Mirá si será vieja esta historieta que no sólo data del tiempo de las miniseries de cuatro episodios, sino que incluso se remonta a aquellas épocas pretéritas en las que Vertigo seguía ordeñando a la vaca sagrada de sus primeros años, la gloriosa Sandman. Pero con otros autores, claro. Acá el guionista es Bill Willingham (que ya había empezado con Fables) y el dibujante es -coherentemente- Shawn McManus, quien colaborara con Neil Gaiman en la saga en la que por primera vez cobra chapa Thessaly (que si no me equivoco es A Game of You).
A diferencia de la otra saga corta que reseñamos la vez pasada (la de Lady Constantine) a esta mini de Thessaly le sobran algunas páginas. Son 88 y podrían ser 64, ponele, como para meterla en un one-shot, o en un anual. No es tanta la estirada y además se banca porque Willingham rellena con algo poco visto en las historietas vinculadas a Sandman: la comedia. La sorpresa más grata de esta obra es cómo el guionista toma a un personaje dramático, bajonero, circunspecto y lo mete en una comedia de enredos, con algo de romance y bastante de machaca. Nada que ver con lo que haría Gaiman si algún día decidiera retomar a Thessaly, pero bueno, a Willingham esto le sale bien, como ya había demostrado en aquel especial de Mervyn Pumpkinhead. El responsable de enroscar a la bruja más linda y más amarga de Vertigo en esta amena comedia es Fetch, un fantasma, o en realidad una entidad post-viva compuesta de las memorias de toda la gente a la que Thessaly mató en los milenios que lleva viva. Fetch está perdidamente enamorado de la bruja que, por supuesto, no le da cabida (si no entregó con Morpheus... seguí participando, flaco), y engañado por unos viejos oligarcas, le encaja a Thessaly la maldición de tener que recorrer el mundo para eliminar a una infinidad de criaturas horrendas, casi siempre de origen místico. Una especie de Anita, la Hija del Verdugo, aunque con mucho menos énfasis en los combates, porque Thessaly es una hechicera tan power que soluciona todo bastante de taquito.
¿Todo? No. Hay una amenaza demasiado heavy hasta para ella y la segunda mitad de la saga se trata justamente de eso: de cómo parar a Tharmic Null, una entidad con el poder para borrar de la existencia a dimensiones enteras. Willingham se las ingenia para convencernos de la inmensa grossitud de esta amenaza sin renunciar al clima cuasi-festivo de la primera mitad del libro, y ese es otro hallazgo. El final era un desafío jodido, porque hay que encontrar una forma más o menos creíble de que Thessaly acabe con semejante criatura, y de nuevo, el creador de Fables sale bien parado. No quiero contar mucho más del argumento para no spoilear, pero está muy bien. Ah, y en una secuencia (sumamente prescindible, pero bienvenida por todo fan de Sandman) aparecer Mervyn, Lucien, y la biblioteca del Dreaming.
Shawn McManus hace un muy buen trabajo al frente de lápices y tintas, en un estilo más sintético, con menos rayitas y más masas negras que el que tenía en los ´80 y principios de los ´90. Esto se ajusta mucho mejor al tono de comedia y le permite ponerle más cara de boludo a Fetch, un aspecto más grotesco a los monstruos, demonios y cadáveres varios y hasta hacer más sexy a Thessaly, quien -aclaremos- jamás se ve como una bomba atómica calienta-pijas, sino más bien como una minita normal, tranqui, tirando a nerd. McManus es un profesional sumamente solvente, que no te va a pifiar en las expresiones faciales, ni en la anatomía (ni siquiera cuando pela angulaciones complicadas) ni en la narrativa. Y ni siquiera te va a mezquinar los fondos. O sea que esto se ve muy bien y se lee con muchísima fluidez, a pesar de que en algunos pasajes Willingham se zarpa un poco con la cantidad de texto que mete en cada viñeta.
No estamos ante una joya insuperable, ni ante una obra fundamental para todo fan de Vertigo, pero si te llama la atención un spin-off de Sandman que agarre para el lado de la joda y la diversión sin descuidar la caracterización ni la machaca mística, esto te va a satisfacer plenamente. Y si por culpa de Fables te hiciste fan a muerte de Bill Willingham, acá lo vas a encontrar en un muy buen nivel, bancándose con decoro unos cuantos desafíos que no son para cualquier guionista.
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1 comentario:
Excelente dato, doc. Amo a Willingham y amo a Sandman. Esperemos que se dignen a sacarla en español. Abrazos.
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