el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 20 de mayo de 2013

20/ 05: THE INVISIBLES Vol.7

Me debía el final de esta serie hace... 13 años. La había empezado a leer mes a mes en las revistitas y un día dije “Nah, muy complicado. Espero el libro”. Y lo esperé posta, más de una década. Hoy lo terminé, un poco para festejar que el blog llega a su post número 1200.
Tengo un problemita con The Invisibles, y es que está muy, pero muy estirado. La saga completa, la que hoy ocupa siete TPBs y más de 1200 páginas, se podría resumir en los cuatro episodios de Satanstorm (el primero de los tres arcos que recopila este TPB) y los tres episodios de The Invisible Kingdom (el tercer arco de este TPB). Con eso, entendés todo: los buenos, los malos, el conflicto, la resolución, TODO. La gracia, en todo caso, es comprobar cómo Grant Morrison siembra en los arcos anteriores los plots que va a terminar de hilvanar y redondear en estos dos arcos, y –lo más divertido- con qué cosas estira.
A lo largo de toda la serie (y de modo muy palpable en Karmageddon, el segundo de los tres arcos de este TPB, en el que las líneas argumentales prácticamente no avanzan), Morrison la pasa bomba (e intenta que a nosotros nos suceda lo mismo) mezclando y batiendo un cóctel explosivo de referencias a todas las cosas que a él le gustan: aventura de tiros y machaca, ciencia-ficción, sexo, teorías conspirativas bizarras, drogas, películas, ropa de moda, filosofías orientales, bandas de rock, rituales de religiones raras, profecías improbables, su propia vida, incluso... Y lo mejor es que para lanzar estos conjuros no se disfraza de monje, ni mucho menos de mago (es famosa su pica con Alan Moore, el Mago de Northampton). En todo momento Morrison se esfuerza para pasarse la solemnidad por el orto, para que esto, que más de un trastornado abraza y atesora como si fuera la Biblia moderna, la posta, la verdad revelada en forma de historieta, sea algo cool, moderno, repleto de onda.
Si además de contar una historia grossa de conspiraciones, una lucha definitiva entre la Represión y la Imaginación, querés mechar referencias a todo eso que enumeré y a muchas cosas más, ahí sí, necesitás que la serie tenga muchos episodios. Y que varios de ellos estén atiborrados de diálogos y bloques de texto, que narren siempre no menos de tres secuencias en paralelo y demás proezas de esas que –si te salen bien- te suben al podio de los guionistas realmente importantes para el medio. A Morrison le pasó eso: sin vender fortunas ni mucho menos, The Invisibles lo llevó a recorrer el tramo final de la consagración, el que había iniciado con Animal Man y Doom Patrol, y lo dejó ahí arriba, canonizado por miles de lectores que vieron en esta serie a una obra trascendental, definitiva y además definitoria de lo que sería la historieta en el Siglo XXI.
Repasemos un poquito lo que ofrece este TPB en materia de dibujantes: el primer arco está dibujado por un Philip Bond prendido fuego, apuntalado en un par de episodios por los lápices del menos inspirado (pero no choto) Warren Pleece. El segundo arco arma un combo muy raro: lápices de un dibujante muy dark como Sean Phillips y tintas de un dibujante con talento para la oonda funny como Jay Stephens. El resultado es desconcertante, no se parece a los otros trabajos de ninguno de los dos y aún así está bueno. Después vienen tres episodios caóticos, con las páginas repartidas entre 14 dibujantes (entre ellos Morrison, que se dibuja una linda paginita final) y en el epílogo tenemos 22 páginas del siempre alucinante Frank Quitely, acá un poquito más contenido, incluso algo opacado por las tintas de John Stokes. En general, el nivel es muy bueno, a años luz de aquel primer TPB que te dañaba los ojos con páginas y páginas de un Steve Yeowell lamentable.
Ya se escribió mucho sobre The Invisibles; de hecho hay dos libros sobre la serie, que explican y decodifican una por una TODAS las referencias que Morrison desparrama en cada arco, en cada unitario, en cada diálogo y en cada bloque de texto, con entrevistas a los dibujantes, los coordinadores, los portadistas y los dealers que le traían las drogas a Grant. Para mí lo más lindo, lo que más me gusta rescatar de esta saga, es su impronta vanguardista, su espíritu de libertad, de un autor muy zarpado, con ideas muy locas, y la polenta, la convición y la posibilidad de llevar esas ideas a las páginas del comic con ínfimas concesiones, casi como se le cantaron las pelotas. Por cosas como esta, Vertigo gozó durante 20 años de una chapa infinita. Y por cosas como esta, hay fans que veneran a Grant Morrison como a un dios y le perdonan verduleadas como las que hizo en Flash y la JLA.

