Allá por Septiembre de 2010, me tocó reseñar una historieta en la que Garth Ennis reversionaba a un recontra-clásico del comic británico, con resultados bastante mediocrones. Tanto que, si hubiese sabido que Battler Britton era un revival de un personaje de los años ´50 y ´60, por ahí no me lo compraba. Finalmente me enteré de ese dato gracias a un texto del propio Ennis con el que abre el tomo. De hecho, en ese texto el guionista recuerda que allá por los primeros años ´60 pasaron por Battler Britton próceres como Solano López, Víctor Hugo Arias y Hugo Pratt, lo cual me sumó bastante expectativa para la lectura.
Por suerte, esta vez a Ennis le salió todo bien. Se embarcó en una de sus especialidades, el comic bélico, y se aferró al género con vehemencia. Casi no hay chistes, las puteadas están pero son muy light (no hay un sólo “fuck”), la aventura es clásica y lineal, los villanos son los nazis y no se indaga en lo más mínimo en quiénes son y por qué hacen lo que hacen (de hecho, no llegamos a percibirlos como seres humanos), y para que la cosa no suene ramplona o predecible, hay un conflicto paralelo al de la guerra que es la rivalidad entre los pilotos británicos y los yankis, que deben trabajar en equipo en el frente africano.
En este contexto de sobriedad, en el que está muy medido incluso el grado de truculencia de los combates (acá, por ejemplo, hay cero gore, cero torturas, cero balazos a la cabeza), lo más picante, lo más atractivo son las personalidades de los personajes y el contrapunto que se genera entre ellos. “Battler” Britton es el héroe, el tipo experimentado, lúcido, intachable, un grosso entre los grossos. Pero a la primera de cambio, le salta la térmica y le baja los dientes de un trompazo al jefe de los aviadores yankis, lo cual genera una división, un recelo, una mala onda que por momentos parece una amenaza más jodida que los nazis. Los yankis son todos bastante soberbios, algo rústicos y más zarpados a la hora de combatir. Pero tampoco comen vidrio: enseguida van a reconocer los méritos de los británicos, que vienen de varios años de guerra contra los soldaditos del führer y la tienen un poquito clara a la hora de enfrentar a los stukas.
Obviamente no todos los pilotos que Ennis nos presenta en el primer episodio van a llegar vivos al final. La ventaja es que acá el único intocable, el único que seguro llega entero a la última viñeta es “Battler”. El resto, no sabés. No es como en los comics del Sgt. Rock, donde los intocables son cinco o seis. Y también, a diferencia de los comics del capo de la Easy Co., acá están cuidadísimos los diálogos. No son ni millones ni tres o cuatro, no cuentan lo mismo que muestran las imágenes y Ennis no los usa (como en otras obras suyas) para explicar en las últimas siete u ocho páginas lo que no explicó en todo el resto de la saga.
Al frente de la faz gráfica tenemos al maestro neozelandés Colin Wilson, bestia sacrosanta del comic, al que no le asusta ningún género vinculado a la aventura. La ambientación desértica le permite a Wilson dibujar pocos fondos, entonces se mata cada vez que tiene que dibujar aviones, tanques y camiones. Y por supuesto en las caras, ya que las expresiones faciales tienen mucho peso en una trama donde entre los propios “buenos” se vive todo el tiempo la tensión, el “mirarse feo”. Así como en sus álbumes de Blueberry el maestro metía muchas rayitas “a lo Giraud”, acá prueba efectos de iluminación con rayitas a lo Joe Kubert, a veces rayas más brutales a lo John K. Snyder y a veces manchas bien fuertes, a la Tony Harris de la época de Starman. Es obvio que en las peleas entre aviones Wilson no va a poder superar a Kubert, pero igual se esfuerza, no se guarda nada, pela todo su arsenal de recursos narrativos y logra escenas de altísimo impacto. Por si faltara algo, los colores de Jeromy Cox lo acompañan con mucha elegancia. Ah! Y las portadas de Garry Leach! Fastuosas es poco...
Si te gustan las historias de la Segunda Guerra Mundial, no dudes en conseguir Battler Britton. Si sos fan de Colin Wilson, o del Garth Ennis bélico, tampoco. Creo que a los únicos que no les recomiendo esta saga es a los fans del Battler Britton clásico porque –me parece, sin haberlo leído- que no tiene nada que ver con esta versión, más allá del protagonista y la ambientación. El resto, a combatir por su ejemplar, que recontra vale la pena.
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5 comentarios:
Andres, que onda con la editorial? no se saca mas komikku o comiqueando? esta complicada la cosa?
No, hace bastante que Freakshow no edita nada en papel y no creo que lo haga en un futuro cercano, porque Fede (el editor) está abocado a otra cosa. Ahora la onda es renovar la Comiqueando Online y poner toda la nerca en esa parrilla, que a partir de Marzo se va a poner MUY caliente.
Qué pena. Por un lado obviamente me alegro de que rejuvenezcan la página web. Pero por el otro está la obvia tristeza de no tener cada dos meses ese pilar de la historieta (o de información relacionada a ella) en las bateas. Todavía recuerdo cuando encontré en una comiquería de Ballester la Comiqueando (clásica) #10 y que en ella figuraba mi nombre. En el top ten de momentos más felices de mi vida, ese rankea bien alto. Yo, y seguramente muchos de los que seguimos este blog y consumiendo historieta, no estaríamos aquí ahora, ni yo escribiendo ni muchos leyendo, si no hubiese existido Comiqueando. Ojalá vuelva en un futurno no lejano...
Andrés, y qué está haciendo Velasco, y Lucas Ferrero, y tu hermano Diego? En serio, me interesa saber. Otra consulta: desde que cerró la Lazer, la Komikku no se había hecho redituable?
Desconozco, Leandro. Yo nunca me ocupé de la parte empresarial de Freakshow, así que no sé con qué costos se manejaban las revistas, cuánto facturaban con los avisos, cuánto con las ventas, etc.
De atrás para adelante, Diego da clases de Literatura en la Universidad del Salvador y trabaja en publicidad, a veces como guionista y a veces como editor. Lucas Ferrero trabaja en una comiquería y está como columnista los sábados en Cómo Robar el Mundo, el programa de Seba De Caro en Metro FM. Fede Velasco está ultimando detalles para empezar a filmar su primer largometraje (que ganó un subsidio del INCAA) y buscando editorial para su primera novela.
De todos modos, a partir de Marzo los tres van a estar aportando material de forma periódica en la Comiqueando Online.
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