Lo intenté varias veces, pero nunca encontré un shojo que me cerrara. Por muchísimos motivos que sería denso enumerar, los shojo en general me hacen más ruido y me generan más rechazo que las historietas románticas chotas gestadas en Occidente (ya sean las yankis al estilo Young Romance o las argentinas al estilo Intervalo). Ojo, no es una actitud militante. No levanto las banderas del “anti-shojo”. Pero ya no me caliento en buscar alguno que me pueda llegar a gustar, porque estoy resignado a no encontrarlo. Me imagino que para las minitas que sintonizan la onda de lo que las autoras de shojo quieren transmitir, muchos de esos mangas que a mí se me hicieron infumables deben ser gloriosos. En una de esas, resulta que el shojo está tan bien pensado para las chicas japonesas de 15 años, que uno que es varón, argentino y podría tener hijas de 15 años, lo ve muy de lejos, con mucha distorsión, o como esos partidos de futbol de los que (hasta hace no mucho tiempo) nos mostraban sólo la tribuna.
Promesa se editó en España en 1995 y fue la primera vez que una editorial de ese país apostaba por el shojo, en este caso con dos historias cortas de Keiko Nishi, publicadas en un único tomo de 80 páginas. Ya sólo por esa chapa, por esa impronta vanguardista, me interesó para comprarlo. Además me atrajo que fueran dos historias autoconclusivas, me encanta ese formato (Planeta lo utilizó bastante a mediados de los ´90 para editar mangas MUY copados) y lo vi muy barato en una comiquería. Veamos con qué me encontré al leerlo:
A nivel gráfico, Keiko Nishi comparte todos los problemas (algunos dirán “son los códigos”) que veo en casi todas las autoras de shojo: no hay equilibrio entre masas negras y espacios blancos, los varones son casi idénticos a las mujeres, la narrativa se entorpece cuando aparecen esas viñetas todas blancas o todas negras donde “vemos” diálogos pero no a los personajes que los emiten, se nota mucho el apuro (o el desdén) a la hora de dibujar fondos y vehúculos... lo de siempre, bah. Nishi la rema bastante bien con algunas viñetas aisladas (sobre todo en la primera historieta) en las que pela unos cross-hatchings alucinantes, dignas de un virtuoso del plumín. En el resto, es una mangaka del montón, un exponente más de esa forma de dibujar y narrar que a mí no me cierra. Por lo menos no mete super-deformers ni personajitos cute, ni bloques en los que narra en primera persona qué le pasaba mientras dibujaba los mangas.
La segunda historia, Desde que te has ido, arranca bastante bien, en un momento afloja un poco y, cuando parece que está por repuntar, se termina. Se me dirá “¿y, qué querés si son sólo 34 páginas?”. Responderé “Flaca, antes de empezar sabías que eran 34 páginas. ¿para qué te cebás contando un flashback de 10 páginas?”. En fin, tampoco es catastrófico...
Y la primera historia, la que le da título al álbum, tiene un argumento sorprendentemente bueno. Después lo tira un poco abajo el guión, como suele suceder en este género, pero el argumento es muy atractivo. Tanto que, reescrito en clave dark, reinterpretado para el lado del misterio sobrenatural y graficado de otra manera, se podría acercar a los relatos más argolla-friendly del maestro Neil Gaiman. La historieta no está para nada comprimida ni estirada, y es –para lo que solemos ver en el shojo- entre aceptable y buena, pero la idea que la motoriza, la premisa que conjura Keiko Nishi, es realmente bella. Promesa se publicó originalmente en Japón allá por 1990, así que ya nadie se va a avivar si alguien se afana esta idea y –disfrazándola un poquito- la usa para un nuevo manga, o un comic occidental, que parta de la misma base.
En buena medida gracias a sus primeras 42 páginas, Promesa cumplió. Entré con la expectativa de no salir demasiado indignado y me fui con la satisfacción de haber encontrado un planteo argumental bueno y otro brillante, que se lucen a pesar de tooodo lo que hace ruido, tanto en el guión como en el dibujo. Bien por Keiko Nishi y bien por Planeta-DeAgostini, que eligió criteriosamente con qué historias abonar ese terreno que en la España de 1995 era un baldío y hoy es un pastizal fértil y generoso en el que comen unas cuantas bestias.
viernes, 22 de febrero de 2013
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6 comentarios:
Interesante, como antigüedad o rareza suena súper atractivo.
Por cierto, y hablando de shojos o tal vez mas josei. Paradise Kiss es brutal y recontra recomendable.
andre compre despues de 1mes dar vuelta tu libro al fin,tengo uno de tus pocos tomos del apocalisis una historia de nunca acabar(y anque la defiendas como tinelli a sus programas basuras)lo tengo autografiado por vos(jeje),sigo tu blog no fervintemente no solo con la intencion de conocer minitas jaja,pero mi bronca llega cuando me entero q ganast el dt con amigos y no dijist una goma, y q sos de racing....puto jajaja....
Ehhh... vamos por partes.
Ante todo, gracias por comprar el libro.
La Noche del Apocalipsis fue un experimento bizarro. No te lo defiendo al nivel de "es glorioso", pero sí al de "podría haber sido infinitamente peor".
Venir acá a conocer minitas es como ir a la popular de Boca a conocer gallinas.
Sí, gané el Gran DT entre amigos (todos del palo de la historieta) hace ya varios años, a mediados de 2010. Y sin un sólo DAME PIN.
Y que soy de Racing lo sabe todo el mundo, es público desde mi época en la Skorpio, hace 8.000 años...
http://geek-news.mtv.com/2013/02/21/the-unwritten-tommy-taylor-and-the-ship-that-sank-twice/
Ahora gracias a los 1.200 palos que pone el gobierno dejamos de ver la tribuna y podemos ver todos los partidos. Espero poder ver mi jubilación dentro de unos años.
Te fijaste el shojo clasico??
Ryoko Ikeda (rosa de versalles. ventana de orfeo)
Moto Hagio (Heart of Thomas)
Chio Saito(Utena,Kanon)
saludps
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