8 comentarios:

brunowayne dijo...

Yo soy fanático de esta serie y no me canso de leerla: siempre algo nuevo, siempre un nuevo sentido. Él, que sabe que la vas a releer una y otra vez, termina el último libro con "our sentence is up", y la serie arranca, en el primer tp, con "bueno, comencemos otra vez". Uno de los comics fundamentales de todos los tiempos. Y yo reivindico su JLA: está llena de esa magia de la Silver Age tan fresca, tan positiva. Rock of ages es sensacional. Y Andrés: ¿está editado en tp su Flash?

Andres Accorsi dijo...

Sí, está todo recopilado en dos tomos, me parece.
La JLA se banca HASTA Rock of Ages inclusive. Todo lo posterior es catastrófico.

Anónimo dijo...

Yo le perdono todo a Grant, pero por Animal man y Doom Patrol. Esas sí que me parecen joyas indiscutibles, fueron de los primeros comics que leí (en esas ediciones espantosas pero queribles de Zinco) que me hicieron pensar que los límites del género no existían, que realmente se podía llevar a extremos impensados. Además, los finales de una y de otra son muy emotivos. El diálogo final de Grant y Buddy es perfecto.
Hace un tiempo escribí un paper para una revista yanqui sobre la reescritura de Borges en el primer arco de Doom Patrol de Morrison, y ahí cito tu blog, si tenés ganas de pispearlo...
http://www.borges.pitt.edu/journal/variaciones-borges-33
(es el que se llama: "Borges al cuadrado o de cómo un grupo de superhéroes impidió que el mundo sea Tlön")
abrazo y felicitaciones por el blog!
Lucas

Andres Accorsi dijo...

Qué grosso, Lucas!
Con ese link no pude acceder a tu paper. ¿Me lo podrás mandar a andresaccorsi@ciudad.com.ar, así lo leo?

brunowayne dijo...

Discrepo con que luego de "Rock of Ages" es una cagada. La saga "Crisis times five" es alucinante, con todo el tema de la quinta dimensión, creo que está en el volumen tres.
La saguita con los ultramerines también garpa. No sé, a mi me cabe y ceba mucho. Quiero conseguir el tomo 4 para ver cómo termina, pero hasta ahora me alucinó.

Panmios dijo...

No sé si me he quedado muy atrás, espero que no, pero quería preguntar a Accorsi en particular, pero a cualquiera que me lea en general, ¿te gustó el último capítulo como definitivo final?

Sé de gente a la que le gustó la obra y no estuvo nada de acuerdo con un final como el que tuvo. A mí me parece que sin duda es el que debe tener.

Uno de mis cómics favoritos de uno de mis autores favoritos. Cierto que se lo pasa bomba escribiéndola, creo que es lo que siempre o casi siempre hace este señor. Para mí la obra definitiva de Morrison, ya que en El Asco (The Filth) apenas se regocija repitiendo los conceptos de sus obras pasadas de forma hiperconcentrada y densa. De nuevo para su disfrute personal a cada momento, claro.

Andres Accorsi dijo...

A mí me parece que The Filth me impactó más. Por ahí porque le entré con expectativas más bajas.
El final de Invisibles es el número 2. El 1 es un epílogo casi gracioso, un ejercicio de estilo, que amaga con reformular el concepto, pero se queda medio a mitad de camino. Igual tiene muchas ideas atractivas, las suficientes como para que Morrison las desarrolle en una eventual cuarta etapa.

Anónimo dijo...

Hola, disculpa lo tarde de este coment. pero siempre ando sin tiempo .¿ te mando el paper de Borges? Me encantaria poder leerlo tambien, saludos