará las almas de esa pandilla de losers.
Como en cualquier historieta urbana, de chicos que arman picados en la canchita del barrio y toman birra, El Partido de la Oscuridad tiene su espacio para la comedia costumbrista, un registro que Ruilova maneja con gran solvencia. Esto, combinado con la emoción de los partidos y con el elemento sobrenatural, termina de armar una atmósfera muy ganchera, que te mete rápidamente en la trama y que termina de cerrar, de cuajar, cuando se cuela el drama, cuando la cosa se pone realmente dark. Ruilova desarrolla bastante a tres personajes muy distintos entre sí y los tres resultan creíbles, con sus defectos y virtudes. Lo único medio torpe son los diálogos, que son buenos, pero se leen con dificultad porque faltan muchísimos signos de puntuación y abundan las faltas de ortografía. Una pena que nadie haya chequeado los textos antes de publicarlos. Y una pena también la tipografía elegida para casi todos los diálogos, que se ve anticuada y sin onda.
El resto de la faz visual es impecable. Ruilova dibuja obscenamente bien, en un estilo muy personal, con una expresividad explosiva al borde del grotesco, integra muy bien la referencia fotográfica, colorea como los dioses, mete las texturas y los efectos de photoshop con gran criterio y cuando rompe la clásica grilla de tres tiras con dos o tres viñetas por tira, logra momentos muy impactantes.
No se puede contar mucho más sin spoilear el argumento, porque son sólo 44 páginas. Pero muy sólidas, muy disfrutables. Parecen pocas, y sin embargo sobran para poner a Alvaro Ruilova entre los historietistas realmente impresionantes que tiene hoy nuestro continente, ese al que un día como hoy, pero de 1492, descubrieron los amigos europeos. Volveremos por más historieta latinoamericana.
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3 comentarios:
Sabes que en el número 2 de revista La Murciélaga de tu país, hay una historieta de 4 o 5 páginas con exactamente el mismo argumento, realizada por Burda. No se si hubo plagio, de quien a quien, o si es simple casualidad, solo me llamó la atención. Vichalo si podés. Un abrazo yorugÜa.
Sí, es muy parecido. Los personajes nada que ver, la estructura del relato tampoco, pero el planteo es muy similar. No creo que sea plagio, pero no te lo puedo afirmar con certeza.
"faltan muchísimos signos de puntuación y abundan las faltas de ortografía. Una pena que nadie haya chequeado los textos antes de publicarlos"
En realidad es una forma de reflejar el modo de hablar (bien lograda en mi opinión) de las personas de clase media-baja de la ciudad de La Paz - Bolivia, donde se desarrolla la trama. Parecido a la medialengua que usa Quino para su personaje Guille de Mafalda. Sí, hay sectores en esa populosa ciudad donde el idioma español es maltratado, hablan 'pateando el castellano' como solemos decir aqui en Bolivia.
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