el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 8 de mayo de 2012

08/ 05: ASTRO CITY: THE DARK AGE Vol.2

Bah, podríamos denominarlo también “Astro City Vol.7”, a secas. Para el que viene siguiendo la serie en libro, este es el séptimo tomo de la serie creada allá por 1995 por Kurt Busiek y Brent Anderson. Además, es la conclusión de The Dark Age, el arco argumental más extenso y más ambicioso de toda la serie, pre-publicado primero como cuatro miniseries de cuatro episodios (un verdadero disparate: hay cientos de series regulares que no llegan a los 16 números y este arco de Astro City tuvo cuatro números uno).
Ed Brubaker, en su prólogo, coincide conmigo. No literalmente, claro. No dice “tiene razón Andrés cuando dice que...”. Pero se hace cargo de algo que yo señalaba hace un tiempo, que es la inmensa influencia de Astro City sobre Gotham Central. Según el propio Brubaker, esta fue la cátedra definitiva, en la que aprendió a contar historias de gente normal ambientadas en un mundo poblado de superfreaks.
Y ya que estamos, yo coincido con Brubaker. El guionista dice que la primera mitad de The Dark Age era, para su gusto, lo mejor que había aparecido con el logo de Astro City desde que se lanzó la serie. Para mí también, sin dudas. Aquellos ocho episodios fueron realmente insuperables, repletos de emociones, misterios, dilemas morales jodidos, acción, runflas malignas y la habitual dosis de guiños geeks que tanto levantan el puntaje de Astro City.
Estos ocho episodios, sin embargo, no mantienen el altísimo nivel de los primeros ocho. El problema es uno sólo: se nota demasiado cómo Busiek fuerza el ensamblaje, la interrelación entre dos tramas muy distintas: una, la principal, la más atractiva, es la de los hermanos Charles y Royal Williams, y su lucha por vengar la muerte de sus padres. Esta es una historia fuerte, planteada con mucha inteligencia y desarrollada con mucha intensidad desde la primera página de The Dark Age. Charles y Royal son los personajes más humanos, más tridimensionales y mejor trabajados de la historia de Astro City, cosa que queda clarísimo con leer apenas las seis páginas del epílogo. Sin embargo, la resolución de su extenso peregrinar para capturar al asesino de sus padres no resulta satisfactoria. ¿Por qué?
Porque sucede justo al final, un final bastante precipitado, en el que colapsa por su propio peso otra trama, desarrollada por Busiek al principio con mucha elegancia y al final con cierta torpeza: Los héroes de Astro City deben enfrentar la Era Oscura, los años heavies, en los que los buenos ya no son tan buenos. La idea es MUY buena y Busiek la usa para bajar línea a ocho manos acerca del período 1980-1985, en el que los comics de superhéroes salen en busca de la madurez y encuentran no mucho más que violencia, sangre, muerte y códigos rotos. Hay una sóla mala idea en todo esto: corporizar a la oscuridad, darle entidad, convertirla en algo (casi alguien) a quien vencer. Busiek lo hace y, sobre el final, fuerza la colisión entre esta entidad oscura y el villano pulenta de la otra trama, el asesino al que buscan los Williams. Y ahí es donde lo que debería cerrar con una ovación cierra con un “y bue...”.
Otro día discutimos sobre por qué Busiek pone a 1986 como punto final de la Dark Age. Para los comics de superhéroes que leímos nosotros, el período 1980-1985 fue más tierno y blandito que un osito cariñoso, comparado con lo que vimos después. De todos modos, en este arco traza un montón de paralelismos alucinantes con las historias de los ´70 y ´80 que todos conocemos. Sobre todo con las de Marvel, porque acá Busiek reformula miles de las ideas que tenía para la secuela de Marvels que nunca le dejaron escribir.
Brent Anderson, por su parte, demuestra una vez más que ser clásico garpa siempre. El tipo no se sube a ninguna moda, le sigue fiel a Neal Adams y Gene Colan y en ese terreno se mueve con una destreza envidiable. Se mata en los fondos, en los climas, en los primeros planos y si alguna vez pifia es en las secuencias en las que tiene que mostrar desde lejos a 145 coñemus enmascarados envueltos en una hiper-machaca contra algo muy power. Cuando la historia baja a la calle, Anderson juega de local y gana por goleada.
Me encanta Busiek cuando se embarca en esas epopeyas superheroicas a todo o nada, me encanta Busiek cuando cuenta historias de gente común y mete a los superhéroes en el decorado y lo considero uno de los tipos más capacitados para contar, reversionar o hasta discutir la historia del género. Esta vez, la mezcla no salió del todo bien. O por lo menos el último tramo no estuvo a la altura de las glorias acumuladas hasta ahora por Astro City, que son muchas. Igual volveremos.

1 comentario:

Julio dijo...

Soy re Fans (?) de Brent Anderson. Me encanta su trabajo, aunque solo lo haya visto acá y en God Loves, Man Kills.

Esta saga (Dark Age v2) me decepcionó. La primera es de 10.