No te dejes engañar por esa tapa fea, en la que Dago tiene el cuello demasiado largo y monta un caballo demasiado chico. Adentro, el dibujo de Carlos Gómez está tan zarpadamente bueno como siempre. No voy a reiterar item por item todos los hallazgos de este maestro, porque son muchos, y para no aburrir.
Me voy derecho al guión de Robin Wood, repleto de referencias históricas reales, hábilmente manipuladas para agregar a un personaje que no aparece en las crónicas oficiales: Dago no estuvo en el verdadero saqueo de Roma, y sin embargo mucho de lo que le pasa a los personajes que sí son parte de ese episodio histórico (el Papa Clemente, el Condestable de Borbón, Benvenuto Cellini, Antonia Medina, etc.) está motorizado por las acciones de este intrépido justiciero. ¿Cómo hacés para que las decisiones y las hazañas de Dago tengan peso en un contexto histórico ya determinado, al que no podés alterar sin convertir a esta saga en una ucronía y sacarla del género que estás explorando? La respuesta es sorprendente, y Wood la encuentra página a página, en un atractivo paseo sobre una cornisa muy finita.
Este es el Wood moderno, el que narra todo en base a la acción y los diálogos y se abstiene de meter esos potentes masacotes de texto que definieron su estilo en los ´60 y ´70. O sea que nos perdemos uno de sus rasgos más destacables, que es el lirismo de su prosa, su peculiar talento para la descripción de lugares y sensaciones no visuales, y a cambio ganamos un relato mucho más dinámico, en el que textos y dibujos se ensamblan de modo mucho más armónico, sin que uno aparezca groseramente sometido al otro. Y la otra ventaja de narrar casi sin bloques de texto: hacen falta más viñetas para contar lo mismo, y eso repercute en historietas más descomprimidas, en las que son impensables esas páginas con 14 ó 15 viñetas microscópicas de las que veíamos en los primeros trabajos del guionista.
En cuanto a lo negativo, dos cosas. Primero, lo que subrayaba la vez pasada: el Dago guacho-pija, que se las sabe todas, no duda nunca y acierta siempre. Un cúmulo de perfección física y moral imposible de quebrantar que a mí, personalmente, me llena muy rápido los huevos. Segundo, en el tomo anterior Dago reunió, en pocas páginas, a un nutrido y atractivo elenco de personajes secundarios. En este tomo, para mostrarnos que el héroe la está pasando mal en su lucha contra un enemigo mucho más poderoso que él, esos mismos secundarios caen como moscas, algunos sin haber tenido muchas chances de lucirse, o de desplegar su potencial. Para el final del tomo, a Dago le quedan... cuatro aliados, de los cuales tres están ocultos fuera de las murallas de Roma.
Me parece lógico que Wood mate a los personajes históricos que efectivamente murieron durante el saqueo a Roma, pero no es el caso: de los personajes “verídicos”, el único que muere en este tomo es uno que peleaba del lado de la horda imperial. El resto, son los mismos que el propio guionista se esforzó por crear entre el tomo anterior y este. Si leíste bastante Dago, ya sabés que generalmente sus amigos y las minas que pegan onda con él, son boleta. Y eso es algo que nunca me cerró, que me parece un error estratégico grave, sobre todo al tratarse de una serie abierta, de duración indefinida.
Me falta el final de la saga, nomás, un tomo que –me parece- trae un par de episodios que no estaban en la edición italiana que yo había leído hace varios años. Veremos cómo termina esta epopeya violenta regada de ambición, descontrol, odio religioso y atrocidades escabrosas. Sabemos que Dago se va a ir de ahí entero y sin mayores consecuencias. Y si conocés la historia, sabés qué va a pasar con el Papa y demás. Aún así –creeme- hay margen para que Robin Wood nos sorprenda con un par de giros argumentales y para que Carlos Gómez nos deleite, una vez más, con sus majestuosos dibujos, en hermoso blanco y negro y con un lindo rotulado digital, dos cosas que los lectores clásicos de Dago (acostumbrados a las masacres cromáticas y tipográficas de Columba) viven como una grata novedad.
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2 comentarios:
Es un sueño hecho realidad poder ver a Dago en los kioscos nuevamente. ¿La próxima saga será la de Lucca?Porque si es así se pierden una gran cantidad de material en el medio,¿salen en julio?
Muy buena la reseña,sólo una pregunta porque a lo mejor lo sabes.¿Qué pasó con Muerte,el perro de Dago? Luego de esos últimos episodios en Columba no apareció más?
Saludos,leo el blog siempre.
Muerte no aparece en esta saga, porque para este momento está en París, en la corte del rey de Francia.
Supuestamente sale una nueva saga de Dago en Julio, pero no te puedo precisar cuántos tomos son, ni qué episodios incluye, porque la editorial todavía no lanzó ningún comunicado al respecto. Prestá atención al sitio web de Comiqueando, donde vamos a difundir la noticia una vez que sea oficial.
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