Ultimo tomo para esta serie que vendió poco y por ende duró menos de 25 episodios. El tomo final es gordito, sustancioso, con nueve episodios y dos sagas completas, que deberán alcanzarle a Steven Seagle y Becky Cloonan para darle un final coherente a las andanzas de Adam Chamberlain, el muchacho virgen más famoso del planeta.
El primer arco vuelve a poner en el freezer a casi todo el elenco de la serie: Adam, el chico rico, fachero y sensible, vuelve a dejar su Miami natal, para perseguir por el mundo a Vanessa, la chica de la que se enamora, convencido de que esta vez sí, será el amor verdadero, definitivo, por el cual valdrá la pena abandonar la virginidad. Seagle le reserva apenas unas escenitas a Cyndi y Mel, y el resto es todo Adam y Vanessa, que recorren distintos países y se encuentran con distintas formas de vivir la sexualidad: la gente en bolas en las playas de Rio, el fetichismo de los pajeros japoneses, los tatuajes místico-eróticos de Bangkok, la extraña relación de los hindúes con los travestis y el romanticismo tan típico de París, la ciudad en la que Adam y Vanessa finalmente... se casan!
Y bueno, ahora sí, por más católico que seas, si estás enamorado y casado, no tenés más excusas para no coger. Pero no. Durante todo el arco lo vemos a Adam levantar temperatura cada vez que se le acerca Vanessa, hay mimos, hay pajas, hay petes, pero el garche posta no llega ni siquiera en la luna de miel. Ojo, de eso nos enteramos después, cuando Adam vuelve a Miami y tiene que pasar por la dura prueba de blanquear su casamiento frente a su madre, cada vez más retrógrada y autoritaria. Este es el momento más heavy, donde menos margen le queda a Seagle para la comedia. Y la madre de Adam, que hasta ahora era un personaje más bien pintoresco, o grotesco, asume definitivamente el rol de villana.
Por suerte no tiene tiempo para afianzarse en ese rol, porque enseguida arranca la saga final, que lleva a casi todo el elenco a Cuba, a buscar al verdadero padre de Adam y –en frenética seguidilla, casi sin tiempo para digerir lo que sucede en ese encuentro- a República Dominicana, donde Adam y Mel buscarán venganza contra el capo de Batu Balan, la célula terrorista que asesinara a Cassandra, la novia anterior del protagonista. El ritmo se acelera muchísimo, pero igual no alcanzan las páginas: hay que terminar la serie y Seagle recurre a un final de altísimo impacto (no lo puedo contar), que no es para nada el que uno hubiera esperado. No me convenció demasiado, me pareció más una escapatoria que un final. Y por supuesto no cierra todas las puntas que abrió en las sagas anteriores, entre ellas la del misterioso embarazo de Cyndi, que llevaba varios meses en una relación lésbica, sin pijas de por medio.
¿Qué pasó ahí? No se explica. Faltarían unas... 30 ó 40 páginas más, como para darle un cierre lindo, o al menos digno, a todos estos personajes con los que Seagle logró que nos encariñáramos. No esperaba la resolución definitiva al tema central de la serie (el conflicto entre la fe cristiana y la vida sexual plena y sin culpas), sabía que no iba a terminar con Jesucristo bajando de la cruz para enfiestarse con seis yiros, dos travas, un burro y un enano, pero Seagle, sin irse al mazo ni arrugar, opta por resolver todo de un modo demasiado abrupto, sin margen para la reflexión que es algo que convivió armónicamente con el tono de comedia durante toda la serie.
El dibujo está bien, es Becky Cloonan con pilas y con Ryan Kelly (otro descendiente de Paul Pope) en el banco de suplentes, listo para entrar y dar una mano en los episodios en los que Cloonan descansa. Los dos se las ingenian bastante bien para dibujar pocos fondos y cuando no les queda otra se la bancan y retratan con más onda que rigor todas las locaciones por las que pasean los protagonistas. No esperes virtuosismo porque no hay. O sí, pero en las portadas de Celia Calle, no en las historietas propiamente dichas.
Y bueno, otra buena idea, otra propuesta novedosa y jugada de Vertigo que se termina en cualquier parte porque las ventas no acompañaron. Una pena, porque el planteo era muy atractivo y hasta la saga final, el desarrollo venía también en un nivel muy satisfactorio, con buen balance entre comedia, aventura, romance y –lo más grosso- una indagación lúcida y punzante en el inagotable tema de la sexualidad. Que la sigan chupando.
jueves, 2 de mayo de 2013
02/ 05: AMERICAN VIRGIN Vol.4
Etiquetas:
American Virgin,
Becky Cloonan,
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Steven Seagle,
Vertigo
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7 comentarios:
4 TPs no está nada mal para una serie de características como esta, la verdad.
En fin, ojala Vértigo resucite y no nos tengamos que pasar definitivamente a Image los fanáticos del comic adulto.
¿Por qué tiene que ser una o la otra? Aunque Vertigo mágicamente vuelva a tener la misma cantidad de series gloriosas que en 2009-2010, yo voy a seguir bancando todas las series de Image que me engancharon en este último tiempo...
Claro, me exprese mal, y además tenes razón.
La idea es que sería genial tener a Vertigo fuerte como lo fue años atrás, y por otro lado que actualmente la única editorial con un constante flujo de cantidad y sobretodo calidad es Image. Y siempre estaría bueno que tuviese competencia para enriquecer al mercado.
Y estaría bueno que hicieran más fuerza Fantagraphics, Drawn & Quarterly, Top Shelf, First Second... todas las que apuestan a la calidad y la diversidad.
De última, el mercado me chupa un huevo. Yo lo que quiero es que se publique mucho material del que a mí me gusta ;)
¿Se sabe que fue de Karen Berger? Estaría genial que recalara en otra editorial y la volviese a romper como supo hacerlo en Vértigo. Y lo de Image es sensacional, ¿recordás algún otro caso en el que una editorial absolutamente verdulera pegara un volantazo como este de un día para el otro?
alguien se juega y me tira un Top Ten de comics de Image?
Ayuda para perplejos que necesitan reactualizarse.
gracias
Me había enganchado bastante con esta serie, a pesar del dibujo de Cloonan, que me resultaba muy insulso, incluso para el tono planteado por Seagle. Pero el final me pareció recontraprecipitado, atropellado, e innecesario. Como decís, uno o dos números más para cerrar la historia como se debe, a la altura de la premisa y el desarrollo (sobre todo después del primer arco de este tomo).
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