Conocí a esta serie gracias a Andrés Lozano, uno de los responsables del Estudio Tiza, que tiene a su cargo el color de Great Pacific. Dudo mucho que le hubiera dado una chance a esta serie de no haber sido por Andrés, pero lo cierto es que esos numeritos que me obsequió gentilmente mi tocayo alcanzaron para decidirme a empezar a comprar los TPBs. En su momento, cuando leí esos cuatro primeros episodios, me dio la sensación de que la historia avanzaba a un ritmo lento, y ahora, con seis episodios leídos, me parece que no, que si evaluamos la cantidad de cosas que pasan en este primer TPB, no se le puede criticar falta de ritmo a la saga tal como la plantea el guionista Joe Harris.
Great Pacific cuenta la historia de un joven rebelde, hijo y nieto de magnates petroleros, destinado a ser el heredero de una de las empresas energéticas más grandes y prósperas del planeta. Pero a Chas le interesan cosas que a la multinacional no, entonces cuando cumple18 años, finge su muerte, da un golpe virtual gracias al cual transfiere miles de millones de dólares de la empresa a sus propias cuentas, y por si faltaba algo, se inventa su propio país. Chas encontró la ubicación de una especie de isla que flota en el Océano Pacífico, compuesta mayormente por basura, residuos, deshechos plásticos a los que el agua no degrada ni erosiona. Este mamotreto de considerable superficie, se va a convertir, gracias al ingenio y los millones de Chas, en una nación soberana.
Ese aspecto de Great Pacific es el que a mí más me atrapó: un pibe crea de la nada su propio país, en un basural que flota en el océano. Y después, para que esto se pueda leer como un comic de aventura, Harris agrega otros elementos. Por un lado, la rosca empresarial-militar-criminal, porque es obvio que la empresa energética va a descubrir que Chas está vivo y va a tratar de recuperar por las malas los miles de millones que “se llevó” el heredero. Por el otro, la temática ecológica, porque todo gira en torno a los residuos y al daño que le hacen las petroleras al medio ambiente. Y finalmente lo que menos me cierra, que es un elemento fantástico. No me quiero extender en eso para no spoilear, porque supuestamente es una revelación impactante, pero nada… esos tentáculos que se ven en la portada del libro tienen bastante peso en la trama.
Chas y su fiel amigo Alex se levan los roles protagónicos, pero con el correr de los episodios Harris refuerza el elenco con mucho criterio y abre el juego a nuevos personajes del entorno familiar, de la empresa, del gobierno y hasta incorpora a una tribu de nativos de una isla cercana al basural flotante. Por suerte la entrada en escena de estos personajes es armónica, siempre está bien justificada y siempre deja margen para desarrollar principalmente a Chas (para el final el tomo uno siente que lo conoce de toda la vida), a Alex y a dos o tres miembros más de este elenco.
Además de coloristas argentinos, Great Pacific tiene dibujante nacional y popular: Martín Morazzo, a quien yo no conocía y me sorprendió gratamente. Morazzo pareciera seguir una línea onda Frank Quitely, pero combinada con las influencias sutiles de Eduardo Risso y de algunos autores europeos, principalmente Milo Manara. El resultado es una línea muy prolija, muy estilizada, muy idónea para hacer ese truquito de sobrecargar a muerte los fondos y darle infinita bola a los más mínimos detalles. Sin embargo Morazzo sabe cuándo bajar un cambio, cuando prescindir de los fondos y resolver todo con un primer plano fuerte, expresivo, y dejar que los coloristas hagan el resto con algún efecto digital. La narrativa está cuidadísima, pensada para darle atractivo y hasta un cierto vértigo a todas esas escenas en las que sólo vemos gente hablando. Y cuando el guión le pide grandilocuencia y espectacularidad, Morazzo cumple con creces.
Reitero, entonces, que me enganché mucho con Great Pacific. Es cierto que no tiene tanta prensa como otras series con las que hoy Image le está pasando el trapo a Marvel y DC, seguramente porque Harris no tenía muchos hitazos en su currículum. Pero acá hay muchas ideas interesantísimas, una premisa irresistible y muy buenos desempeños tanto del guionista como de nuestros compatriotas que lo respaldan desde el dibujo y el color. No tengo dudas de que, cuando termine Great Pacific, Martín Morazzo va a tener chapa de sobra para ser convocado a proyectos de perfil más alto, y los que lo seguimos desde esta serie vamos a poder chapear, como chapeamos los 15 boludos que leíamos 27 cada vez que nos nombran a Charles Soule.
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7 comentarios:
Estoy impresionado con la producción de Image de este último tiempo... casi todas las cosas nuevas que me han gustado vienen de ahí... Ten Grand (todo lo que debería ser Constantine de la DC y no es), Infinite Vacation, Saga, Rat Queens... y siguen sacando cosas interesantes.
por cierto me compré Happy! y es un hitazo.
Che, alguien sabe si es en serio que apareció Victor Zsasz en una de las de Nolan? Los de Screenrant están tirando que va a aparecer en la nueva película "de nuevo, aunque en un rol importante". O es una joda o no me di cuenta.
Si no recuerdo mal, hace un cameo en la primer pelicula. Es uno de los matones de la mafia que defiende Crane para que no vaya en cana.
Sí, si no recuerdo mal es apenas más que una mención.
de hecho aparece cuando abren las celdas y se escapan los prisioneros, hay uno en primer plano que tiene una cicatriz en el cuello.
Y pensar que Image fue la culpable de la peores boñigas de los '90.
Gracias a todos, ya vi la foto y todo. Se me había pasado mal.
Y si, es impresionante lo de Image, en el mejor de los sentidos. Saludos.
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